La crisis económica boliviana no se resuelve con ajustes ortodoxos ni devaluaciones abruptas: advertimos los riesgos sociales, productivos y de soberanía.
La Red de Economía Política, manifiesta su profunda preocupación y rechazo por las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) formuladas en su informe Artículo IV de 2025. Si bien el diagnóstico sobre las restricciones externas y fiscales que enfrenta Bolivia es conocido, consideramos inaceptable que se proponga una receta de ajuste ortodoxo, devaluación abrupta y apertura irrestricta de sectores estratégicos al capital transnacional. Bolivia conoce a lo largo de su historia pasada, esas recetas y las consecuencias calamitosas de las mismos durante los gobiernos neoliberales.
Desde nuestra perspectiva, sustentada en aportes de la Teoría Monetaria Moderna (TMM) y enfoques heterodoxos estructuralistas -como los planteados por la CEPAL- advertimos que:
- El déficit fiscal no es una amenaza en sí mismo, sino un instrumento legítimo y necesario en economías con capacidad ociosa y bajo crecimiento.
- La inflación en Bolivia no se origina fundamentalmente en la emisión monetaria ni en el déficit fiscal, sino en restricciones productivas estructurales, mercados oligopólicos, dependencia importadora y choques externos.
El propio informe del FMI reconoce los costos sociales y riesgos de recesión y conflictividad que generaría su paquete de medidas, sin embargo, insiste en recomendarlo bajo una lógica de “necesidad macroeconómica”, que tendrá como efecto, una mayor desigualdad económica y mayor precarización de la economía popular, que la actual.
Advertimos entonces, los siguientes peligros concretos:
- Una devaluación inicial del 35%, como sugiere el FMI, trasladaría directamente sus efectos a los precios de alimentos, combustibles y bienes importados.
- La reducción de inversión pública y subsidios sin una transición productiva ordenada, profundizará la recesión y la desocupación.
- La apertura del sector litio, hidrocarburos y fideicomisos públicos a lógicas mercantiles, amenaza la soberanía sobre recursos estratégicos e hipoteca el futuro del país y su soberanía.
- El desplazamiento del debate hacia la obsesión fiscalista, posterga la discusión de fondo sobre la diversificación productiva y la democratización del mercado interno.
Proponemos en contrapartida, un enfoque alternativo y soberano:
- Utilizar estratégicamente el déficit público para reactivar sectores productivos.
- Reformar el sistema tributario con énfasis en grandes patrimonios.
- Control del Comercio Exterior (control de divisas)
- Control de la producción y comercialización del oro.
- Reducción drástica de la importación de bienes de lujo
- Reducción suspensión gradual y diferenciada de la subvención a los hidrocarburos.
- Eliminar subsidios a la agroindustria, minería mediana, grandes empresas.
- Eliminar la libre exportación de alimentos de primera necesidad.
- Combatir prácticas oligopólicas.
- Sustituir importaciones críticas mediante incentivos a la producción nacional.
- Reactivación de la producción de energías renovables.
- Revisar la gobernanza del Banco Central.
- Control a la banca privada con regulaciones más estrictas sobre el uso de divisas en su beneficio y en desmedro de los ahorristas, sobre todo pequeños.
- Entablar diálogo abierto y sincero con el pueblo que se encuentra movilizado
- Condenar el uso de la fuerza en contra del pueblo que ejerce su derecho a la protesta
La economía boliviana no puede ni debe ser gobernada bajo paradigmas ortodoxos ajenos a su realidad estructural y social. Por tanto, advertimos que seguir diseñando políticas públicas bajo diagnósticos errados lleva a soluciones equivocadas, tal como nos la muestra la historia económica reciente del país bajo el neoliberalismo.
Desde la Red, convocamos a los movimientos sociales, la academia y el conjunto de la sociedad civil a abrir un debate nacional sobre el modelo económico, sus prioridades y las alternativas soberanas viables para Bolivia.
La crisis no la debe pagar el pueblo.
Democracia sí, pero democracia económica también.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.