Quiero cerrar la serie de post sobre Smart Cities y de la relación indisoluble entre Smart Cities y software libre con una cuestión que pocas veces se trata y que muchas se ignora. En esto del software, ¿qué debería ser una decisión política y qué debería ser una decisión técnica?. Antes de seguir, si no […]
Quiero cerrar la serie de post sobre Smart Cities y de la relación indisoluble entre Smart Cities y software libre con una cuestión que pocas veces se trata y que muchas se ignora. En esto del software, ¿qué debería ser una decisión política y qué debería ser una decisión técnica?.
Antes de seguir, si no has leído los post anteriores, te recomiendo que lo hagas. En ellos se argumentaban los motivos principales por los que una Smart City debe necesariamente tener sus sistemas de información (geográfica y de cualquier tipo) basados en tecnologías libres.
– Porque es la única garantía de independencia tecnológica.
– Porque reduce asimetrías y la brecha digital entre ciudades.
– Porque posibilita la reutilización de soluciones, la suma de esfuerzos.
En la actualidad nos encontramos con que, pese a la lógica de los argumentos y las leyes que los respaldan, en los proyectos relacionados con las Smart Cities se gastan cantidades indignantes de dinero público en la adquisición de licencias. ¿Quién es el responsable último de esto? ¿El técnico o el político? ¿Quién debe definir en los términos de referencia de las licitaciones las condiciones relativas al licenciamiento?
Por mi experiencia la norma es que lo define el departamento técnico. Un grupo de servidores públicos que trabajan en un área técnica definen los requisitos funcionales y, además, acostumbrados y formados en la universidad en el uso de determinadas marcas…indican que los servicios a prestar deben incluir el uso de determinadas licencias de software. Esta situación hace que o el técnico tiene un conocimiento de las perniciosas repercusiones de implantar software privativo en su institución y un sentido de la responsabilidad para evitarlas…o tengamos un nuevo caso de propagación de dependencia tecnológica institucional.
¿Y el político? Pues me atrevería a decir que, tristemente, en el 99% de los casos esto del software, de la tecnología, ni le importa ni le interesa. Es decir: No lo ve importante. En muchos casos existe, además, una falta de comunicación total entre parte política y técnica.
Imaginemos que es necesario realizar una nueva infraestructura, una carretera, una calle, un parque, una escuela, un centro sanitario…elijan la que más les guste.
¿Cuáles serán las decisiones técnicas? El tipo de asfalto, el ancho de la acera, los tipos de árboles, etc. ¿Alguien se puede imaginar que sea un técnico el que decida que la carretera ha de ser pública o ser una autovía, que la calle se dedique al uso público o privado, que la escuela sea pública o privada?…las decisiones sobre las condiciones de uso de cualquier infraestructura de la ciudad son decisiones políticas. ¿Por qué con la infraestructura tecnológica no pasa lo mismo?
Sirvan estas analogías para determinar que el uso de software libre debería ser siempre una decisión política y nunca técnica.
Espero que esta serie de post hayan sido de vuestro interés y sirvan para abrir un debate necesario. Desde la Asociación gvSIG ofrecemos toda nuestra experiencia y conocimiento para apostar por Smart Cities y soluciones libres.
Necesitamos ciudades inteligentes, necesitamos ciudades libres tecnológicamente.
Fuente: http://blog.gvsig.org/2016/03/16/smart-cities-decisiones-tecnicas-decisiones-politicas/