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A 40 años de su estreno

Tarkovski, Stalker es «La Zona» y Stalker su faro

Fuentes: Rebelión

Sin duda, Stalker (1979) puede considerarse la síntesis cinematográfica del realizador ruso Andrei Tarkovski (1932-1986), magna obra basada en la sencillez, la profundidad, la ética por honestidad, la poesía como forma visual y de vida, el relato silente de un hombre que sufrió lo indecible frente a las autoridades de su país y de la […]

Sin duda, Stalker (1979) puede considerarse la síntesis cinematográfica del realizador ruso Andrei Tarkovski (1932-1986), magna obra basada en la sencillez, la profundidad, la ética por honestidad, la poesía como forma visual y de vida, el relato silente de un hombre que sufrió lo indecible frente a las autoridades de su país y de la industria fílmica, la Goskino (1), hasta el punto de contraer un cáncer que lo llevaría a la muerte apenas con 54 años. Este ensayo pretende reflejar tal síntesis, con base en una serie de reflexiones a partir de palabras, conceptos y frases reforzadas por apreciaciones del mismísimo Tarkovski, tomadas de ese prodigio de trabajo que es su libro Esculpir en el tiempo (2) como paradigma de dialéctica o interacción permanente entre teoría y práctica cinematográfica y para cuyo resultado final, notas escritas a manera de diario con base en conferencias y conversaciones, contó con Olga Surkova, quien ya como estudiante hizo parte del rodaje de Andrei Rublev (1966) y luego siguió en estrecho contacto con él, cuando ya era crítica de cine: «Quiero agradecerle la ayuda que me ha ido prestando a lo largo de todos los años en que trabajé en este libro». (3)

En dicha interacción, el autor, además, de La infancia de Iván (1961), Solaris (1972), El espejo (1974), Nostalgia (1983) y Sacrificio (1986), reflexiona sobre sus propias ideas tanto fílmicas como artísticas en general, tomando como base el pensamiento poético expresado con sencillez absoluta, sin manierismo ni pretensiones, ya de tipo escenográfico, ya de tipo intelectual; sobre la responsabilidad del artista y sobre la vida en general, la de un hombre para quien en todo su cine han sido importantes sus raíces, los lazos con la casa de sus padres, con la infancia, la patria, la tierra y la Tierra en tanto espacio holístico o integral. Así, fuera de plantear un juego, serio, de asociaciones libres y de hacer una invitación a contemplar su cine, sin prejuicios y con la idea previa de que su tiempo diegético es diferente al cronológico y a la concepción de Occidente con respecto a ese fenómeno que el francés Gerard Vincent, define así en su novela La historia de la humanidad contada por un gato: «El tiempo es la orilla. Nosotros pasamos y él da la impresión de correr». Es decir, el tiempo es una invención. Una, posiblemente capitalista, si nos acogemos al determinismo de Benjamin Franklin que, de antemano, echó a perder el ocio como escuela, al decir de los griegos, y como comienzo de toda psicología, de acuerdo con Nietzsche: «El tiempo es oro». Sentencia del interés por antonomasia y razón de ser del marxiano fetichismo de la mercancía, así como base de lo que consiste en la diferencia entre el valor creado por el obrero y el salario que recibe: la plusvalía. Concepto sobre el que está montada la superestructura, para enrostrarnos que lo que importa no es el mundo de los seres humanos sino de las cosas, cuando es exactamente al revés, como lo muestra un filme de Raoul Peck, sin pecar por exceso o defecto, El joven Marx (2017) (4).

