La fragilidad del proceso electoral en Bolivia está dado por la desesperación del régimen de facto y de los sectores de ultraderecha para que, el próximo domingo, el MAS no alcance el triunfo.
Una serie de documentos filtrados, proporcionados por la redacción de la Red de Comunicación Popular REDCOM y publicados en el portal kaosenlared.net, revelan una lista con nombres, apellidos y rangos de militares bolivianos en servicio activo y pasivo afines al gobierno de facto de Jeanine Añez, que estarían detrás de la organización de situaciones de extrema violencia para evitar que se celebren las próximas elecciones en Bolivia.
Según lo dispuesto en dichos documentos filtrados, tanto antes como durante y después del proceso electoral, se darán diferentes escenarios de violencia con el fin de evitar que el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, pueda regresar al poder. El punto central de dichos escenarios es el montaje de los llamados “falsos positivos”, en los que los actuales Ministros de Defensa y de Gobierno estarían trabajando desde hace meses. Plantean, además, un nuevo golpe de Estado en caso de que ganase el MAS.
Bajo el título de “información complementaria”, los documentos filtrados detallan la identidad de 11 militares que se están moviendo en acciones de represión a los movimientos sociales y al MAS, teniendo como centro de operaciones la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH): Coronel Reserva Activa, Ramiro Eduardo Calderón De La Riva Lazcano (RA); Coronel Edwin Iván Suaznabar Ledesma (RA); Coronel Saúl Torrico Peredo (RA); Coronel Luis Sagredo Torrico (RA) y Coronel Grober Quiroga Gutiérrez (RA)
La lista continúa con otros militares a los que no se les ha podido identificar con sus grados. Todos están agrupados en la logia Renovación 12 del General Alcalá y son los siguientes: Marcelo Gandarillas, Ariel Alcides Canaza Gómez, Roger Hurtado Lazo, Osar Guillen, Álvaro Rueda Peredo y David Paukara Poma.
Las fuentes consultadas por REDCOM tras recibir los documentos señalan que los militares “de orientación nacionalista de derecha y ultraderecha” han estado trabajando arduamente, durante un mes, para recoger toda la información necesaria para dichas actuaciones.
Entre esta información, hay datos sensibles sobre los hoteles donde se hospedarán los observadores internacionales del proceso electoral, incluyendo detalles de cómo acceder sin ser detectados para poder ubicar artefactos explosivos y que “dejen huellas que incriminen al MAS” si se les da luz verde.
Continuando con las revelaciones de los documentos filtrados, a las acciones militares, se le suman las acciones del gobierno y de los medios de comunicación.
Por un lado, el gobierno de facto de Bolivia, a través de los ministros Arturo Murillo y Luis Fernando López, han realizado acciones para preparar este escenario, como atribuir al MAS la voladura de antenas de telecomunicaciones en El Chapare y Santa Cruz entre junio y julio, la incautación de más de 126.000 municiones del calibre 22 en Coachabamba para acusar al MAS de estar preparando tácticas de guerrilla en agosto o responsabilizar a personalidades del MAS de los incendios en la Chiquitanía amazónica en agosto.
Los medios de comunicación que apoyan a Áñez han estado apoyando estos hechos falsos y construyendo noticias falsas y tergiversadas, lanzando consignas como que “el MAS activa grupos irregulares para generar violencia y afectar la democracia”, o que “El MAS se prepara para activar violencia el 18 de octubre, una vez que se conozcan los resultados que les serán adversos en las elecciones generales”.
Movimiento irregular en las fuerzas armadas
Pero, en el documento, no solo se refieren a cuestiones teóricas o a acciones políticas. También hacen referencia a dos desplazamientos de las fuerzas armadas nada habituales. En primer lugar, el 24 y el 25 de septiembre, se registraron reuniones reservadas entre el Ministro de Defensa, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Sergio Orellana, el Comandante del Ejército Rubén Salvatierra, el Coronel Javier Espinoza Daza y el Comandante del Ejército Rubén Salvatierra. El objetivo de estas reuniones, según las fuentes militares consultadas, ha sido para analizar información ya recolectada en el terreno por la inteligencia militar y que ha sido profundizada en la zona del Chapare desde hace más de dos semanas.
