La Paz, agosto 25, 2004.- Las fuerzas sociales, que el neoliberalismo y las petroleras creían haber derrotado y enterrado con el referéndum del gas del 18 de julio, volvieron a emerger hoy con gran fuerza en Bolivia y semiparalizaron tres grandes ciudades en demanda del congelamiento por un año de los precios de los carburantes […]
La Paz, agosto 25, 2004.- Las fuerzas sociales, que el neoliberalismo y las petroleras creían haber derrotado y enterrado con el referéndum del gas del 18 de julio, volvieron a emerger hoy con gran fuerza en Bolivia y semiparalizaron tres grandes ciudades en demanda del congelamiento por un año de los precios de los carburantes y la nacionalización del gas y el petróleo.
En La Paz, El Alto y Cochabamba, un estimado no oficial de cien mil vecinos de los barrios más pobres, campesinos, obreros, regantes, transportistas, universitarios y desocupados marcharon y bloquearon calles y avenidas bajo la consigna de recuperar la riqueza hidrocarburífera de Bolivia, la segunda más importante de Sudamérica y que actualmente está en manos de grandes consorcios transnacionales como Repsol, Petrobras, British Petroluem, Exxon, Enron, Vintage y otras.
En La Paz y El Alto, ciudades vecinas que congregan en conjunto a más de un millón y medio de personas, todas las zonas y barrios amanecieron bloqueadas por los transportistas sindicalizados, que levantaron «barricadas» con sus propios vehículos en las principales calles y avenidas, dejando sin posibilidad de transporte a decenas de miles de ciudadanos que debían trasladarse a sus centros de trabajo y estudio.
La contundencia del paro fue de tal magnitud que las autoridades decretaron el horario continuo y la tolerancia en el ingreso y salida de las fuentes de trabajo, aunque muchas de las actividades quedaron suspendidas de facto por la falta de transporte y las masivas manifestaciones que coparon gran parte de estas dos ciudades.
La de hoy fue la mayor protesta social después del referéndum pro petrolero, en el que tres millones se abstuvieron de votar o lo hicieron por el NO, en blanco y nulo, y solo un millón y medio apoyó las preguntas del presidente Mesa, aunque con diversas interpretaciones legales que han llevado a posiciones opuestas entre los partidarios de la consulta, que había sido respaldada por las petroleras, la Embajada de Estados Unidos y los organismos internacionales, pero repudiada por los sindicatos y organizaciones populares.
Precisamente estas discrepancias en la interpretación del referéndum y la presión que ejerce el Presidente sobre el Congreso para que apruebe, sin ninguna modificación, su interpretación legal, originó un enfrentamiento entre el Ejecutivo y Legislativo, bloqueando la aprobación de esta ley, que también es resistida por los sectores sociales y populares que hoy se manifestaron.
«Esta es una marcha de advertencia para el Presidente y el Parlamento y para todos los que han masacrado al pueblo. La gente está caliente», dijo el presidente de las Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve), Abel Mamani, quien demandó un cambio en la política hidrocarburífera que actualmente castiga a la población con altos precios por los carburantes, a pesar de que Bolivia es un país rico en gas y petróleo.
Hasta ahora, el gobierno no aceptó congelar los precios de los carburantes por un año y lo hizo sólo por dos meses, ya que, según la explicación del Ministerio de hacienda, no hay el dinero suficiente para subvencionar los precios internos por tanto tiempo. Según las normas en vigencia, a las petroleras extranjeras se les debe pagar la cotización internacional por el gas y el petróleo que extraen a muy bajo costo del propio país, lo que es cubierto en parte por la empobrecida población y por las anémicas arcas estatales (ver «Millonaria subvención estatal a las petroleras» en www.econoticiasbolivia.com ).
BLOQUEO TOTAL EN LA PAZ Y EL ALTO
Desde las primeras horas de la mañana, el bloqueo se sentía con fuerza en casi todos los barrios de La Paz y El Alto, y eran intensos los preparativos de los vecinos, campesinos y obreros que se alistaban para marchar hacia la sede de gobierno, reclamando, al igual que los choferes, que no aumenten más los precios de los carburantes por lo menos durante un año (ver «El pueblo retoma la lucha por el gas y el petróleo» en www.econoticiasbolivia.com )
La Central Obrera, las juntas vecinales, los campesinos Sin Tierra y los transportistas han conformado un frente común en contra de la política hidrocarburífera del gobierno, que prioriza los intereses de las petroleras extranjeras, que controlan todas las reservas de gas y petróleo de Bolivia, que pagan muy pocos impuestos y que comercializan los carburantes en el mercado local al precio internacional del petróleo.
Los sectores populares demandan la nacionalización de los hidrocarburos y el fin de la política oficial que permite que la petroleras extranjeras, que tienen unos costos de producción más bajos del mundo, obtengan millonarias ganancias en el mercado interno que se extraen de la empobrecida economía de los ciudadanos y de las anémicas arcas fiscales.
Según las autoridades bolivianas, el congelamiento de dos meses en el precio de los carburantes (a un equivalente de 27 dólares el barril el petróleo) equivale a una subvención directa para las petroleras del casi siete millones de dólares.
«Los bolivianos somos dueños del gas y el petróleo, pero estamos pagando el precio internacional solo para beneficio de las transnacionales. Esto ya no podemos soportarlo», sintetizó una ciudadana consultada por una canal local de televisión.
