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Sufre Bush en Irak … y Ahora en «Nuestra América»

Fuentes: Rebelión

Por más que el presidente de Estados Unidos (EU) George W. Bush hace intentos desesperados por convencer a la opinión pública de que es necesario mandar a combatir a 21 mil 500 soldados más a Irak (y ahora más recientemente una posible invasión a Irán) no puede, pues parece que los argumentos utilizados para la […]

Por más que el presidente de Estados Unidos (EU) George W. Bush hace intentos desesperados por convencer a la opinión pública de que es necesario mandar a combatir a 21 mil 500 soldados más a Irak (y ahora más recientemente una posible invasión a Irán) no puede, pues parece que los argumentos utilizados para la incursión militar de ese país en marzo de 2003 ya están agotados:

«El país está en peligro, el terrorismo es nuestro enemigo». La frescura de ese argumento otorgada por las impresionantes imágenes transmitidas una y otra vez en las televisiones de todo el mundo, de aquel 11 de septiembre de 2001 que dio pié para a una primera invasión a Afganistán y después a Irak ya se acabó. Hasta la fecha EU no ha podido comprobar que fue Al Qaeda (o algún otro grupo terrorista) el causante del derribamiento de las Torres Gemelas.

Tampoco se ha podido demostrar que con la guerra en Irak se instauraría la «democracia y la seguridad» en ese país o en algún otro, basta con señalar que el mes pasado Dick Cheney vicepresidente de Estados Unidos fue victima de un atentado por parte de las fuerzas rebeldes de los talibanes en Afganistán, justamente el día en que se reuniría con el presidente iraquí Hamid Karzai para discutir acerca de lo bien que va la seguridad en esos dos países de medio oriente.

Se ha ido comprobando poco a poco que el trasfondo real de esta guerra fue el de apoderarse del petróleo iraquí y no la eliminación de las famosas armas de destrucción masiva que según Estados Unidos, Irak tenía en su poder. Esa es la verdadera razón de la incursión bélica en ese país de Medio Oriente, se trataba en realidad de subordinar a un país con enormes recursos petroleros. Incluso el reverendo Pat Robertson figura del movimiento cristiano derechista llegó a decir igual que Bush, que por las noches «habla con Dios» y que una noche le dijo a Robertson que habría un ataque terrorista contra EU antes de finalizar el 2007 . «El señor no dijo nuclear, pero yo creo que será algo así» declaró el padrecito .

La guerra en Irak ha puesto al descubierto los malos manejos que se han hecho con el dinero destinado a la guerra y se ha evidenciado quiénes han sido los verdaderos beneficiarios. En una auditoria realizada entre la propia oficina de contabilidad del gobierno, la agencia de auditoria e investigaciones del congreso y otros, reveló que más de 10 mil millones de dólares en gastos de guerra para la supuesta «reconstrucción de Irak» han sido mal contabilizados, o sea inflados, se pudo comprobar que al menos 2 . 7 mil millones de dólares fueron cobrados por Halliburton, una de las empresas encargadas de la producción de armamento de guerra, de la cual fuera director general el hoy vicepresidente de EU, Dick Cheney.

Randy Dukey representante federal republicano recibió 2.4 millones de dólares a cambio de jugosos contratos militares para la empresa Wilkes Corporation. La auditoría puso al descubierto algunos de los regalitos que Wilkes hizo al legislador del partido republicano, gozó de miles de dólares en comidas en el Capital Grille, Palm, Ozio’s entre otros, dos lanchas, una computadora, una visita al hotel Four Seasons en Las Vegas y ahí una comida de más de 4 mil dólares, boletos al Súper Tazón en 2003 y un concierto, varios vuelos en jet privado, dos vacaciones «una sesión de tiro con una ametralladora automática», pagos de enganche para un yate, una estancia en el Hapuna Beach Prince hotel en una suite de 6 mil 660 dólares la noche, donde se dedicaron al buceo, golf y los servicios de dos prostitutas, entre otras cosas.

Este es tan sólo un caso, habría que revisar los gastos y las cuentas bancarias de todos los legisladores que votaron a favor de la guerra en 2002. Todo esto a costa de las millones de vidas que se están perdiendo entre soldados y civiles no sólo en Irak sino también en las distintas guerras que mantiene EU en todo Medio Oriente, gastos impresionantes a funcionarios a costa de las 16 millones de personas que viven en pobreza extrema en el país vecino del norte.

