Cómo piensa Bolivia re-colonizar el imperio Un estudio del Concejo de Relaciones Exteriores de los EEUU (CRE) publicado el 2004(1), planteó la necesidad de enfrentar «Situaciones hipotéticas de violencia en Bolivia, potencialmente sobre distribución de la tierra, la asamblea constituyente o conflictos laborales.» La preocupación del CRE se debía a que el colapso del gobierno […]
Cómo piensa Bolivia re-colonizar el imperio
Un estudio del Concejo de Relaciones Exteriores de los EEUU (CRE) publicado el 2004(1), planteó la necesidad de enfrentar «Situaciones hipotéticas de violencia en Bolivia, potencialmente sobre distribución de la tierra, la asamblea constituyente o conflictos laborales.»
La preocupación del CRE se debía a que el colapso del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre 2003, había tenido repercusiones sobre todo en Perú y Ecuador por su numerosa población indígena. Esto había constituido una seria advertencia para los EE.UU. y los gobernantes andinos de que el colapso de Bolivia podía presagiar una desintegración regional mayor y, peor aun, si a esta se sumaba un posible colapso de Colombia o Venezuela, las consecuencias serían inconmensurablemente más devastadoras para la estabilidad regional y la situación de los EE.UU. en Latinoamérica.
Ante semejante peligro, el estudio urgía a los EE.UU. a tomar la iniciativa de convencer a quienes calificaba de «significativos aliados de EEUU en Sudamérica», Chile, Argentina y Brasil de desarrollar estrategias comunes frente a Bolivia. La base de esta nueva alianza serían los grandes «intereses creados» (textual) de cada uno de estos países, en comercio y energía en Bolivia. Por su parte, los intereses de EEUU, según el estudio, no abarcan solo Bolivia sino toda la región andina, de donde obtiene cerca del 20% de su provisión de energía, respondiendo Venezuela por el 14% del petróleo que importan. Los asuntos a discutirse sobre Bolivia serían: flujos de refugiados, asistencia humanitaria, mediación de conflictos e interrupción de la provisión de energía.
Según la experiencia reciente, la asistencia humanitaria y la mediación de conflictos es una intervención militar «neutral» para consolidar el terreno ganado por los invasores. Algunos ejemplos recientes son Haití, ocupado, y Yugoslavia, desintegrada. Por esto también, Inglaterra, la pareja de los EEUU en las invasiones modernas, se ha manifestado valorando la participación de estos países y Perú en operaciones humanitarias(2). En cuanto a la «interrupción de la provisión de energía», esta implica lógicamente, una intervención para restaurarla.
Continuando, el documento sugiere que los países aliados establezcan relaciones y líneas de comunicación con el gobierno, -esto se llama relaciones internacionales-; pero también con partidos de oposición y lideres departamentales de Bolivia, -esto se llama intervención en política interna-, y peor aún, que formulen una política para fomentar un desarrollo social y económico equitativo en Bolivia, lo cual implica asumir la conducción de su economía.
En otro estudio más reciente sobre Bolivia (2007)(3), el CRE le dedica a Chile unos párrafos curiosos. Se dice que Chile considera que la solución de largo plazo a la inestabilidad de Bolivia es el desarrollo de las comunicaciones y la integración; y que Chile ha hecho contribuciones importantes a la estabilidad regional restableciendo totalmente las relaciones diplomáticas, lo que no es cierto(4); y que se ha mostrado dispuesto a negociar una solución para el acceso marítimo de Bolivia, lo que tampoco es cierto. Dado que este documento cuenta con una larga lista de ex-funcionarios e intelectuales del gonismo consultados, no estamos ante una simple falta de información. ¿Por qué se trata de maquillar la política exterior de Chile?. Es por la vieja demanda de Bolivia de una salida al mar que le fue arrebatado por Chile; demanda que ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional. Porque frente a esto, la participación de Chile en la intervención a Bolivia podría parecer la continuación de sus viejas ambiciones geopolíticas lo cual empañaría la fachada humanitaria que se le pretende dar. En cuanto al desarrollo de comunicación e integración, según la doctrina actual para «construir nación», (o sea, consolidar la ocupación) las obras de infraestructura tienen un lugar clave.