El propósito principal de quien escribe no es otro que el de establecerse como puente entre el ser humano, el poeta, el artista Tarkovski y los espectadores: en especial, aquéllos que pese a la (mala) distribución, la censura y otras plagas, han podido apreciar Stalker en toda su dimensión ontológica/estética, esto es, como resumen de una inefable trayectoria creativa, de la cual aquí, por obvias razones espacio/temporales, solo se han dado unas pinceladas. E incluso no en toda su dimensión: al cabo, Stalker, aun con su natural lentitud, la del tributo tácito a una noción de vida anticapitalista, la del demorarse en las cosas con amor, la del suspender el tiempo para examinarse a sí mismo, no es un cuadro estático sino dinámico, al estilo de Andrei Rublev: una pintura en movimiento, una sinfonía visual o, si se prefiere, una segunda realidad para los ojos y el oído, el anhelo de rodar un filme en un solo plano: cual plano-secuencia que después lograría, con El arca rusa (2002), Aleksandr Sokúrov, considerado, justo, su virtual sucesor: los primeros filmes de él, también, los prohibieron las autoridades soviéticas (5). Tarkovski: «El ansia de lo absoluto es la tendencia que impulsa el desarrollo de la humanidad. Y precisamente con esa tendencia fundamental va unido para mí el concepto de realismo en el arte. El arte es realista cuando intenta expresar un ideal moral [y, más allá, ético]. El realismo es inclinarse hacia la verdad, y la verdad siempre es bella. Aquí, la categoría estética corresponde a la ética.» (2005: 138) Es justo a partir de Andrei Rublev que Tarkovski comienza a tener problemas con la burocracia estatal, así lograra filmar tres largos más en la antigua URSS, hoy Federación Rusa, Solaris, El espejo, Stalker, y que lo llevarían después al exilio forzado para rodar Nostalghia, en Italia, y Sacrificio, en Suecia.

Stalker es…

Antimaterialismo – Espíritu – Perturbación de la sociedad – Sociedad conservadora, artista visionario – Alcoholismo, azote de la Humanidad – El artista, testigo de su tiempo e hijo de la época. Pasternak: «No duermas, artista, no duermas / y al sueño, artista, no te entregues. / Eres el azote de la eternidad, / prisionero del tiempo.» Tarkovski: «El artista intenta perturbar la estabilidad de una sociedad en pro de su tendencia hacia lo ideal: la sociedad tiende a la estabilidad; el artista, en cambio, a la eternidad. A él le preocupa la verdad absoluta, por lo que mira siempre hacia adelante, descubriendo así las cosas antes que los demás.»

Placer de los sentidos – Ideal ético – Amor a la vida – Vuelta a la Natura: no de la mano de un político sino del ala de una abeja. Tarkovski: «Es necesario que nuestro cuerpo, intoxicado por el alcantarillado, rutina escolar, seguros, reaccione de nuevo al sonido de los insectos.»

Expresión de individualidad – Respeto por la diversidad – Tolerancia al pensamiento complejo – Despeñadero de la soberbia – Camino del afecto. Tarkovski: «Si no quieren que su vida se vea truncada, debemos tomarnos de la mano. Debemos mezclarnos los denominados sanos y los denominados enfermos. ¡Eh, ustedes, sanos, ¿qué significa su salud? Han sido los llamados sanos, los que han llevado al mundo al borde de la catástrofe.»

Invitación a la paz interior – Imaginación como libertad total – Rescate de la sensibilidad – Valor de la austeridad – Importancia de la debilidad – Desconfianza de la dureza. Frases síntesis que también están implícitas en su ópera-prima La infancia de Iván, sobre la que se rescatan los conceptos de Bergman y de Sartre. Tarkovski hace su lectura del Tao-Te-Ching, de Lao Tsé, en Stalker: «Cuando el hombre nace, es débil y ágil; cuando el hombre muere, es fuerte y duro: la fuerza y la dureza son amigas de la muerte.» Sobre La infancia de Iván, Bergman, dijo: «Es un verdadero milagro. Me sentí conmovido cuando descubrí que todo lo que yo siempre quería contar, pero que no sabía cómo expresarlo, estaba en esta película.» Aunque quizás sea alguien más cercano al mundo de la literatura, el que mejor haya reflexionado, desde una perspectiva crítica, sin ser crítico de cine, J-P Sartre, autor de un testimonio que conmueve tras su lectura, en imágenes, de ese niño que deviene hombre por los estragos y las estupideces de la guerra (6), así como Antoine Doinel deja de ser niño, por los abusos/excesos de las correccionales, en Los 400 golpes, de François Truffaut. (7)