MASIVA MARCHA EN COCHABAMBA
Al igual que en La Paz y El Alto, miles de regantes, trabajadores y jóvenes demandaron en Cochabamba la nacionalización del gas y otras reivindicaciones sobre el agua. En una multitudinaria marcha, los cochabambinos que acudieron a la convocatoria de la Coordinadora de Defensa del Gas y de la Central Obrera, clamaron porque «los hidrocarburos vuelvan a poder del pueblo». «En los próximos días programaremos otras medidas, incluso ir marchando a La Paz», anunció el fabril Oscar Olivera, uno de los organizadores de la protesta.
Omar Fernández, dirigente de los regantes, advirtió que habrán nuevas movilizaciones, hasta lograr «una ley de nacionalización de los hidrocarburos».
«El petróleo debe estar en manos de los bolivianos, para que nosotros decidamos cuánto cuesta y a quién se vende y no como ahora que las petroleras imponen sus precios y ganan millones desangrando al pueblo».
La masiva concentración desarrollada en la plaza central de Cochabamba acordó realizar nuevas movilizaciones
CAMPESINOS DEMANDAN LIBERTAD
La masiva protesta contó en La Paz con el respaldo campesino, que reclamó además por la libertad de uno de los dirigentes del Movimiento Sin Tierra (MST, Gabriel Pinto. El máximo dirigente del MST, Angel Durán, calificó a su compañero Gabriel Pinto como «preso político» del régimen neoliberal de Carlos Mesa. Encabezando la columna de marchistas que llegaronn del agro, Durán dijo que esta manifestación «es una de las primeras medidas» en demanda de la libertad del dirigente que había sido acusado de propiciar la muerte del ex alcalde de Ayo Ayo, a mediados de junio, y que los comunarios reclaman como justicia comunitaria.
«Pinto es un preso político y está claro que el gobierno ha decidido someterse a las transnacionales. Estamos luchando contra la injusticia», dijo al destacar que la detención de Pinto viola el fuero sindical y penaliza la protesta social.
«Luchamos por la nacionalización del gas y los hidrocarburos», agregó, mientras las columnas campesinas cercaban las instalaciones de la cárcel de San Pedro, donde está recluido Pinto, precipitando un enfrentamiento con las fuerzas policiales
No se reportaron heridos ni contusos en este incidente, aunque sí varios detenidos.
Otros enfrentamientos entre choferes y policías se registraron en la zona sur de La Paz, con un saldo de una comisaría incendiada y el destrozo de varios vehículos. En otras zonas de La Paz y El Alto también se verificaron escaramuzas entre policías y transportistas, con un saldo de varios contusos leves y un número indeterminado de detenidos.
EL REINICIO DE LA LUCHA
La jornada de protesta fue para los campesinos el «inicio de las luchas comunarias, como lo hicimos en el 2003», anunció el «Mallku» Felipe Quispe, el líder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, que encabezó, junto al líder de los Sin Tierra, la marcha campesina.
«Este apenas es un precalentamiento antes de realizar nuestras movilizaciones. Si este gobierno represor no libera a nuestro compañero Pinto, nosotros también vamos a tomar presos a las autoridades y corregidores en nuestras comunidades, y así los vamos a canjear», dijo.
El Mallku aseguró también que la lucha por el gas es parte de la protesta campesina. «Con el referéndum han mamado (engañado) al pueblo, por eso la Confederación ha instruido que no se debe votar, pero estos mentirosos del gobierno decían que las transnacionales se iban a ir, pero ahora siguen subiendo la gasolina, el diesel y los combustibles. Están subiendo los precios y se están estrellando contra el pueblo. Los hombres y mujeres del campo estamos cargando con esta injusticia».
APOYO CIUDADANO
La protesta de choferes, campesinos, obreros y vecinos concitó el respaldo de amplios sectores ciudadanos. Encuestas entre los ciudadanos de La Paz mostraron, a media mañana, un amplio apoyo de la ciudadanía al paro de los transportistas, a pesar de los perjuicios que ocasionan al semiparalizar las ciudades de La Paz y El Alto, donde se han suspendido muchas actividades.
Los ciudadanos consultados por las radioemisoras locales cuestionaron la política gubernamental favorable a las petroleras y destacaron la posición de los choferes de no incrementar los pasajes del transporte y, por el contrario, luchar por el congelamiento de los carburantes, haciendo frente común con los vecinos de los barrios más pobres, los campesinos sin tierra y la Central Obrera.
Estos son algunos de esos testimonios:
«Tenemos que apoyar nomás a los choferes, es un mal necesario para evitar que suban los carburantes. No sé en qué está pensando el gobierno, parecen ciegos y sordos» (Sr. Herbas)
«Hay que cambiar los contratos de las petroleras, que se vayan y hay que ver cómo deshacer esos contratos. Tenemos que recuperar nuestras cosas (…) El gobierno debe tomar partido por el pueblo» (Sr. Fuentes)
«Este gobierno es la continuación de Sánchez de Lozada. Hay que revisar la capitalización (,,,) Las petroleras han violado las leyes, hacen lo que quieren en el país. Hay hambre en el pueblo y hay más delincuencia. La gente se está disputando incluso la basura. Hay que unirse» (Sra. Espinoza)
«Estoy en contra del paro. Hay una subvención que paga el pueblo y que beneficia a los transportistas» (Sra. Moncada)
«Todo es culpa de Sánchez de Lozada. Yo apoyo a los choferes porque también nos afecta que suban los carburantes. ¡Qué hay de esa gente que no tiene ni para comer!. ¡Es injusto. Hasta cuándo van a apoderarse de nuestras riquezas! Dios nos va ayudar a hacer justicia (Sra. Lourdes Ramos)
«Veo cómo la gente sufre, estamos acongojados. Mesa es parte del gonismo. Su proyecto favorece a las transnacionales. No podemos esperar nada bueno de él. Estamos en una crisis total. Estamos cansados de los discursos bonitos de Mesa» (Sr. López)