La estrategia del CRE incluye el viejo sueño de los EEUU para Latinoamérica, la constitución de fuerzas armadas transfronterizas, según el estudio: AmeriPol y AmeriJust para combatir el crimen transnacional . Los EEUU pretenden hacerse de un ejército supranacional sometiendo los militares latinoamericanos al comando de un yanqui(5).
El imperio ya re-colonizó el pensamiento de las élites
Según el CRE(6) los problemas de Bolivia son «… agudos conflictos étnicos y raciales sobre coca, región, agua, gas, y la distribución de otros servicios públicos». Que todos estos problemas son étnicos y raciales es falso y hasta risible. La cuestión del gas por ejemplo, es un conflicto de Bolivia con las transnacionales. ¿Qué tiene de esto de étnico o racial?.
Esta visión étnificadora o culturalizada de los problemas de Bolivia se aplica en realidad a todo el tercer mundo. Ha sido una característica histórica del pensamiento colonialista y actualmente constituye el pilar remozado del pensamiento imperial sobre el tercer mundo, bajo el nombre de «guerra de civilizaciones». Según B. Lewis, el creador del término(7), esta guerra está planteada por las reacciones «quizás irracionales pero seguramente históricas» de un rival antiguo a la expansión mundial de la herencia judeo-cristiana y su presente secular de occidente.
La etnificación y la culturalización es muy imp ortante para el imperio, porque no puede aceptar que es el origen de las desgracias de sus esclavos, por eso las atribuye a problemas étnicos, culturales internos, de estos. Con eso queda libre de culpa y aparece como si fuera superior y más humano; y en razón de esta humanidad se siente obligado a ayudar y para ello interviene; en razón de esta superioridad se siente justificado a masacrar a sus esclavos por sus «reacciones quizás irracionales». Es una vieja historia.
Esta concepción se ha aplicado, entre otros, al pueblo de Iraq, al cual el imperio lo ha visto como divido entre sunis y shiitas, y en consecuencia, se ha apoyado en los unos para enfrentar a los otros. Así que, si antes no estaban divididos se espera que el enfrentamiento lo haga, y cuando esto suceda, el imperio realizará su plan de partir a Irak en tres pedazos. El tercero será para una de las 5 partes en que los kurdos fueron anteriormente divididos por Inglaterra.
La etnificación o culturalización se adapta constantemente a los nuevos desafíos planteados por las reacciones «quizás irracionales» de los oprimidos. Dos de estos y que inquietan a EEUU por su potencial político, son el antiamericanismo latino y la división entre ricos y pobres que se ha agudizado en Latinoamérica,.
Un experto del Departamento de Estado ha llamado al antiamericanismo latino «cultura del resentimiento»(8). Esto implica que el resentimiento no tiene causas reales, es solamente cultural. El efecto esperado con este nuevo nombre es, como dijo Bush, hablando de las sociedades exitosas, que «…en vez de dirigir su odio y resentimiento contra otros, las sociedades exitosas apelan a las esperanzas de sus propios pueblos»(9). Respecto a la división entre ricos y pobres; esta ha crecido en Latinoamérica más que en ninguna otra parte gracias al neoliberalismo, pero el experto prefiere concebir a ricos y pobres como dos Estados funcionando en un mismo país (¿Será que no hay pobres en EEUU?). El efecto es que la existencia de dos estados en un mismo país es lo mismo que ningún estado, lo cual da la base moral para que el imperio entre a «formar Estado» (nation building), o sea protectorados.
Esta es la ciencia social del imperio, aunque más que ciencia parecen los complejos de un asesino ante el sicólogo. Pero es ante esta «ciencia» que los indigenistas bolivianos formados por dos décadas de neoliberalismo han caído redondos, llegando a peligrosas coincidencias. Esta es la primera gran victoria del imperio.