Exaltación de la vida – Conciencia de la muerte – Alimento para soñar – Conocimiento de la imperfección – Certeza de la precariedad – Sinónimo de movimiento – Arte perceptible como la música y el ruido – Cuestionamiento y aceptación de la realidad. Tarkovski: «¿Dónde estoy, si no estoy en la realidad ni en mi imaginación?» Tal vez, adentro, buscando la divinidad que no está afuera, ni en conceptos ni en libros, le respondería. «Tengo la esperanza de que, en mis películas, la música no sea tan solo una ‘ilustración unidimensional de las imágenes’; y en ningún caso quiero que sea percibida como un aura emocional de los objetos representados, con lo que se quiera mover a los espectadores a ver la representación en la entonación que yo he elegido. La música en una película es para mí siempre un elemento natural del mundo sonoro, una parte de la vida del hombre, aunque siempre es posible que, en un filme sonoro, trabajado con toda consecuencia, no quede sitio para la música, y sea suplantada por ruidos, más interesantes desde el punto de vista cinematográfico, cosa que he procurado en mis [hasta entonces] dos últimas películas: Stalker y Nostalghia«. (2005: 187)

Confianza/desconfianza – Exaltación de la fantasía – Duda sobre la verdad – Despertar del deseo – Afianzamiento de libertad – Fugacidad de lo grande – Duración/continuidad de lo pequeño. Tarkovski: «Voy a firmar un nuevo acuerdo con el mundo. Que luzca el sol de noche y nieve en agosto. Lo grande es efímero. Solo lo pequeño tiene continuación.»

Llamado a la unidad – Silencio que es música – Música que es silencio – Observación de la Naturaleza – Cuidado de la Tierra – Sencillez de la vida. Tarkovski: «Los hombres deben volver a la unidad; no deben seguir esperando. Basta con observar la naturaleza para comprender que la vida es sencilla y basta con regresar al punto en que tomaron el mal camino. Hay que volver a las fuentes de la vida e intentar no enturbiar el agua.» Y, ahora, ¡que viva la música!, en concreto, la del compositor Eduard Artémiev. (8)

Crisis como opción de salud y/o crecimiento – Reencuentro del yo – Obtención de una nueva fe – Angustia derivada de plantearse problemas intelectuales – Servicio a los desilusionados e indefensos: hoy, a los inmigrantes del mundo, usados como mano de obra barata por el chantaje del capitalismo: el que esconde tras ello la xenofobia institucional. Tarkovski: «Para mí, una crisis interior es siempre un signo de salud. En mi opinión, no supone otra cosa que un intento de volver a encontrar el propio yo, de conseguir una nueva fe. Entra en un estado de crisis interior todo aquel que se plantea problemas intelectuales. Esto es perfectamente lógico, puesto que el alma ansía armonía, mientras la vida está llena de disonancia. En esta contradicción se halla el estímulo para el movimiento, pero también la fuente de nuestro dolor y de nuestra esperanza. Es esa contradicción la confirmación de nuestra profundidad interior, de nuestras posibilidades espirituales. De esto trata Stalker: su protagonista pasa momentos de desesperación. Su fe se tambalea, pero una y otra vez siente su vocación de servir a los demás, a los que han perdido sus esperanzas e ilusiones.» (2005: 218)

