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Las luchas por defender los recursos naturales y las tareas de los socialistas

Ser tribunos del pueblo y llevar la indignación a todos los lugares donde estemos

Fuentes: Rebelión

Los empresarios nacionales y extranjeros vienen por todos los recursos naturales que aún tenemos en México, las llamadas reformas estructurales no son más que los permisos legales que el gobierno les da para implementar el despojo, el saqueo y el hambre en contra de millones de habitantes de este país. Algunos pueblos que viven el […]

Los empresarios nacionales y extranjeros vienen por todos los recursos naturales que aún tenemos en México, las llamadas reformas estructurales no son más que los permisos legales que el gobierno les da para implementar el despojo, el saqueo y el hambre en contra de millones de habitantes de este país.

Algunos pueblos que viven el despojo se han organizado desde hace muchos años o recientemente para defender su patrimonio, el de sus hijos, el de todos los mexicanos trabajadores y por esa razón están siendo perseguidos, encarcelados, asesinados.

Como ejemplo de la política de represión contra el pueblo que se organiza en la defensa de sus derechos tenemos el encarcelamiento en Puebla a principios de abril de tres personas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Puebla, Morelos y Tlaxcala: Enedina Rosas Vélez de 60 años, Juan Carlos Flores Solís y Abraham Cordero Calderón. No contento con esto el gobierno de Puebla giró órdenes de aprehensión el día 18 de junio contra otros 10 campesinos de Atzitzihuacán y Juan C. Bonilla, de la misma organización, todo por oponerse a malbaratar sus tierras para que se construya un gasoducto que beneficiará sólo a empresas privadas y a unos cuantos funcionarios del gobierno federal y de los estados por donde pasará.

En el mismo estado, en Puebla, pero en la región norte, cerca de un pueblo llamado Cuautapanaloyan, municipio de Cuetzalan, a principios de junio, fue asesinado de 4 balazos el luchador social náhuatl Antonio Esteban Cruz, por luchar por tierra para los campesinos indígenas pobres y oponerse a los proyectos mineros de extracción de oro, entre otros minerales.

En la defensa de un manantial que fue entubado por el gobierno del Distrito Federal, los pobladores de San Bartolo Ameyalco se defendieron de la agresión de los granaderos de la ciudad; como consecuencia 5 pobladores están presos desde el 21 de mayo del año en curso.

Y, por si fuera poco, el día 17 de junio de 2014 fue detenido Marco Antonio Suástegui Muñoz, dirigente histórico del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP) en Acapulco, Guerrero, por oponerse a la construcción de la Presa Hidroeléctrica «La Parota», cuya construcción implicaría la desaparición de varios pueblos cercanos a Acapulco, a este luchador social se lo llevaron preso hasta un penal de Nayarit violando un amparo que habían interpuesto sus abogados para que fuera sacado del estado de Guerrero.

Al interior de las organizaciones y pueblos que luchan por la defensa de los recursos naturales y su tierra, hay miedo y confusión; hay incluso un poco de desesperanza y desesperación y es hasta cierto punto normal, pero ¿qué nos enseñan estas luchas y cuáles son las tareas que nos dejan a los socialistas consecuentes?

Enseñanzas

1. La defensa de la tierra, del agua y de todos los recursos naturales es una lucha que cobra mayor fuerza porque afecta de manera directa, inmediata y grave la vida cotidiana de los pobladores que sufren o sufrirán la imposición de proyectos de explotación o de construcción de vías de comunicación que los despojarán de sus recursos, medios de vida o lugares donde viven.

2. El Estado y todas sus instituciones están al servicio de los empresarios y empresas que impulsan los proyectos, por esta razón defienden los mismos intereses económicos y políticos y además aplican las leyes a favor de los empresarios y en contra de quienes se oponen a los proyectos.

3. El Estado cuando invierte económicamente en estos proyectos lo hace con dinero del pueblo en beneficio de empresas privadas.

4. Quienes se oponen a los proyectos de manera organizada son considerados por el gobierno como criminales peligrosos que debe perseguir, encarcelar o asesinar.