Estos sectores han quedado ciegos ante el hecho de que el imperialismo, utilizando las cuestiones étnicas ha destruido varios países en las últimas décadas, como Yugoslavia reducida a mini países (Uno de ellos, Montenegro con 677.177 habitantes) o que sin llegar a dividirlos han producido sangrientos enfrentamientos «étnicos» internos como el de Ruanda, con una población similar a la boliviana, con cientos de miles de muertos y casi 2 millones de refugiados. Estos métodos no eran un secreto, el mismo Strio. Gral. de las NNUU, Solana declaró en 1995 que la experiencia ganada en Bosnia serviría para futuras operaciones de la OTAN.
La fragmentación de los países en mini-estados más fáciles de dominar es a partir de la crisis del petróleo la estrategia declarada del mundo desarrollado(10) y en las dos últimas décadas es práctica cotidiana. El estado se ha vuelto el enemigo principal de los ciudadanos(11). Por eso el imperio y sus aliados han fomentado todo aquello, sea bueno o malo, que lo debilite. Los indigenistas bolivianos estaban identificados con esta doctrina hasta las patas y de aquí vino una primera coincidencia: ante la cuestión de las autonomías departamentales, no pudieron oponer otra cosa que: … más autonomías, 5 tipos en total, para la nueva Constitución.
Y aquí viene otra. En 1990, el sector que vendría a ser conocido como gonismo presentó un proyecto de Ley de Comunidades y Nacionalidades, que definía a las nacionalidades como entidades rurales. Ahora, la nueva constitución coincide con esto plenamente (naciones indígena-originario-campesinas
Si esto es descolonización, entonces la colonia era el problema de solo algunas minorías, y cuando estas reciban su título de la tierrita que pisan, y en su carnet de identidad figure la etnia a la que pertenecen, deberán sentirse compensadas y con esto el problema de la colonización habrá concluido. ¿Para eso era tanto discurso sobre lo indígena?. ¿Para eso los rituales?
Cuán lejos está este indigenismo colonizado de la rebelión de Tupac Katari y Tupac Amaru que abarcó el antiguo incario; cuán lejos está de Petion, líder de Haití, la primera república libre de América, y la primera república negra, que en la horrorosa pequeñez y aislamiento de esta isla tuvo la genialidad y la dignidad de aliarse con Bolívar, de convencerle de la liberación de los negros y proporcionarle armas y combatientes inaugurando la guerra por la libertad de todo el continente.
Las oligarquías nacionales son la llave del éxito del imperio
La colonización puso a todo el continente frente al colonizador y los EEUU no han cambiado esa situación; la han asumido como un continuo histórico con la guerra de civilizaciones. De lo que fueron las grandes sociedades de las Américas, la unidad de pueblos del incario, los aztecas, y otros, la colonia las partió en piezas manejables como capitanías, luego virreinatos (Nótese que nunca hubo un virreinato del Incario), y finalmente quedamos reducidos a países que representaron el truncamiento del objetivo de unidad de la liberación americana. Pero esto tampoco estaba a medida de las potencias. Ya antes de reemplazar a España, los EEUU establecieron que la independencia de los americanos debía postergarse hasta que le fuera útil a EEUU. Y más tarde ante el fracaso del Congreso de Panamá, se declararon aliviados de «… de un enemigo peligroso en el futuro…».(12) es decir, una América unida.
Los sucesores de España continuaron dividiendo y moviendo las fronteras. Inglaterra patrocinó la invasión al Paraguay junto a Brasil, Argentina y Uruguay, igual que EEUU pretende hacer ahora con Bolivia. Los EEUU conspiraron para «independizar» a Texas de México, preparando la «Revolución libertadora», organizando la desobediencia de los colonos a las leyes mexicanas. El Presidente de EEUU, Jackson utilizaba esa desobediencia para presionar a México a ceder soberanía, pero al mismo tiempo hacia declaraciones de respeto a las leyes internacionales, a los derechos de México, a la moral y la democracia(13). Igual, hicieron que Panamá se «independizara» de Colombia, pero detrás estaba su interés de apoderarse del canal. Después confesó Roosevelt en un discurso: «Yo tomé Panamá». Ahora pretenden dividirnos todavía más.