Stalker, unidad de tiempo/espacio/acción – Elusión de saltos temporales – Percibir el tiempo en un solo plano – El montaje como simple continuación de los hechos. Tarkovski: «Para mí fue tremendamente importante que en esta película el guion mantuviera la unidad de tiempo, espacio y acción. Y si en El espejo me parecía interesante montar material documental, sueños, apariciones, esperanzas, intuiciones y recuerdos, es decir, todo el caos de las circunstancias, en Stalker no quería que hubiera ningún salto temporal entre las diversas partes. Pretendía que aquí todo el transcurso del tiempo se pudiera percibir dentro de un solo plano, que el montaje indicara en este caso tan solo la continuación de los hechos. El plano no debía ser aquí ni una carga temporal, ni cumplir la función de una organización del material de cara a la dramaturgia. Quería que todo contribuyera a dar la impresión de haber rodado la película entera en un solo plano. Este método tan sencillo, casi ascético, […] encerraba grandes posibilidades. Por ello quité del guion todo aquello que me hubiera impedido trabajar con un mínimo absoluto de efectos exteriores. […], lo que buscaba era una arquitectura sencilla y modesta para toda la estructura de la película.»

Posibilidades del cine – Observar la vida sin lesionar a nadie – Naturaleza poética del cine como arte. Tarkovski: «Y con ello quería convencer aún más al público de que el cine -como instrumento artístico- tiene sus propias posibilidades, que no son menores que las de la literatura. Quería presentar la posibilidad que tiene el cine de observar la vida casi sin lesionar visible ni gravemente el curso real de esta. Para mí, es ahí donde radica la naturaleza verdaderamente poética del cine como arte.» (2005: 218-219)

Condena de la separación – Invocación de la humildad – Apelación a la sencillez. Tarkovski: «En Stalker logré una gran sencillez, un ascetismo en la narración.»

Diálogo con jóvenes – Elogio de la soledad – Evitar actividades ruidosas/agresivas/violentas. Tarkovski: «¿Qué quisiera decirles a los jóvenes? Que supieran encontrase con más frecuencia en la soledad, que amaran estar solos con ellos mismos. Me parece que la tragedia de la juventud actual se reduce a que hace esfuerzos para unirse con base en actividades muy ruidosas, a veces incluso agresivas.»

Agua/Aire/Fuego/Tierra/Amor: los cinco elementos. Tarkovski: «Sí, en mis filmes hay mucha agua. El agua, los ríos, los arroyos, me dicen mucho. Me gusta mucho el agua. Me gusta mucho el agua como objeto. El asunto es que el agua es muy dinámica. Transmite movimiento, profundidad, cambio, luz, reflejo. No hay nada más hermoso que el agua. No hay ningún fenómeno natural que no se refleje en ella. No me imagino ningún filme sin ella.»

Pureza – Transparencia – Cascada de imágenes – Gravedad – Anuncio de la catástrofe: piénsese en Chernóbil e Hidroituango – La libertad/el amor como sacrificio – Omisión de verbosidad – Tributo al silencio – Comunicación/Acción – Anhelo de libertad. Tarkovski: «A mí me da la impresión de que en la lucha por las, sin duda, importantes libertades políticas, el hombre moderno ha olvidado aquella libertad de que disponen los hombres de todos los tiempos: la […] de ofrecerse en sacrificio, de darse a sí mismos a su época y a su sociedad.»

Omnipresencia de la prisión – Necesidad de lo espiritual – Utilidad del arte – No querer lo que quiero vs. No querer lo que no quiero – Nombrar las palabras las hace desaparecer. Tarkovski: «El arte simboliza el sentido de nuestra existencia.» Y le quita sentido a la muerte.