Pero la guerra en Irak también ha puesto al descubierto lo inhumana, lo indignante que ha resultado. Soldados estadounidenses fueron juzgados en una corte marcial en EU por asesinar a una familia iraquí completa. Los soldados alegaban que fue en defensa propia, pero uno de ellos no pudo más con el cargo de conciencia y dijo la verdad: que meses atrás habían planeado tener sexo con una jovencita iraquí y así lo hicieron entonces, a toda la familia la amordazaron, mientras violaban a la jovencita de 14 años, después de cometido el crimen, le dispararon a sangre fría a toda la familia y prendieron fuego a toda la casa.

Ya nadie puede negar que el ejército más «poderoso» del mundo que se ha gastado más de 400 mil millones de dólares en Irak, está perdiendo y que se ha convertido en el asesino no sólo de más de 600 mil iraquíes, sino también el responsable de 3,162 soldados estadounidenses muertos y otros 20,000 heridos en lo que va de esa guerra.

Resultado de lo anterior es que distintos sectores han comenzado a oponerse a la guerra, entre ellos ex jefes militares con los más altos rangos que otorga la milicia Yanqui, los mismos soldados actualmente enrolados se oponen a ir nuevamente a combatir a Irak, es el caso de Agustín Aguallo, soldado estadounidense nacido en Jalisco, México, el cual fue acusado de «deserción» por el ejército de EU por su negativa a combatir en Irak. Actualmente enfrenta proceso legal en su contra. Muchos soldados que tienen casos similares han declarado que alguien les tiene que explicar, que alguien los tiene que convencer de por qué tienen que ir a pelear.

El repudio es creciente entre las familias de soldados que han quedado paralíticos, mutilados, o regresaron muertos (en su mayoría latinos que para ganarse la residencia oficial como ciudadano estadounidense se enrolaron). En días pasados se acaba de destituir al director del hospital militar Walter Reed por la mala atención a los soldados y esto no fue posible por la bondad de Robert Gates (Secretario de defensa de EU) o por que le interesen las vidas de sus soldados a Condoleza Rice, mucho menos a Bush o algún otro miembro del gobierno estadounidense, no, esta destitución es gracias al gran rechazo a la guerra que se ha comenzado a generar.

Bush no tiene cara para pedirle a su pueblo que avale una nueva incursión de tropas, pues para todos es evidente que esto sólo profundiza el desastre, incluso esto fue señalado en un estudio, realizado por un grupo de expertos en diciembre del año pasado el cual estaba encabezado por ex diplomáticos, ex funcionarios y por el ex secretario de Estado James Baker. Dicho informe confirmó estos datos y prácticamente concluye que era urgente una salida rápida de Irak mucho antes del 2008, «pues el curso actual no esta funcionando» y «las consecuencias podrían ser severas».

La popularidad y la credibilidad de Bush (y de la guerra se encuentran en picada), según distintas encuestas realizadas por el propio gobierno estadounidense y empresas privadas, señalan que entre el 70 % y 75% de la población ve que va mal la guerra, mientras que otro 65% de los encuestados se opone a ella, otro 47% declara a Bush «incompetente, seguida de estúpido e idiota»; es decir, la desaprobación y la oposición a la guerra va en aumento no sólo en todo el mundo sino también dentro del mismo EU.

En fin Bush se esta quedando sólo, seremos todos testigos de cómo los pueblos de América Latina saldrán a las calles a repudiar su gira del 8 al 14 de marzo por nuestra América Latina.

Felipe Calderón estará contento de recibir a Bush en México, a él le rendirá cuentas y con él proyectará una ofensiva «conjunta» contra los procesos revolucionarios y progresistas que se desarrollan en toda la región. La visita del presidente del Partido Acción Nacional a Venezuela y las declaraciones de Calderón sobre «los candados del populismo», hacen evidente que ante el desprestigio del gobierno de Álvaro Uribe en Colombia derivado de la salida a la luz pública de la paranarcopolítica, México será la punta de lanza del imperio para agredir a otro pueblos de Latinoamérica. Eso, si los mexicanos lo permitimos.

Pero abajo será otra cosa. Abajo, en las calles, de Uruguay, de Brasil, de Colombia, Guatemala y México, en Cuba y Venezuela, desde el río bravo hasta el Mar de Plata, los pueblos gritaremos al unísono: «Fuera Bush de América Latina».