El presidente mandato cumplido Néstor Carlos Kirchner (el Diputado) tiene problemas de transferencia. Todo lo que no se refracta en él como un rayo celestial corresponde a un complot que afecta la institucionalidad democrática del gobierno que heredó a su alter ego y esposa Cristina Elizabeth Fernández (la Presidenta). Hernán Martín Pérez Redrado (el Okupa) […]
El presidente mandato cumplido Néstor Carlos Kirchner (el Diputado) tiene problemas de transferencia. Todo lo que no se refracta en él como un rayo celestial corresponde a un complot que afecta la institucionalidad democrática del gobierno que heredó a su alter ego y esposa Cristina Elizabeth Fernández (la Presidenta). Hernán Martín Pérez Redrado (el Okupa) se niega a abandonar el sillón del Banco Central y, como todo golden boy adinerado, no mide las consecuencias de sus actos. María José Sarmiento (la Jueza Delivery) dilata el conflicto abierto en el fuero contencioso administrativo. Luego escapa en los relevos de la feria judicial. Las malas lenguas relacionan esa especialidad legal, los antecedentes militares de su padre y la actividad de su hermano, como abogado defensor de los represores durante la última dictadura, a sus decisiones jurídicas. El vicepresidente Julio César Cleto Cobos (el Conspirador) se relame ante la actuación del juez neoyorquino Thomas Griesa (el Embargador Serial). Buenos y villanos se pasean por los medios, el Congreso y los tribunales al calor de una serie animada que se perfila como la más vista de la temporada. Pasen y lean…
La noticia ya es vieja. Los «fondos buitres» revolotean por la Plaza de Mayo y las fuerzas del mal acechan en un Salón de la Justicia donde ya no hay caras de súper amigos. El Okupa sabe que tiene los días contados, pero en una loca carrera con final anunciado aprovecha su minuto de fama para borrar definitivamente un pasado olvidable. Salido de la «Legión del mal», el Embargador Serial condiciona el «embargo preventivo» de las cuentas del Banco Central en Estados Unidos, en tanto se justifique la independencia de esa entidad con el Tesoro.
Así las cosas, el curioso silencio de los fiscales públicos Eduardo Taiano y Guillermo Noailles en la investigación por supuesto enriquecimiento ilícito de la Presidenta y el Diputado -motivada por el incremento de la fortuna en un 158%, durante 2008- deja encajonada una causa que quedará en la historia como una picardía de gobernantes.
Apenas terminó el culebrón sobre el crecimiento patrimonial del matrimonio, tras la decisión del juez federal Norberto Oyarbide en hacer caso omiso a un peritaje que no encontró ninguna irregularidad por los negocios inmobiliarios de la pareja, el Okupa apareció en las pantallas de televisión con su implacable traje a rayas y la respuesta no deseada al pedido de renuncia de la presidenta: Resistiré para seguir viviendo. Soportaré los golpes y jamás me rendiré. Y aunque los sueños se me rompan en pedazos. Resistiré…
Las rayas no eran horizontales ni llevaba grilletes, ya que el otrora golden boy quedó libre de culpa y cargo, en 2006, cuando un juzgado penal resolvió que el funcionario no había incurrido en delito de peculado. El entonces joven promisorio había sido denunciado por el uso de fondos reservados para gastos personales y el pago de sobresueldos, cuando estaba al frente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), entre 1991 y 1994. Todo esto en pleno apogeo menemista, época en la que tener la cuota al día del Jockey Club era una necesidad absoluta para un Hernán Pérez que debía transmutar en Martín Redrado. Por eso, hoy, el traje gangsteril y sus declaraciones a cuenta gotas le quedan a medida.
¿Profecía autocumplida?
La saga destituyente comienza el martes 5 de enero cuando un tal Roberto Feletti, a saber: el viceministro -hasta entonces desconocido- de Amado Boudou (Aimé), desliza un mini comunicado en el que pide se liberen los recursos para crear el Fondo del Bicentenario (u$s 6569.-), con el objetivo de «sostener la demanda» interna. Luego del aporte teórico: descapitalización más endeudamiento equivalente a mayor fortalecimiento de la economía, escapa a unas mini vacaciones y se sumerge nuevamente en el cono del silencio.