Valor del guion como factor fílmico y no literario – Guion, base para planos de un filme – El acta de un filme no tiene que ver con literatura – El final del rodaje mata al guion. Tarkovski: «Si un guion tiene la belleza y la magia de una obra literaria, sería mejor que fuera una obra en prosa y no un guion. Si en ello queremos ver la base literaria de nuestra futura película, primero hay que convertirla en un guion, es decir, en base verdadera para los planos de una película. Pero, eso será un nuevo guion, elaborado, en el que con medios literarios se presenta un equivalente fílmico. Pero si un guion es desde el inicio una descripción exacta del proyecto de filme, es decir, si en él se indica solo que se rueda y cómo, entonces tenemos algo así como el acta del futuro filme, algo que nada tiene que ver con literatura.» (2005: 152)

Quitar al plano lo nebuloso/indeterminado – Renuncia al manierismo poético – Del fin claro surge el ambiente – Todo está conectado, nada es casual – El arte no obedece a intenciones. Tarkovski: «Veía un cierto peligro en que esta simplificación extrema de la forma pudiera parecer rebuscada y manierista. Intenté escapar de esa impresión quitando a los planos todo lo que pudieran tener de nebuloso e indeterminado, que se suele identificar con el ‘ambiente poético’ de una película. Normalmente se suele producir un ambiente de ese tipo de forma muy elaborada. Pero yo estaba convencido de que no tenía que ocupar lo más mínimo por conseguirlo, pues al realizar el objetivo principal de un director de cine, eso se obtiene de forma natural. Cuanto más claramente se haya formulado ese objetivo principal, es decir, el sentido de lo que se va a mostrar, tanto más claramente aparecerá también el ambiente. Y con ese acorde principal empezarán a responder también las cosas, el paisaje y la entonación de los actores. Todo pasa a tener conexión entre sí, nada sigue siendo casual. Todo se halla encadenado, se superponen unas cosas a otras, y así surge el ambiente como un resultado, una consecuencia, de esa concentración en lo esencial. Sin embargo, el querer crear un ambiente como tal sería una empresa terriblemente absurda. Por eso nunca me ha resultado familiar la pintura de los impresionistas, que se proponían representar lo efímero, el momento como tal. En Stalker, [filme en el que] intenté concentrarme en lo esencial, el ambiente surgió -si se quiere- como producto ‘colateral’. Y hasta se me antoja que actúa de forma más activa y emocionalmente más contagiosa que en mis películas anteriores.» (2005: 219)

El valor de una persona – Cuando alguien pierde la dignidad – Stalker, faro del escritor y del científico. Tarkovski: «¿Cuál era el tema principal que debía resonar en Stalker? Dicho en términos muy generales: ¿cuál es en verdad el valor de una persona y con qué tipo de persona nos encontramos cuando está sufriendo la pérdida de su dignidad? Me permito recordar que la meta de las personas que en esa película se encaminan hacia La Zona es una habitación donde se cumplirán sus más secretas aspiraciones. Mientras atraviesan el curioso territorio de La Zona, rumbo a esa habitación, Stalker [en ruso, faro] narra al escritor y al sabio la historia, real o legendaria, de Dikoobras, [Maestro o Puercoespín] quien llegó a aquel lugar ansiado pidiendo que su hermano, de cuya muerte él era culpable, volviera a recobrar la vida. Pero, cuando volvió de la ‘habitación’ a su casa, se encontró repentinamente enriquecido. La Zona la había regalado su verdadero deseo íntimo, y no aquello que había pretendido desear. Por eso, Dikoobras se ahorcó. Y cuando nuestros protagonistas llegan al fin a su meta, tras haber vivido muchas experiencias, […] reflexionado mucho sobre sí mismos, no se deciden ya a traspasar realmente el umbral de aquella habitación, hacia la que se habían puesto en camino bajo riesgo de sus propias vidas. De repente han sido conscientes de que su estado moral interior, en el fondo, es trágicamente imperfecto. No han encontrado dentro de sí fuerzas morales suficientes como para creer en sí mismos. Su fuerza tan solo ha bastado para dirigir una mirada hacia dentro de su propio ser. Y solo eso ya les ha asustado profundamente. (2005:220) Sí, se escribe porque uno está atormentado, porque duda. Necesita de continuo probarse a sí mismo y a los otros que vale para algo. ¿Y si cree que es un genio? ¿Para qué escribir, entonces? ¿Para qué mierda hacerlo? Esos reactores solo se diseñan para trabajar menos y comer más. Son solo muletas, miembros artificiales. Y la Humanidad existe con el objetivo de crear obras de arte. Esa es la charla espontánea entre el Escritor y el Físico.

