Más de una década después que Internet empezó a ser usada con fines comerciales, varios países y organizaciones están creando sus propias redes rivales, generando temores de una disminución de la interconectividad global Ingenieros alemanes de informática están armando una alternativa a la Web para enviar mensajes. Una empresa holandesa ya ha construido una Internet […]
Más de una década después que Internet empezó a ser usada con fines comerciales, varios países y organizaciones están creando sus propias redes rivales, generando temores de una disminución de la interconectividad global
Ingenieros alemanes de informática están armando una alternativa a la Web para enviar mensajes. Una empresa holandesa ya ha construido una Internet rival con el fin de ganar dinero. China ha creado tres nombres de dominio en caracteres chinos incluyendo equivalentes de .com, lo que hace que los usuarios fuera de China no puedan acceder a los sitios Web y direcciones de correo electrónico bajo este sistema. La Liga Árabe, que agrupa a 22 países de la región, ha iniciado una tarea similar con nombres de dominio árabes. Proveedores de acceso en Turquía están usando nombres de dominio, comprados a una compañía en Ámsterdam, a los cuales los usuarios occidentales usualmente no pueden acceder.
«Internet ya dejó de ser el tipo de cosa que sólo seis personas en el mundo podían armar», dice Paul Vixie, de 42 años, uno de los artífices de la Web. «Ahora se pueden firmar un par de cheques y tener una a su disposición».
Las redes alternativas han estado presentes desde el principio de Internet, pero ninguna de ellas cobró suficiente fuerza. Países en desarrollo como China no contaban con la infraestructura o el conocimiento para construir sus propias redes y los usuarios no veían ningún beneficio en abandonar una Web a la que el resto del mundo estaba conectado.
Pero eso está cambiando. A medida que los países en desarrollo con sistemas de escritura diferentes ingresan a la Red -especialmente China, con sus 1.300 millones de habitantes- las Internet alternativas pueden acumular masa crítica. La inquietud sobre la influencia de Estados Unidos sobre un recurso global, y en algunos casos la antipatía contra George W. Bush, también respaldan esta tendencia. «Con el paso de los años han surgido algunas facciones separatistas, pero no han tenido gran importancia», dice Rodney Joffe, presidente de UltraDNS, una compañía de California que provee equipos y servicios de Internet para empresas. «Pero lo que ha sucedido durante el último año es el comienzo de una balcanización de Internet».
Internet, que ha sido desarrollada por agencias del gobierno estadounidense desde la década de los sesenta, utiliza el llamado sistema de nombres de dominio, también conocido como «la raíz», que consta de 264 sufijos. Estos incluyen .com, .net, .org y códigos de países como .mx para México y .co para Colombia. La raíz es coordinada por un grupo privado sin fines de lucro en California llamado Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (Icann). La organización funciona bajo el alero del Departamento de Comercio de EE.UU., el cual la creó en 1998.
Tener una sola raíz es vital para la universalidad de Internet y para su poder y atractivo. El sistema se encarga de que cuando las personas digitan una dirección como www.amazon.com, todos terminen en el sitio de la minorista en línea sin importar en qué parte del mundo se encuentren. Todas las direcciones deben usar uno de los 264 nombres de dominio o en la pantalla de los usuarios aparecerá un mensaje de error. Cualquier cambio debe contar con el visto bueno de Icann y, en última instancia, por el Departamento de Comercio.
A medida que el papel de Internet crece alrededor del mundo, algunos están inquietos con la noción de que una organización con sede en EE.UU. y supervisada por el gobierno de ese país tenga el poder absoluto sobre qué nombres de dominio son usados y quién controla cada nombre de dominio. Otros países, como China, también dicen que Icann se demora mucho en formar nombres de dominio en otros alfabetos, entorpeciendo el desarrollo de una cultura de Internet en esos países.
Más de la mitad de los usuarios actuales de Internet están fuera de EE.UU. y los gobiernos están cada vez más interesados en su funcionamiento. Brasil, por ejemplo, recauda buena parte de sus impuestos en línea. «Internet se ha convertido en una parte fundamental de nuestras vidas», dice Abdullah Al-Darrab, vicegobernador de asuntos técnicos de Arabia Saudita. «Estas políticas no deberían quedar en manos de un solo país o entidad».
Funcionarios de EE.UU. responden que la Web es demasiado valiosa como para experimentar con ella o ponerla bajo la jurisdicción de un organismo internacional como la ONU. «Lo que está en riesgo es la burocratización de Internet y la innovación», afirma Michael Gallagher, funcionario del Departamento de Comercio que administra los lazos del gobierno de EE.UU. con Icann.
Sin embargo, algunos países con alfabetos diferentes están actuando por cuenta propia. Algunos países árabes han estado experimentado con nombres de dominio en árabe durante los últimos 18 meses, diferentes al sistema de Icann, dice Khaled Fattal de Surrey, Inglaterra. Fattal dirige Minc.org, una organización sin fines de lucro dedicada a hacer a Internet multilingüe. «Hoy en día no hay una Internet global», dice Fattal. «Usted sólo tiene una Internet en inglés que es desplegada internacionalmente».
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