La pasada semana la prensa nacional reflejó lo que se etiquetó como un llamado de disidentes masistas a la conformación de un gobierno provisional. Afirmando que… «para rectificar el proceso», el presidente Evo Morales y toda la gente que lo rodea deben entregar el poder a un «gobierno provisional», el ex constituyente Raúl Prada al […]
La pasada semana la prensa nacional reflejó lo que se etiquetó como un llamado de disidentes masistas a la conformación de un gobierno provisional.
Afirmando que… «para rectificar el proceso», el presidente Evo Morales y toda la gente que lo rodea deben entregar el poder a un «gobierno provisional», el ex constituyente Raúl Prada al parecer tratando de dar la cara ante los primeros rechazos del oficialismo y de la oposición hacia la propuesta del «Gobierno Provisional», desarrolla ideas adicionales para enriquecer el llamado a la entrega del poder.
Desde el oficialismo se comparó la propuesta del gobierno provisional con el llamado a un Golpe de Estado y desde la oposición como una medida antidemocrática e inconstitucional.
Al medio de dos fuegos, un oficialismo y una oposición que rechazan la propuesta de entregar el poder a un gobierno provisional Prada deja a un lado las observaciones de la oposición y centra una batería de argumentos para darle contenido revolucionario a la propuesta de la disidencia masista apelando a la Revolución Rusa. Así dice que » El gobierno provisional revolucionario responde a una emergencia social y política, como consecuencia de una revolución social. Esto ha ocurrido al comienzo de la revolución rusa, cuando dimite el zar; se forma un gobierno provisional revolucionario» [i] lo que tiene que aclarar el intelectual disidente del MAS antes de acomodar este hecho a la realidad boliviana es que quienes dirigieron el mencionado gobierno provisional fueron liberales y socialistas moderados y que a la cabeza, primero del príncipe Lvov y luego de Kérenski no condujeron de ninguna manera la Revolución Rusa, que jamás fue un gobierno provisional revolucionario; de serlo el líder conductor de la revolución rusa, Lenín, jamás hubiese propuesto «Todo el poder para los Soviets» atacando al gobierno provisional. Kerenski en el mejor de los casos lo único que hizo de manera adecuada fue recurrir a las fuerzas del Soviet para contrarrestar el golpe militar, pero que finalmente fue la clase obrera la que derrotó el golpe y de ninguna manera fue el gobierno provisional que condujo la tareas revolucionarias.
En cuanto al gobierno provisional en Vietnam, este fue conformado fuera de las fronteras de Vietnam del Sur y sólo al triunfo del Vietnam del Norte en 1976, se conformó la República Socialista de Vietnam desde la unión del Sur y el Norte, pero de nuevo el gobierno provisional del Frente Nacional de Liberación Nacional desde el exilio no representó materialmente la fuerza viva de la lucha de liberación del pueblo Vietmamita, no en la magnitud en la que represento el ejercito de la República democrática del Vietnam del Norte.
Es casi evidente que recurrir al llamado de un gobierno provisional apoyados en lo que representaron el gobierno provisional en Rusia y en Vietnam no son argumentos apropiados para plantearla como salida «revolucionaria» a la crisis del proceso de cambio, y que de alguna manera si se acepta lo que dice el ex constituyente sobre » Las personas que se apresuran a asociar el gobierno provisional revolucionario al golpe de Estado, no hacen otra cosa que manifestar su desconocimiento de ambos temas. Se entiende que lo hagan por razones polémicas, buscando descalificar; empero, la misma proposición no es sostenible» también se tendrá que, de manera semejante, afirmar que quienes intentan asociar un gobierno provisional en Bolivia bajo los argumentos de los gobiernos provisionales en Rusia y Vietnam desconocen el verdadero rol y los intereses políticos y económicos a los que representaba el gobierno provisional ruso y el grado de eficiencia y efectividad (mas allá de lo institucional) en la Guerra Popular del Pueblo para el caso vietnamita y la relación del gobierno provisional con Ejercito del Pueblo de Vietnam.
Pero lo anterior no son los argumentos más fuertes en los que se apoya Raúl Prada para validar su llamado al gobierno provisional, sino aquellos donde recurre a afirmaciones del Presidente del Estado Plurinacional sobre la «refundación» del proceso, de otra tesis política diferente a la de Pulacayo y la de Caranavi concluyendo que este conjunto de hechos permiten concluir cuatro puntos: El primero, constata que hay crisis del proceso; el segundo, plantea que hay que reconducir el proceso; el tercero, propone que el Pacto de Unidad se convierta en el Consejo político de la reconducción; y el cuarto, exige que se apruebe la Ley de la Madre Tierra». Mas abajo menciona hechos y escritos del vicepresidente del Estado Plurinacional y el manifiesto de reconducción del proceso de cambio firmado por intelectuales, ex autoridades y dirigentes, pero fundamentalmente las conclusiones a las que llega no tienen el sustento en lo que menciona, sino una estrategia de Poder Político con alta influencia de intervención mediática.
Con lo anterior sería ingenuo creer que detrás de la propuesta de un gobierno provisional no se encierra la voluntad de poder de un grupo con afinidades políticas y objetivos dirigidos a ubicarse políticamente en la praxis por el poder político, en la identificación mediática de una colectividad política que se plantea las primeras aproximaciones de programa de intervención en la disputa del poder electoral más que la lucha revolucionaria hacia la negación revolucionaria del Estado – Nación, y el Estado Capitalista. Por los argumento y la debilidad de estos se debe concluir que el llamado a un gobierno provisional es finalmente una postura demagógica que no explica en si misma ninguna crítica a la gestión publica y la plena comprensión de los ámbitos de transformación y consolidación del proceso de cambio.
Sin embargo es evidente que los objetivos del proceso de cambio están adecuadamente planteados en el escrito cuando se afirma que «la reorientación primordial en base al programa político matricial, la Constitución; segundo, la rearticulación y fortalecimiento del bloque popular; tercero, garantizar las condiciones del despliegue de la democracia participativa en la compulsa electoral, otorgándoles a los y las ciudadanas, todos los medios para intervenir, interpelar, participar, opinar, elegir, en la compulsa electoral. El dominio de las elecciones debe trasladarse a las dinámicas participativas de los y las ciudadanas; quitándoles a los partidos el monopolio de la palabra» Estas valoraciones citadas no son solo recuperables en escrito sino, necesarias para someterlas a debates y como base de profundización del Proceso de Cambio y la Revolución Democrática y Cultural, pero asignar este rol a un gobierno provisional negando la voluntad popular sería ir en contra ruta, ya que entregar el poder a un gobierno provisional en términos constitucionales violaría la voluntad del soberano ejercida a través de la democracia participativa y representativa, igualmente significaría anular la participación de los partidos políticos, mas allá de su monopolio de palabra, que en realidad ya no lo tienen, solo por poner algunos ejemplos entre los demandados para reconducir el proceso de cambio y que deben darse desde la institucionalidad también en proceso de transformación y de democratización; no creando ficciones institucionales revolucionarias.
[i] http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/la-lucha-por-el-porvenir/
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