«Cuando en la taberna donde los tres están descansando entra la mujer de Stalker, el escritor y el científico son testigos de un fenómeno misterioso, incomprensible para ellos: ante ellos tienen a una mujer a la que la forma de vida que lleva y el nacimiento de una hija impedida le han supuesto infinito dolor, pero que sigue amando a su marido con la misma entrega y cariño que en su primera juventud. Ese amor, esa entrega, es el último milagro que se puede oponer a la falta de fe, al cinismo y al vacío del mundo moderno. Y también el escritor y el sabio son víctimas de ese mundo moderno. En Stalker sentí -quizás por primera vez- la necesidad de presentar de forma elaborada, clara y sin ambages ese valor positivo superior del que vive el hombre y su alma. Incluso en El espejo, que habla de los sentimientos profundos, eternos, no de los de breve flamear, esos lazos se convierten en una imposibilidad de comprender, en una incapacidad del protagonista, que no entiende por qué ha de sufrir eternamente por culpa de esos sentimientos, por ese amor y esas ataduras. En Stalker lo digo de forma abierta y yendo hasta las últimas consecuencias: el amor humano es ese milagro capaz de oponerse eficazmente a cualquier especulación sobre la falta de esperanza en nuestro mundo. Lo malo es que también nos hemos olvidado de qué es el amor. En Stalker, el escritor reflexiona sobre el aburrimiento de la vida en un mundo sometido a reglas, en el que incluso la casualidad es el resultado de una ley que para nosotros era hasta entonces desconocida. Quizás sea por eso por lo que el escritor está a gusto en La Zona, donde se encuentra con algo desconocido, capaz de sorprenderle, de maravillarle. En realidad, lo que le maravilla es aquella mujer sencilla, con su fidelidad y sus valores humanos. ¿Es que realmente todo está sometido a la lógica? ¿Es que realmente todo se puede disgregar en sus partes componentes, todo se puede calcular?» (2005: 220-221-222)

Búsqueda de lo absoluto – ¿Inutilidad del arte o validez del esfuerzo? – Desinterés por la ciencia-ficción – El conflicto ético como esencia – La Zona es… – Vida que se debe atravesar – Espacio para aguantar o sucumbir: idea tan válida para el trabajo de Andrei Tarkovski como para el de Egan Bernal. Tarkovski: «El ansia de lo absoluto es la tendencia que impulsa el desarrollo de la humanidad. Y precisamente con esa tendencia fundamental va unido para mí el concepto de realismo en el arte. El arte es realista cuando intenta expresar un ideal moral [ético, mejor]. El realismo es inclinarse hacia la verdad, y la verdad siempre es bella. Aquí la categoría estética corresponde a la ética.» (2005:138) «En Stalker y en Solaris si algo no me interesaba era la ciencia-ficción. Pero, desgraciadamente, en Solaris aun hubo muchos elementos de ciencia-ficción, que distraían de lo esencial. Todas aquellas naves espaciales que aparecían en la novela de Stanislav Lem, indudablemente, estaban bien elaboradas y tenían su interés, pero, vistas las cosas desde hoy, opino que la idea fundamental de aquella película se habría expresado con mucha más claridad si hubiéramos prescindido de todo aquello. La ciencia-ficción no era en Stalker sino un punto de partida táctico, útil para ayudarnos a destacar aún más gráficamente el conflicto moral, que era lo esencial para nosotros. Pero en todo lo que sucede en esa política al protagonista no hay ciencia-ficción de ningún tipo. La película se hizo de tal manera que el espectador podía tener la impresión de que todo aquello podía suceder hoy mismo y de que La Zona estaba muy próxima. A menudo se me ha preguntado qué simboliza exactamente La Zona y hay quien se ha lanzado a las más aventuradas hipótesis y sospechas. Preguntas y suposiciones de este tipo siempre consiguen abocarme a la desesperación y a la cólera. En ninguna de mis películas se simboliza algo. La Zona es sencillamente La Zona. Es la vida que el hombre debe atravesar y en la que sucumbe o aguanta. Y que resista depende tan solo de la conciencia que tenga en su propio valor, de su capacidad de distinguir lo sustancial de lo accidental.» (2005: 222-223)

