Cuatro años de firme resistencia presentados en poco más de hora y media es un trabajo de síntesis y concreción digno de resaltar. El documental, planeado y elaborado por trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), es un testimonio de múltiples voces que luchando han identificado la crítica y la autocrítica como los pilares de […]
Cuatro años de firme resistencia presentados en poco más de hora y media es un trabajo de síntesis y concreción digno de resaltar. El documental, planeado y elaborado por trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), es un testimonio de múltiples voces que luchando han identificado la crítica y la autocrítica como los pilares de una pelea sin acta de defunción. Tiene algunas fallas de edición que, para suerte del espectador, son menores, en nada lo demeritan y no impiden recorrer de manera breve una lucha que se cuenta en gritos, lágrimas, marchas, consignas, plantones, Asambleas, alegrías y mucho, mucho, aprendizaje.
La columna vertebral de SME: 4 años resistiendo. Ya es hora de romper el silencio, es la discusión y la invitación al debate. Las ideas y las polémicas ahí expuestas, podría pensarse, son solamente para el interior de un sindicato que, todavía afortunadamente, se identifica como uno de los referentes de la lucha obrera en México. Sin embargo, las palabras de los trabajadores electricistas entrevistados rebasan las fronteras de su gremio. Uno de ellos, joven y efusivo, señala que en la resistencia, en la lucha por los derechos de los mexicanos, «tenemos que confiar, siempre, siempre, en nuestro pueblo». Aparecen en este trabajo las voces de las primeras mujeres smeitas que emprendieron la iniciativa de la huelga de hambre en los albores de una lucha que, se sabía desde su inicio, sería larga y difícil. Otro personaje inolvidable que hace acto de presencia es Cayetano Cabrera que, en 90 días en huelga de hambre, dio una lección de dignidad al entonces Secretario de Trabajo Javier Lozano. El panista le ofreció un puesto en Comisión Federal de Electricidad (CFE) a cambio de levantar la huelga de hambre y Cayetano, en ese 2010 como hoy, respondió que su lucha era por todos sus compañeros, por el regreso de todos a su trabajo y no por una situación personal. Se encuentra también la voz de un smeita que estuvo preso, de manera injusta, por casi un año y que, pese a ello, continúa en resistencia, sin liquidarse, peleando. Habla pues, la resistencia del SME en la voz más diáfana de su lucha.
El documental, sin lugar a dudas, es «la crítica que busca construir». Critica lo criticable y exalta lo exaltable. Exalta la infatigable resistencia de los poco más de 16mil guerreros smeitas que han resistido la campaña mediática en su contra, los dramas familiares, el desempleo y el hambre. Exalta la dignidad con la que mujeres y hombres del SME han escrito una página en la lucha obrera de nuestro país. Critica la táctica seguida por el Comité Central en diferentes momentos de estos largos cuatro años.
Mario Benítez, representante suplente de Agencias Foráneas (así como los diferentes electricistas que nos ofrecen su testimonio), debate con la manida idea de que a través de las instituciones gubernamentales-sin movilización por medio-, se puede alcanzar la victoria no ya para el SME, sino para todo movimiento social que aspire a la victoria. No es casual que sea Mario el trabajador que aparezca constantemente a lo largo del video: las imágenes nos muestran a un smeita que en la difícil tarea de enfrentar al gobierno y, al mismo tiempo, conservar la unidad dentro del sindicato tuvo intervenciones en las Asambleas Generales del SME sin que el Comité lo escuchara o lo hiciera muy poco. El documental es, por eso, la síntesis de una polémica existente al interior del SME lamentablemente poco conocida por el movimiento social de nuestro país. De ahí la gran valía del documental.
Dividido en cinco apartados, por los cinco momentos en los que el Comité había declarado la «victoria de papel», se analiza desde una perspectiva crítica- desde el propio movimiento, desde el propio SME, con el objetivo de vencer-, la táctica de poner la fuerza y las esperanzas de un movimiento como éste, en las manos de los mismos personajes que el 11 de octubre de 2009 decretaron la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC). SME: 4 años resistiendo. Ya es hora de romper el silencio, es muestra de un trabajo serio. No miente en ningún momento, las críticas allí planteadas se realizan basadas en las declaraciones, postulados, acuerdos, que el Comité Central hizo, argumentó y firmó. Es, por esa razón, un documental incómodo. Y qué bueno que así sea. Porque incomoda a quienes desde la esfera gubernamental, militantes de la prepotencia y la estupidez en colores y partidos «diferentes», manejan la demagogia como única manera de resolver los conflictos que esa militancia genera. Incomoda a la dirigencia del SME, pero también a todas las dirigencias de los movimientos sociales, que apuestan -antes que a la movilización social, a la acumulación de fuerzas, a la solidaridad del pueblo-, a la vía institucional como la estrategia para triunfar. Cuatro años después, la historia, y los testimonios nacidos en esa historia, demuestran que esa estrategia fue errada. Sin embargo, como señalan los propios trabajadores en el documental: no es una crítica hacia nombres y personas. Es una crítica fraterna, concreta, a una estrategia seguida desde la dirección del SME. Entrañable resulta, además, el saludo final que manda Mario hacia quienes vemos en la lucha de los electricistas un ejemplo de bravura y tesón.
SME: 4 años resistiendo. Ya es hora de romper el silencio, es un testimonio invaluable que el movimiento social mexicano estaba esperando y necesitando. Bienvenido sea. Que se abra el debate…
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