¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Mateo 23:27
Andrés Manuel López Obrador llamó a que los medios de comunicación se quitaran las máscaras, que fueran honestos y dejaran de ser sepulcros blanqueados. Esto porque hay muchos medios que utilizando la supuesta objetividad se han dedicado por años a engañar al pueblo. En esto estamos de acuerdo, los llamados medios “chayoteros” que utilizan la información como una vil mercancía y lucran con la desgracia del pueblo deben ser juzgados y castigados y más en situaciones como la actual contingencia por Covid-19 donde muchos crean caos, generan miedo y desinformación entre la gente empeorando la ya difícil situación en que nos encontramos.
Entre estos medios uno de los más beneficiados por el neoliberalismo fue TvAzteca la cual nace gracias a la privatización del Instituto Mexicano de la Televisión (Imevisión) cadena estatal del gobierno federal la cual fue vendida en 1993 a Grupo Salinas por Carlos Salinas de Gortari. Así, Ricardo Salinas Pliego y su familia pasaron a formar parte de la élite de multimillonarios mexicanos, actualmente Salinas Pliego es el tercer mexicano más rico y ocupa el lugar 110 entre los más ricos del mundo con una fortuna valuada en 13.200 millones de dólares en febrero de este año.
Esto sale a colación porque hace unos días Ricardo Salinas Pliego haciendo un gran despliegue de su humanismo y de querer echar a andar la economía de este país dio un “poderoso mensaje”, como lo llamaron algunos medios, donde llama a que todos los mexicanos salgan a trabajar, que el Coronavirus no es una enfermedad grave, que nuestro país no morirá por Coronavirus sino por hambre. Tal vez por eso en Banco Azteca llaman a que pagues antes tus deudas antes de que cierren las sucursales.
El gran “filántropo” y con “sentido social” de Ricardo Salinas, evidentemente, no ha mandado a descansar a sus trabajadores, él de manera casi heroica hace un llamado para que los trabajadores mexicanos, sobre todo los jóvenes, sigan saliendo a la calle, que trabajen y consuman, que se mueva la economía. Al fin, si te mueres es por mala suerte porque esa enfermedad ni es peligrosa menos si tienes acceso a los mejores hospitales del mundo, una alimentación variada e internacional y todo lo mejor que el dinero pueda comprar.
Grupo Salinas tiene cerca de 70.000 empleados en empresas como Banco Azteca, Elektra o TotalPlay. Empresas que mes con mes engordan sus ganancias gracias a la explotación de los trabajadores quienes cubren horarios de entre 10 y 12 horas al día, cuando no se tienen que quedar “para cubrir” otros horarios o cuando no les piden que se “pongan la camiseta” y trabajen más por un salario de hambre que medio se completa con bonos por ventas o endeudar a más gente a pagos chiquitos para pagar casi el doble.
¿Cómo es posible que este sujeto se ponga a dar clases de moral? ¿Cómo alguien puede hablar de la vocación social de los empresarios cuando un trabajador de Elektra gana $4,000 mensuales mientras que las ventas mensuales de Elektra son de aproximadamente de 10.000 millones de pesos más todo lo que ganan de los intereses (en promedio acabas pagando un 117% más de lo que te costó el producto). Todo esto sin mencionar que Grupo Salinas acusó de delincuencia organizada a los trabajadores que se organizaron para crear un sindicato allá por el año 2006.
Sin duda Grupo Salinas no huele más que a huesos muertos e inmundicia que ahora se quiere blanquear hablando de bienestar (y claro, “ayudando” a distribuir las tarjetas del mismo nombre). Si Ricardo Salinas realmente fuera un filántropo y quisiera ayudar al país no explotaría de esa manera a sus trabajadores, les daría salarios dignos, horarios de trabajo apegados a la legalidad y no perseguiría a quienes buscan organizarse.
Nosotros sabemos que no existe la vocación social de los empresarios, que su propia forma de acumular riquezas: la explotación del trabajador y el robo de la plusvalía son justo lo contrario al bienestar.
En otros ejemplos recientes de gobiernos progresistas en América Latina es justo esa falla estratégica de fortalecer a una parte de la burguesía, “no pelear”, ser “prudentes” la que afila el cuchillo de la traición. Por más buenas intenciones que pueda tener el actual gobierno y su política de conciliación entre clases no puede ser más que eso, un acto “bueno” pero recordemos que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.
Como Salinas Pliego otros empresarios también quieren ser sepulcros blanqueados. Banorte anunció que retrasaría los pagos de las deudas que tienen sus clientes, sin embargo, las letras chiquitas de la medida indican que el único beneficio será que no te meterán a buró de crédito pero en cuatro meses los intereses ahí estarán esperándote y bien acumulados, ¡no pues que bondadosos!
Otras empresas como Telvista, una empresa del bonachón de Slim quien está por anunciar un paquete de inversiones en el país para echar a andar la economía mantiene laborando a trabajadores en riesgo porque “no se dan abasto”. Pero eso sí Slim ya donó 1.000 millones de pesos en equipo médico. Algo así como lo que gana Carlos Slim en 5 horas de un día cualquiera, ¡no pues que bondadoso!
Es cierto, no queremos más sepulcros blanqueados, no queremos más hipocresía, por eso les quitamos las máscaras a los más ricos entre los ricos y sus discursos de moral burguesa. Por eso nosotros jamás creeremos en su bondad, ellos son los que hacen vivir un infierno a los trabajadores, son los lobos vestidos de oveja.
Pero el pueblo es sabio y conoce a sus verdugos, por eso no podemos descansar en la denuncia de estos hechos, no podemos descansar en la organización del pueblo en torno a la defensa de nuestros derechos laborales y humanos, debemos demostrar que la única salida real y concreta para esta crisis y esta pandemia es que sepultemos de una vez y para siempre el capitalismo y el neoliberalismo para construir el socialismo, un sistema donde no tendremos que esperar la bondad de los poderosos pues seremos nosotros, los trabajadores, quienes gobernaremos y decidiremos sobre nuestras vidas, sobre nuestros recursos y sobre nuestro país.
¡Contra la explotación capitalista y las pandemias; resistencia, organización y lucha por el socialismo!