El ex gobernador Jorge Omar Sobisch no se presentó a declarar anteayer en el juicio oral y público que se lleva a cabo en Neuquén por el crimen del maestro Carlos Fuentealba, aduciendo que está en Mendoza «desde hace diez días». Como el abogado querellante, Gustavo Palmieri, insiste que se debe escuchar el testimonio del […]
El ex gobernador Jorge Omar Sobisch no se presentó a declarar anteayer en el juicio oral y público que se lleva a cabo en Neuquén por el crimen del maestro Carlos Fuentealba, aduciendo que está en Mendoza «desde hace diez días». Como el abogado querellante, Gustavo Palmieri, insiste que se debe escuchar el testimonio del ex mandatario «al que si no se presenta se lo debe traer por la fuerza pública», el tribunal prometió hacer todo lo posible para ubicar en forma directa a Sobisch y que hoy pueda escucharse su testimonio en Neuquén. Quien sí declaró por primera vez fue el acusado del asesinato de Fuentealba, el cabo primero Darío Poblete, quien además de presentar un par de fotos donde pretende probar que él estaba «a 150 metros » del coche donde hirieron de muerte al docente, también aseguró que «no confío en la imparcialidad del tribunal y sigo sin entender las acusaciones en mi contra».
La comunicación de Sobisch llegó vía fax desde Guaymallén, Mendoza, consignando que aún no había sido notificado de su citación pero que se había enterado por «trascendidos de los medios nacionales». Incluso su hijo mayor Gastón, en una presentación ante el tribunal, dijo que su padre no había recibido ninguna citación en su domicilio, contrariando la versión de la propia cámara que asegura haberla entregado por lo menos dos veces en ese lugar. Con todo, el propio Sobisch expresó en su comunicación la voluntad de presentarse, si aún así lo dispone la Cámara Criminal 1, para «declarar apenas regrese a Neuquén». En esa dirección y para que su testimonio se concrete finalmente ante la justicia, el juez Mario Rodríguez Gómez informó a las partes que «haremos todo lo fácticamente posible y esperamos que se pueda realizar hoy».
Al tiempo que se conocía esta novedad, afuera de la ex Legislatura provincial donde se desarrolla el juicio, una nutrida movilización de docentes y trabajadores de distintos gremios se manifestaba en contra de quien consideran el «responsable político e ideológico de la muerte de nuestro Compañero Carlos». Ayer los trabajadores cumplieron un paro de 24 horas y ante la no presentación de Sobisch a declarar, el gremio docente de Aten declaró un «estado de alerta y movilización hasta que (Sobisch) se presente y declare».
«Todos estamos esperando que Sobisch ponga la cara y yo hace más de un año que lo estoy esperando» dijo la esposa de Fuentealba, Sandra Rodríguez, quien no dudó que si tienen que traer por la fuerza pública para declarar a quien estaba a cargo del poder político cuando mataron a su marido «que lo hagan». «A mí me parece que lo que se quiere es dilatar, confundir y que cada vez esto se haga más largo y nuestro dolor sea cada vez mayor. Pero no lo van a poder lograr» agregó la docente, quien también opinó que la declaración de Poblete le pareció «improvisada, cínica y falsa».
En la corta declaración del policía acusado de matar al maestro Fuentealba, Poblete se negó a contestar preguntas del tribunal y de las partes. Además, pidió que se cite a declarar a otros policías que pueden testificar que él está en las dos fotos que entregó al tribunal, donde aseguró que «yo estoy en una formación donde se ve un auto humeante por lo menos a 150 metros «. A pesar que esos policías, de apellidos Burgos, Bascuñan y González, ya han declarado en este juicio, el tribunal accedió que hoy vuelvan a presentarse al momento que se pasen las filmaciones del día de la represión a los docentes en Arroyito y en donde, según la defensa de Poblete, se sacaron las fotos en cuestión presentadas como «prueba».
«Coincido con la fiscalía en que, al menos una de las dos fotos, está claramente adulterada» dijo ayer el abogado querellante Palmieri, aún aceptando que los policías requeridos vuelvan a declarar «a pesar que han sido examinados y contraexaminados e incluso el sargento Burgos identifica a Poblete al lado de él cuando la testigo Marcela Roa increpaba al policía que estaba a su lado, gritándole que él había tirado contra el Fiat 147 donde estaba Carlos Fuentealba». La docente Roa es una de los tres testigos que identificaron en la sala al cabo Poblete como el policía que tiró la granada lacrimógena que terminó con la vida del maestro neuquino. Es más: la misma docente fue quien identificó a Poblete en una rueda de policías realizada apenas tres días después de los hechos de Arroyito, el miércoles 4 de abril del año pasado.