El presidente del Banco Central no había sido mencionado explícitamente. El miércoles 6 el titular de la cartera económica, Aimé, da nombres, corrige a su segunda línea y aclara que el dinero se usará para realizar «obras de infraestructura». El Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández (el Superministro), inicia las averiguaciones para acusar al Okupa de «mala conducta e incumplimiento en los deberes de funcionario público» -días más tarde, el Procurador General del Tesoro iniciará la demanda penal- . El responsable de la Asociación de la Asociación Privada de Bancos y dueño del Banco MACRO, Jorge Brito, le pide al Okupa que «contribuya [con su salida] a la estabilidad del sistema». Chocolate por la noticia: Hugo Moyano, descubre con el ojo avizor de la CGT oficialista que Redrado está identificado con «el neoliberalismo que devastó la riqueza nacional».
Por su parte, los cuatro referentes de campo se suben a la ola para criticar al gobierno; los senadores radicales Ernesto Sanz y Gerardo Morales mantienen un encuentro con el Okupa y presentan una acción de amparo respecto al decreto 2010/09, que liberaría los fondos.
Sorpresa. Esta vez los intelectuales del espacio Carta Abierta no emiten ningún escrito frente al presunto «clima destituyente». No tienen claro si es la «restauración conservadora» la que en esta oportunidad subordina la soberanía económica a los mercados financieros internacionales. La octava epístola se hace esperar.
Renace de sus cenizas el fundador de FIEL, miembro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) y ex secretario de Hacienda del último gobierno de facto, Manuel Solanet, para justificar la autonomía del Central. No le dan mucho espacio en los medios. Esos antecedentes, sus pronósticos -en septiembre de 2001- de un modelo de convertibilidad inquebrantable (un dólar = un peso) y alrededor de 323 mil razones en fuga, horas antes de dictarse el «corralito», le quitan solidez a sus argumentos.
Errores por necedad y urgencia
El 7 de enero la Presidenta destituye con un nuevo decreto al Okupa, acompaña su firma todo el gabinete de ministros. No pocos constitucionalistas son consultados. Propios y ajenos estudian a destajo la Carta Orgánica del Banco Central. Dirigentes de la oposición plantean sus posiciones. El 19 de Enero una comisión bicameral empatada en miembros es convocada por la Presidenta, a sabiendas que la recomendación legislativa no vinculante quedará en manos del Conspirador, según lo indica el reglamento del banco de bancos.
Antes. La diputada Diana Conti hablará de (casi) «traición a la patria», sin armas, pero con el sello de la oligarquía agropecuaria.
La legisladora del Frente para la Victoria (FPV) sabe que aquellos debates en Página/12, entre Osvaldo Bayer y Mempo Giardinelli sobre «matar al tirano» o «no matar a nadie», no serían traídos de la memoria de archivo por sus declaraciones. También, que ningún seguidor de los jesuitas Juan de Mariana y Francisco Suárez -su discípulo- contestaría a esa figura ridícula en este conflicto, con un reclamo no menos hilarante para que se aplique el «derecho de resistencia a la opresión». Además de que la idea de «tiranicidio» sería un gesto «gorila», en caso de comprobarse en al ADN del FPV alguna continuidad con ese movimiento de masas de base popular, democratizador e inclusivo en lo social, que caracterizó al peronismo.
Miguel Ángel Pesce es presidente de la entidad monetaria por un día. Junto a Sergio Chodos -sobreviviente a Roberto Lavagna, Felisa Micelli, Miguel Peirano y Martín Losteau- intenta constituir a contra reloj la cuenta en el Tesoro para realizar el depósito en disputa. Burocracia interna y una medida cautelar aceptada por la Jueza Delivery vuelven todo a fojas cero.
Vale recordar que Chodos fue uno de los encargados de articular el primer canje de la deuda y el fallido pago al Club de París, en tiempos en los que se desempeñaba como secretario de Finanzas de Lavagna; que tras un respiro en la secretaría de Medio Ambiente, pasaría a controlar como interventor en la Superintendencia de las AFJP el millonario traspaso de sus fondos al Estado. Luego ingresaría al directorio del Banco Central.
Por su parte, el radicalismo suelta la mano del Okupa para negociar una solución política. El bloque encolumnado en la figura de Fernando Pino Solanas (Proyecto Sur) reclama auditar la composición de la deuda externa. La Presidenta responde desde una tribuna en Lanús que el monto a pagar es legítimo, señala que debió cuestionarse durante el primer gobierno democrático y olvida -a pesar de haber ocupado una banca por largos periodos- el fallo del caso Olmos por la que se derivó al Congreso Nacional su estudio. Ese proceso tardó 18 años y, actualmente, se suman dos causas relacionadas con reestructuraciones posteriores relativas al «Plan Brady» y al llamado «Megacanje».
