El bloqueo de la cámara de senadores en Bolivia decidido por los dos partidos de oposición, con la finalidad de presionar al gobierno del Movimiento al Socialismo, se quebró el día de ayer cuando tres parlamentarios de Poder Democrático Social y de Unidad Nacional decidieron reintegrarse a las sesiones, dando paso a una maratónica sesión […]
El bloqueo de la cámara de senadores en Bolivia decidido por los dos partidos de oposición, con la finalidad de presionar al gobierno del Movimiento al Socialismo, se quebró el día de ayer cuando tres parlamentarios de Poder Democrático Social y de Unidad Nacional decidieron reintegrarse a las sesiones, dando paso a una maratónica sesión en la cual se sancionaron varias normas legales, siendo la principal la denominada ley de reconducción comunitaria de la reforma agraria.
Resulta muy significativo el origen de los parlamentarios que permitieron reconstituir el quórum reglamentario en la cámara alta boliviana. Uno de ellos titular y los otros dos suplentes, pertenecen a los departamentos de Beni y Pando, ambos ubicados en el Oriente boliviano y que forman parte de la denominada «media luna» opositora al gobierno.
En horas de la mañana habían ingresado a la ciudad de La Paz miles de campesinos e indígenas originarios, organizados en varios destacamentos, los mismos que habían marchado algunos hasta tres semanas consecutivas con la intención de presionar por la aprobación de la mencionada ley.
Los dirigentes nacionales de PODEMOS y Unidad Nacional habían ordenado el repliegue de sus senadores como una medida con la cual buscaban no sólo demostrar su condición de mayoría en dicha cámara, sino principalmente que el Movimiento al Socialismo diera un viraje en el proceso de aprobación del reglamento de la Asamblea Constituyente. En este caso, el planteamiento de la oposición es que todas las decisiones sean adoptadas por dos tercios de los constituyentes.
Adicionalmente y en concordancia con los partidos de oposición, los comités cívicos y los prefectos que comparten sus propuestas también habían entrado en «emergencia» dando a conocer un ultimátum al gobierno, incluyendo un plazo perentorio luego del cual realizarían un paro de 24 horas en sus circunscripciones.
La situación era ciertamente delicada, el presidente de la República no logró la autorización senatorial para un viaje al exterior por lo cual tuvo que programar un viaje muy corto, lo cual si se lo permiten las leyes bolivianas. Mientras Evo Morales estuvo en Holanda, el vicepresidente Álvaro García Linera sostuvo varias reuniones con los jefes de bancada, pero todas ellas no pasaron de las buenas intenciones.
Evo Morales tuvo que adelantar su retorno y prácticamente ingresar a la ciudad de La Paz junto con los marchistas, a quienes se dirigió en una manifestación señalando la urgencia de que los senadores retomaran su trabajo, anunciando además que consideraría la posibilidad de recurrir a decretos con la finalidad de solucionar las dificultades derivadas del bloqueo senatorial.
Ello no fue necesario, el Movimiento al Socialismo y sus operadores políticos no debieron esperar sino unas horas, para que la crisis se solucionara mediante la asistencia de tres opositores a la sesión del Senado.
Promediando las cero horas del 29 de noviembre, el Palacio Quemado -sede del gobierno boliviano- estuvo colmado por indígenas, campesinos y colonizadores, autoridades del poder Ejecutivo y decenas de periodistas, quienes fueron testigos de la promulgación de la ley que permitiría reconducir el proceso de reforma agraria y revertir la preeminencia del latifundio principalmente en el Oriente boliviano.
La oposición todavía no sale de su sorpresa. En el mismo desarrollo de la sesión de la cámara de senadores intentó el retiro de quienes habían roto su «férreo bloqueo» y sólo lo logró con uno de ellos.
Este es un triunfo del Movimiento al Socialismo, en su haber figurará como un logro muy importante en el proceso de cambios respetando la institucionalidad democrática.
Difícilmente los partidos de oposición podrán cuestionar las decisiones tomadas y se verán obligados a redefinir sus medidas de presión.
Evo Morales viajó nuevamente, esta vez a Nigeria a la cumbre Sur – Sur. Mientras tanto, su vicepresidente continuará lidiando con una oposición debilitada.
Todavía queda pendiente la solución definitiva a la demanda por los dos tercios en las decisiones de la Asamblea Constituyente y no sería raro que el MAS -aparte de sostener con firmeza su posición- pueda dar alguna sorpresa y ganar los representantes que necesita.
En cualquier caso, el gobierno boliviano ha demostrado una vez más que su fortaleza deviene principalmente del respaldo de los movimientos sociales.