El CRE es el poder tras el trono de la política exterior de los EEUU. Entre sus miembros y financiadores están los más poderosos de ese país y muchos funcionarios del actual régimen. Los planes que hemos visto, son representativos del pensamiento de que la crisis de Bolivia es una buena oportunidad y un buen pretexto para asumir el comando de los ejércitos de la región, para poner fin a la resistencia a los acuerdos de libre comercio, y terminar con ese constante foco de rebelión que ha sido el pueblo boliviano, para que sirva de escarmiento a los indígenas y al resto del continente.
Al imperio le puede parecer un plan perfecto, como la prometida «guerra quirúrgica» contra Irak que sedujo al mismísimo Dalai Lama, pero para nosotros hay muchas preguntas. En caso de que Bolivia se desintegre: ¿Se producirá una guerra entre los nuevos estados? ¿Se limitarán los impactos sólo a lo que actualmente es Bolivia? ¿Cuales serán las consecuencias para la geopolítica de la región? ¿Se la podrá estabilizar, cuándo y a qué costo? ¿Como afectará a los países vecinos que se comprometan en el reparto de Bolivia y a las relaciones entre ellos? ¿Cómo engranará este conflicto con la actual situación internacional que desde ya es muy grave?.
Hay para todas estas preguntas, una respuesta posible: guerra, y nada que nos permita estar seguros de que no será así. Y una pregunta más: ¿Se podrá evitar una limpieza étnica?
El imperio no puede solo, no sin aliados regionales. Por eso busca a las oligarquías nacionales ofreciéndoles su participación en el saqueo y la opresión de la tierra y de sus pueblos. Esta es la esencia de la integración oligárquica de Latinoamérica. Esto quiere decir que la otra integración, la de los pueblos, no podrá lograrse haciendo la vista gorda ante las propias oligarquías nacionales, porque éstas son la llave del triunfo del imperio, porque pueden ejecutar una política propia, mas allá de los gobiernos nacionales; y no se puede hablar de unidad y solidaridad latinoamericana mientras se ignore esta realidad y no se haga nada por cambiarla.
Si Bolivia se hunde, no solo que nos escarmentarán a los latinos sino que su hundimiento podría arrastrar consigo algo más que los «procesos revolucionarios», podría arrastrar algo muy preciado y propio de Latinoamérica; la paz. ….y con Bolivia nos hundiremos todos.
NOTAS
(1) Andes 2020: A New Strategy for the Challenges of Colombia and the Region. Council on Foreign Relations Center for Preventive Action. Daniel W. Christman and John G. Heimann, Co-Chairs. Julia E. Sweig, Project Director 2004
(2) Latinoamérica hacia el año 2020. Documento público de estrategia del Reino Unido. Foreign & Commonwealth Office. 2007.
(3) Bolivia on the Brink. Eduardo A. Gamarra. CSR NO. 24, FEBRUARY 2007 Council on Foreign Relations
(4) Además, parece que Chile nunca ha necesitado -ni ahora- una embajada para manejar ventajosamente sus intereses con Bolivia.
(5) Según Marcella, el crimen transnacional puede incluir a todos, desde niños abandonados de la calle hasta los piqueteros en la Argentina. American Grand Strategy For Latin America In The Age Of Resentment. Gabriel Marcella. September 2007. Strategic Studies Institute.
(6) Andes 2020.
(7) How to Lose the War on Terror. Mark Perry and Alastair Crooke. Asia Times. Jun 6, 2006.
(8) American Grand Strategy For Latin America.
(9) 20th Anniversary of the National Endowment for Democracy Office of the Press Secretary November 6, 2003.
(10) «Que Nadie Pueda Tolerar a su Vecino». Pablo Villegas. Septiembre, 2007. Rebelión.
(11) Toda sociedad exitosa dijo Bush, limita el poder del Estado. 20th Anniversary of the National Endowment for Democracy.
(12) Bolívar: Los medios que se adoptan para preparar la ejecución de este plan son (…) la seducción, la intriga, los emisarios, sembrar y alimentar las disensiones en nuestras provincias de este continente, favorecer la guerra civil, y dar auxilios en armas y municiones a los insurgentes…». En: Carlos Bastidas Padilla. Los Estados Unidos contra Simón Bolívar.WWW.letralia.com.
(13) Montenegro, C. (1962) Las Inversiones extranjeras en América Latina. Puerta del Sol. La Paz. 2da Ed.