No obstante, llama poderosamente la atención el trabajo exploratorio de dos radios, la Kausachum Coca y Soberanía, donde se presume que se escondían armas y explosivos por parte de 50 militares de las Fuerzas de Operaciones Especiales (F-10) y de las Fuerzas Especiales del Challapata. Dichas fuerzas están al mando del Mayor Santiesteban, hijo del General Santiesteban, que estuvo involucrado en las acciones del gobierno de Evo Morales entre 2008 y 2009.
En segundo lugar, es el activo despliegue de militares pasivos y coordinación con grupos paramilitares, organizados alrededor de la Coordinación Nacional Militar (CNM, tildada de derecha y de extrema derecha), en relación directa con el Ministro de Defensa y el Ministro de Gobernación.
Sobre esto, el documento detalla sobre los cuadros militares dirigentes de la CNM, que “estarían trabajando desde hace un mes” en torno a tres objetivos operativos fundamentales: en el trabajo de obtención de información de los hoteles en los que se alojarán los observadores internacionales para las elecciones generales; en la recolección de información de esos hoteles y sus vías de acceso, etc.; y en la colocación de bombas en los hoteles, tanto dentro como fuera de ellos.
El papel de los militares señalados
Además de la lista de nombres filtrados por dichos documentos, se revela también el papel que tendrán algunos de ellos en los planes contra el MAS y los movimientos de izquierda.
El Coronel Oscar Pacello Aguirre será el encargado de diseñar el plan y buscar el lugar exacto para colocar y activar los explosivos, e incriminar al MAS de los daños provocados. El Coronel Julio Cesar Maldonado Leoni estará al mando de lanzar “la noticia mortal” (no especificada) desde tres países diferentes como un hecho investigado. El General Marco Antonio Bracamonte es el encargado de movilizar a las iglesias cristianas para pedir paz y cese de conflictos. “Chiqui” y “Toboaldo Cardozo” son los encargados de contactar con los grupos paramilitares de La Paz (La Resistencia), Santa Cruz (Unión Juvenil Cruceñista) y Cochabamba (Juventud Kochala). El General de División Iván Hilarión Alcalá Crespo, director de la ANH y estrechamente vinculado a la embajada estadounidense, es el responsable del suministro de vehículos y combustible a los militares.
Los documentos aseguran que cuatro serían los objetivos centrales de las acciones violentas planificadas: boicotear el proceso electoral y, en última instancia, impedir que se celebren las elecciones; desencadenar una condena social y de los medios de comunicación por los daños sufridos por los artefactos explosivos, de lo que se culparía al MAS; presionar para que se convoquen a elecciones para dentro de un año con el argumento de que no hay garantías para su celebración debido a la violencia organizada desde el MAS; y conseguir que el ejército se haga cargo del gobierno del país, que estaría presidido por el Coronel (retirado) Mario Alberto Almeida Salas.
Todo esto debería llevar, de acuerdo con los documentos filtrados, a la disolución de la Asamblea Nacional y a la refundación de la República de Bolivia.
Evo Morales alerta de posibles atentados
Frente a estas y otras informaciones, el ex presidente Morales ha advertido sobre los planes que existen entre gobierno y militares para impedir las próximas elecciones en el país, y llamó urgentemente a la comunidad internacional a vigilar la situación.
“Son muy preocupantes las informaciones sobre la organización de situaciones de violencia para impedir que se realicen las elecciones en #Bolivia. Llamamos a la comunidad internacional a monitorear estas alertas y al pueblo a no caer en provocaciones”. Así, Evo Morales hizo referencia a dos publicaciones: en primer lugar, a la del diario británico The Morning Star, que había divulgado que grupos violentos vinculados a paramilitares de la extrema derecha boliviana preparaban atentados terroristas para atribuirlos al MAS e impedir su victoria electoral; y, la segunda, publicada por REDCOM y kaosenlared.net, donde se reveló el informe exclusivo recibido desde Bolivia, y realizado por grupos de inteligencia del Estado, encabezados por civiles y militares que están del lado de la Constitución y la democracia.