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¿Se convertirá el Reino Unido en la fortaleza digital más impenetrable del planeta?

Fuentes: Rebelión

El Reino Unido aspira a ser el espacio digital «más seguro del mundo» con la aprobación del Proyecto de Ley Online Safety Bill (OSB), Ley de Seguridad en Línea. Sus defensores sostienen que esta iniciativa convertirá al Reino Unido en «el lugar más seguro del mundo para navegar en línea». ¿Será así?

La OSB otorgaría nuevos poderes para evitar el «abuso infantil». Entre ellos, permitiría al regulador británico de telecomunicaciones, Ofcom, solicitar a las empresas tecnológicas del Reino Unido que proporcionen acceso a la información de cualquier usuario de Internet de todo el mundo. Esto incluiría archivos y mensajes cifrados de extremo a extremo, end-to-end encryption (E2EE).

Es decir, la OSB facilitaría el acceso gubernamental, a través de puertas traseras, a la información de los usuarios por la “protección de menores”. 

Surgen interrogantes sobre la gestión y control de estas «puertas traseras» que habrá que proteger. Habilitar «puertas traseras» en los sistemas de comunicación, incluyendo los cifrados, supone un enorme riesgo de seguridad. Por lo tanto, aunque la intención inicial de la OSB parece ser la protección de menores, paradójicamente, estas medidas podrían introducir riesgos adicionales.

Estas puertas, lejos de garantizar la seguridad, podrían desatar peligros que erosionen la privacidad y seguridad de cualquier usuario y podrían transformarse en verdaderas «cajas de Pandora».

Son medidas sorprendentes y difícilmente justificables desde el punto de vista de la ciberseguridad, ¿estamos frente a una torpeza, una negligencia o en el fondo hay intenciones encubiertas de vigilancia?

Empresas de mensajería cifrada han manifestado su firme oposición a la nuevas medidas y han advertido que abandonarían el mercado británico si estas regulaciones comprometen la seguridad de sus usuarios.

Además, para aumentar la polémica, la OSB, podría exigir a las plataformas de contenidos en línea suprimir los contenidos que el gobierno británico juzgue “inadecuados” para los menores. Surge la inquietud: ¿qué criterios definirán qué es inadecuado y quiénes serán los encargados de hacerlo? La medida se asemeja peligrosamente a la censura.

Disfrazada de una noble causa, la protección de niños, niñas y adolescentes, la OSB plantea serias dudas sobre su implementación y verdaderos objetivos. Estas leyes generan incertidumbres inevitables, ¿buscan protección, son irresponsables o en el fondo pretenden la vigilancia indiscriminada? 

El sistema legal británico es un referente global que se termina replicando en otros países. Estados Unidos y Australia debaten leyes similares. Esperamos con preocupación las repercusiones de estas propuestas legales.

Leyes como la OSB pueden romper el delicado equilibrio entre protección y libertades fundamentales. Son un pasito más de un avance imparable hacia la vigilancia masiva global.

* Rafael Rico Ríos es Ingeniero de Telecomunicación especializado en ciberseguridad y cumplimento normativo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.