5. Las luchas locales sin vinculación con otras luchas o las luchas que únicamente son para resolver problemas locales tiene menos fuerza para resistir la represión.

6. Las luchas que sólo se reducen a las soluciones de sus problemas inmediatos, pero que no se proponen transformar la realidad capitalista no pueden triunfar completamente, pues tarde o temprano los mismos proyectos u otros se aplican, pues las necesidades de las empresas son más fuertes que los derechos del pueblo no organizado.

7. Un pueblo que se organiza puede resistir; pero no basta con organizarse ellos mismos, es necesaria la organización y la unidad de todos los pueblos, colonias, barrios, de todo el pueblo para resistir con mayor fuerza y triunfar.

8. Que la organización de los pueblos, barrios y comunidades por resistir el despojo y la explotación es ya por sí misma un triunfo y que esperar la cancelación de los proyectos en un corto plazo para sentir que se ha triunfado es una ilusión que provocará desesperanza y desesperación si no se obtiene.

Estas enseñanzas nos dejan las siguientes tareas:

1. Debemos construir y difundir la idea en todas las personas que luchan o son sensibles de que sólo la transformación social profunda puede modificar o cancelar de raíz este tipo de proyectos de despojo y explotación que sólo benefician a las empresas y gobiernos que los impulsan y los imponen. No basta luchar contra un sólo proyecto o un conjunto de empresas, es necesario modificar el sistema económico y social que se fundamenta en la explotación del hombre y la destrucción de la naturaleza por un pequeño grupo de individuos y empresas.

2. Toda nuestra propaganda y agitación debe ser dirigida a unificar la lucha por la cancelación de estos proyectos, la defensa de la naturaleza y de nuestros medios de subsistencia con la lucha por la transformación social con la lucha de todo el pueblo oprimido, explotado y despojado por el capitalismo.

3. Debemos convertir todos nuestros medios impresos (revistas, periódicos, volantes) en una tribuna en donde los afectados por las diferentes políticas del gobierno encuentren un espacio para la denuncia, un medio para llegar a otras personas y los socialistas debemos ser «tribunos» del pueblo, es decir, llevar a todos los lugares la indignación de lo que el gobierno hace contra el pueblo trabajador.

4. Debemos explicar y convencer a las personas que luchan de manera organizada que hacerlo es ya una victoria y que ésta nos debe infundir ánimo y esperanza para conseguir otras victorias; pero debemos tener cuidado en no construir falsas esperanzas, pues la única victoria que nos garantizará que no se realicen los proyectos de despojo y hambre es la construcción de una sociedad que no esté gobernada por una minoría.

5. Debemos luchar por la libertad de los presos políticos, luchar por el regreso a sus estados, luchar por mejores condiciones de reclusión y además denunciar constantemente los abusos de que son objeto y las irregularidades jurídicas de su caso. Esta lucha y denuncia es parte de la lucha por las libertades democráticas que el pueblo se ha ganado y hoy se le arrebatan con la creación de leyes que convierten en criminales a quienes defienden de verdad al pueblo.

6. Debemos construir organización en los pueblos, colonias o comunidades afectadas o incluso apoyar a las ya organizadas, para construir una gran alianza contra el neoliberalismo y la unidad por el socialismo.

7. Debemos transformar este gran impulso de luchas contra personas, empresas y proyectos en una gran lucha del pueblo contra la clase burguesa que nos impone su política de despojo, saqueo, desplazamiento forzado y hambre.

Los socialistas consecuentes tenemos mucho que hacer y que aprender de estas luchas; tenemos además la obligación de mostrar con el ejemplo que somos y seremos los más abnegados y consecuentes luchadores por las libertades democráticas, por la solución de las demandas inmediatas de los pueblos, barrios, colonias organizadas o no organizadas. Y, sobre todo, tenemos la obligación de unir esas luchas con la necesidad de construir una sociedad donde la clase burguesa y sus políticos no sean quienes deciden por todos y contra la mayoría.

¡Contra el despojo, el saqueo y la explotación; resistencia, organización y lucha por el socialismo!

Nota:

Este artículo fue publicado en la sección ANÁLISIS del No. 2 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 19 de julio de 2014.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.