El martes 12, las cuentas del Banco Central en la Reserva Federal de Estados Unidos son embargadas. Esa tarde la Presidenta da una extensa conferencia de prensa luego de las explicaciones previas del ministro de Economía sobre las consecuencias del embargo para la economía argentina, frente a una nueva oferta de cancelación con los holdouts.
El jueves 14, el secretario de Finanzas Hernán Lorenzino desliza a la prensa que el Embargador Serial se había redimido. No obstante la información falsa, el juez neoyorquino suspende transitoriamente la medida para acercar a las partes en conflicto, con las que mantiene un diálogo telefónico fluido. Se trata de los abogados de dos «fondos buitres» y el estudio Sullivan & Cronwell, que defiende al Central en Nueva York.
Tras la apelación del gobierno, la Jueza Delivery y Federico Pinedo (PRO) comenten «fraude judicial», la primera, por dar lugar a diversas medidas cautelares; y, el segundo, por recusar a un camarista.
El modelo
Los días siguientes son de playa. Los gemelos fantásticos se convierten en baldecito y agua. El Superministro pasea por la costa de Villa Gesell en bañador. El juez en lo contencioso administrativo, Ernesto Marinelli, eleva a la Cámara de Apelaciones las causas derivadas de los decretos 2010/09 y 18/10, por el uso de las reservas para el pago de la deuda pública con fondos del Banco Central y la destitución del titular de ese organismo, respectivamente.
Ese martes 19, Cristina Elizabeth Fernández habla de una suerte de «judicialización de la política», y advierte sobre la necesidad de respetar la separación de poderes. Agrega que los decretos de necesidad y urgencia son una herramienta avalada por la Constitución de 1994, por lo que se desprende que no implica ninguna injerencia del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo.
Convoca a una Comisión Ad Hoc para que el Congreso se expida y destrabe la salida del futuro ex presidente del Banco Central, Hernán Martín Pérez Redrado. No convoca a sesiones extraordinarias para resolver la cuestión del Fondo del Bicentenario.
Está molesta por la insistencia en el error. Y que, por hacer bien los deberes con la banca extranjera, su figura deba desgastarse en público al reconocer que el modelo de crecimiento argentino está atado a las políticas neoliberales pregonadas por Manuel Solanet y otros campeones privatistas, con visado asegurado todos los 4 de julio en la Embajada de Estados Unidos.
Así, el gobierno termina por hacer caso a las brabuconadas del jefe de bloque kirchnerista, Agustín Rossi, quien aseguró que luego del recambio legislativo el Ejecutivo vetaría normas o sacaría iniciativas por decreto.
Está molesta por inventar un Martín Redrado que en septiembre se iría por la puerta chica al finalizar su mandato. Por relanzar a un Julio Cobos que no reúne méritos propios para obtener elevados índices de imagen positiva; y, por fortalecer una oposición de proyección nacional por fuera de un bipartidismo manejable.
Pero, especialmente, por tener que celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo con el pago de una deuda adquirida con la sangre de 30 mil desaparecidos.
Sabe que sólo queda bajo su manga la notable capacidad en desactivar conflictos del Superministro, Aníbal Fernández. No quedan muchos funcionarios de recambio y la política de los derechos humanos ya no alcanza para acompañar un modelo errático. Esa incertidumbre es la que altera tanto a los mercados como al electorado.
Dj Aimé
Las enseñanzas del 28-J indican que no todo está perdido. Ironías del destino… Desde las afueras del Salón de la Justicia se escucha desentonar una voz conocida: Cuando pierda todas las partidas. Cuando duerma con la soledad. Cuando se me cierren las salidas. Y la noche no me deje en paz (…) Resistiré erguido frente a todo. Me volveré de hierro para endurecer la piel. Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte. Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie.
Con cartel en mano: «Temazo», el Superministro anima. Todo bajo el sonido arrollador de las bandejas marplatenses de DJ Aimé.
No es el Okupa renunciado sino, obvio, el Diputado que hará de las fantasías animadas de ayer y hoy el nuevo hit del verano.
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