La degradación de los suelos por la contaminación minera y el calentamiento global han provocado que sólo 3 por ciento de los 1.098.581 kilómetros cuadrados del territorio de Bolivia sea cultivable, según un estudio de la Plataforma Nacional de Suelos. Según el informe presentado el pasado miércoles en las instalaciones de la Vicepresidencia de la […]
La degradación de los suelos por la contaminación minera y el calentamiento global han provocado que sólo 3 por ciento de los 1.098.581 kilómetros cuadrados del territorio de Bolivia sea cultivable, según un estudio de la Plataforma Nacional de Suelos.
Según el informe presentado el pasado miércoles en las instalaciones de la Vicepresidencia de la República ante organizaciones campesinas e indígenas, el resto del territorio nacional está conformado por bosques (49 por ciento), pastizales (31 por ciento) y ríos, nevados y salinas (17 por ciento).
El estudio revela que la degradación de los suelos a futuro puede reducir el porcentaje apto para el cultivo, con afectaciones directas a la capacidad productiva agrícola y en contra de la soberanía alimentaria de los bolivianos.
Este proceso de desertificación afecta a 41 por ciento del territorio nacional que comprende a las regiones del altiplano, valles y el chaco, donde se encuentran asentadas 77 por ciento de la población (6,4 millones de habitantes) y donde 89 por ciento de ese porcentaje vive en condiciones de extrema pobreza.
El principal departamento afectado con la degradación de suelos es Chuquisaca (92 por ciento), seguido por Potosí (71 por ciento), Oruro (57 por ciento), Cochabamba (44 por ciento), Tarija (17 por ciento), Santa Cruz (13 por ciento) y La Paz (5 por ciento).
En los departamentos de Pando y Beni aún no se tienen registros, según la Superintendencia Agraria.
En la degradación de los suelos influyen factores el cambio climático, con sequías, inundaciones, lluvias y vientos, así como prácticas inadecuadas de manejo agropecuario y forestal.
En el caso de Bolivia la degradación de los suelos está ligada a la erosión, pérdida de la fertilidad, contaminación, salinización y compactación de los suelos.
La erosión se da por efecto de la lluvia y el viento y esta se incrementa con la pérdida de la cobertura vegetal debido a la deforestación, sobrepastoreo y extracción de leña.
La infertilidad de los suelos se da cuando a esta superficie no se le repone abonos orgánicos y se usan fertilizantes químicos que mata la vida del entorno terrenal y compacta los suelos.
Sobre la pérdida de suelos por contaminación está se debe a la producción minera, hidrocarburífera y a la utilización de agroquímicos.
El efecto de los metales pesados en agua y suelo, mata la vida en los terrenos aledaños en donde se explotan minerales como el plomo, cadmio y molibdeno.
La salinización y sodificación también penetra a los suelos con sulfatos, cloruros de sodio, calcio y magnesio, afectando a los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y valles.
En estos territorios con salinización la planta no puede aprovechar el agua y los nutrientes.
La compactación de los suelos por la intervención del hombre sobre la superficie terrenal, con la utilización de maquinaria pesada para la producción de alimentos, impide que el agua pueda penetrar la superficie.
Esto ocasiona que las plantas no puedan desarrollarse con normalidad a causa de que la tierra se encuentra dura y poco cultivable.
Para evitar la degradación la Plataforma Nacional de Suelos se considera que desde las instancias gubernamentales y locales se trabaje en un modelo de desarrollo que tome en cuenta lo ambiental y social.
Esto implica evitar la construcción de carreteras donde no se aconseja y eliminarlos asentamientos humanos no planificados en áreas que no son aptas para el cultivo, sino forestales.