Ante una incuestionable condena internacional que ya se ha traducido en el retiro de embajadores de Honduras por parte de muchos países de Latinoamérica y algunos de Europa e incluso el reconocimiento de golpe «ilegal» del propio gobierno de los EE.UU., la ultraderecha demuestra solidaridad con el gobierno de facto establecido en el país centroamericano. […]
Ante una incuestionable condena internacional que ya se ha traducido en el retiro de embajadores de Honduras por parte de muchos países de Latinoamérica y algunos de Europa e incluso el reconocimiento de golpe «ilegal» del propio gobierno de los EE.UU., la ultraderecha demuestra solidaridad con el gobierno de facto establecido en el país centroamericano. Las declaraciones del prefecto opositor de Santa Cruz, Rubén Costas, involucrado en otro intento de golpe de Estado en Bolivia y las publicaciones de UnoAmérica, organización que agrupa a ex paramilitares del continente, expresan la nostalgia de aquellos que hasta hace poco detentaban el poder absoluto en America Latina.
«Lógicamente hay reacción hacia la imposición, arbitrariedades y hacia un proceso que sigue el mismo libreto determinado y mandado por Hugo Chávez», declaró recientemente el prefecto Costas en relación al golpe de Estado que se dio en Honduras el domingo pasado y que ha sido condenado en diversos niveles por casi todos los países de America Latina, Norteamérica y Europa.
Para el prefecto Costas son las «imposiciones y arbitrariedades» las que dieron origen a la reacción golpista del Legislativo y el Ejercito de Honduras que el pasado domingo secuestraron al presidente constitucionalmente elegido, Manuel Zelaya, para establecer un gobierno de facto cuyo nuevo presidente ilegitimo, Roberto Micheletti, ha impuesto un toque de queda restringiendo las libertades a la libre expresión y circulación del pueblo hondureño.
«No estamos de acuerdo con el golpe, pero lógicamente que la reacción ante la imposición, ante las arbitrariedades (…) que busca la perpetuación de los caudillos hacen que haya una reacción», sostuvo Costas en declaraciones ante la red de noticias boliviana Erbol.
Rubén Costas estuvo involucrado en el golpe de Estado cívico prefectural contra el gobierno de Evo Morales Ayma el pasado septiembre cuando a lo largo de todo el oriente del país cívicos autonomistas y trabajadores de las prefecturas opositoras tomaron instituciones publicas por la fuerza y destruyeron patrimonio nacional estratégico como las plantas de hidrocarburos. El saldo más trágico de aquellas jornadas de 2008 fue el asesinato de casi una veintena de campesinos a manos de paramilitares que actuaron bajo las ordenes del entonces prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, ahora recluido en una cárcel de La Paz.
Las declaraciones del prefecto cruceño fueron duramente fustigadas por el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, quien sostuvo que la autoridad departamental «avergonzó» a los bolivianos al justificar el mundialmente condenado golpe de Estado contra Manuel Zelaya.
Llorenti afirmó que Costas llenó de vergüenza a los bolivianos y sentenció que, «ahora resulta que no solamente socapan el terrorismo, el separatismo sino que ahora apoyan el golpismo en pleno siglo XXI. Cuando toda la comunidad internacional ha condenado enfática y unánimemente, como en pocas ocasiones, un golpe de esta naturaleza», según lo registro la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Así mismo, el viceministro aprovechó la oportunidad para exhortar a los involucrados con los actos terroristas del pasado abril cuyo objetivo era la secesión del territorio oriental de Bolivia a que «asuman» las responsabilidades de sus actos y pidió, también, al Ministerio Publico y al Poder Judicial, a que investiguen y procesen a los involucrados con los planes separatistas.
UnoAmérica
Por otro lado, el gobierno de facto instalado en Honduras es defendido y justificado también por la organización derechista UnoAmérica, que agrupa a ex paramilitares de las décadas de los 70 y 80s y que es tomada como la contraparte de Unasur, a través de sus publicaciones que pueden ser encontradas en su sitio de Internet.
Uno de los títulos que se muestran en su portada es «Agitadores venezolanos mueven grupos de choque», articulo que omite la mención de fuentes y cuyas líneas fustigan el acercamiento que el depuesto Zelaya estaba teniendo con el gobierno «chavista».
Según la publicación fechada el 29 de junio, «agitadores profesionales» habrían llegado al pequeño país centroamericano que aún se encuentra en toque de queda y que habrían promovido movilizaciones multitudinarias en La Ceiba, el Bloque Popular y El Progreso, siendo este último lugar donde 800 personas han cerrado el paso «quemando llantas y lanzando consignas izquierdistas».
Así mismo, informan acerca de las violaciones a la libertad de prensa que se sufren en Honduras, pero no por parte del Ejercito y el nuevo gobierno que hasta ahora han cerrado medios, detenido a periodistas de Telesur, CNN, Cubavision Internacional y terminando con el acceso a la información cortando el servicio de luz, sino por parte de una «turba» que «arrebató» la cámara a un periodista y la golpiza a un camarógrafo.
«Unas 500 personas protestan en el parque central de San Pedro Sula, atentado contra la libertad de expresión», dice exactamente el segundo párrafo de la publicación, para luego relatar los desmanes y atentados contra la libertad de prensa que perpetran los «agitadores profesionales».
Pero también se critica la política internacional que hasta entonces llevaba a cabo Zelaya. «El cambio de política de Zelaya, hacia la corriente chavista del suramericano Hugo Chávez, mantenía en zozobra a los hondureños», sostiene el penúltimo párrafo del articulo.
«No hubo Golpe de Estado en Honduras, los militares cumplieron una orden judicial», titula otro articulo que también puede ser encontrado en su sitió de Internet.