Desmonte de la razón – Privilegio de la emoción – Convencimiento de la ruina – Preeminencia de la intuición – Miedo a lo conocido/desconocido – Desamparo ante la agresión – Impotencia frente a la violencia – Propensión a la verdad – Vanidad del científico – Dedo en la llaga del interés – Mentís sobre el desinterés de la caridad – Privación/Pobreza y hambre – Desafío al aburrimiento – Negativa a la desolación – Rechazo al totalitarismo – Auscultación y necesidad de justicia – Evidencia de la contradicción/ambigüedad – El deseo como expresión de libertad – Marginalidad contra intelectualismo – Dificultad de conocer los deseos – Lucha de clases ignorancia/saber – Stalker: guía, faro, conductor – Misterio: «Solo el misterio nos hace vivir, solo el misterio.» Federico García Lorca (1898-1936)

El viaje, aventura de exploración interior – Sabiduría del desplazamiento (claro, no forzado) – Exploración de la armonía – Emoción en calma – Poesía/pintura en movimiento. Tarkovski: «Me parece que todos los que entran en la historia del cine como artistas, como autores, todos son poetas. Desde mi punto de vista el cine de autor es el cine de los poetas y todos los verdaderos directores de cine actuales son poetas.»

Definición de cine de autor – El éxito futuro no se contabiliza – La fidelidad a sí mismo – La clave es la propia impronta – Lucha/resistencia al cine comercial – El artista no está para darle gusto a nadie – La obra como necesidad de expresión. Tarkovski: «Hay directores de cine que pueden contabilizar el futuro éxito de sus películas. No pertenezco a ese grupo. Pienso que el único camino para llegar al espectador, es el ser siempre uno mismo, hablar una lengua propia; es la única forma de ser comprendido por el espectador. Es necesario luchar contra el cine comercial, resistírsele. Es lo que hacen los cineastas que llamamos ‘autores’. Ellos no tratan de hacer lo que sea para gustarle al espectador. Este de todas formas los aceptará, tarde o temprano. El poeta íntegro es un hombre. El ‘autor’ no sabe gustar.»

Defensa de la inocencia – Combate a la destrucción – Compromiso del artista: apenas consigo mismo. Tarkovski: «Una vida absolutamente libre, en la que se pueda hacer o dejar de hacer lo que uno quiera, según capricho, es para mí algo realmente inimaginable. Por el contrario, yo me veo obligado a hacer siempre aquello que en un periodo determinado de mi vida me parece lo más importante, lo necesario. La única comunicación adecuada con el espectador es esta: permanecer fiel a sí mismo.» En el mismo sentido, aunque al principio el artista no tenga resonancia entre el público, no puede modificar su destino como tal. Pushkin: «Tú eres el zar. Ve por tu camino libre, adonde te lleve tu espíritu libre. Realiza los frutos de tus queridos pensamientos. Y no exijas recompensa alguna por tu noble actuar. Está dentro de ti la recompensa, solo ahí. Tú mismo eres tu tribunal supremo: con más exigencias que todos los demás, eres capaz de juzgar tu propia obra. ¿Estás tú satisfecho de ella, artista exigente?»

Preocupación metafísica – Materialización del plano – Imagen que vuelve visible lo invisible – Haiku ruso cinematográfico – Contemplación vs. Mirada – Montaje = «Lógica de la poesía» – Drama: del griego «el que hace, acciona, actúa». Tarkovski: «Me parece que esta lógica conviene a las posibilidades del arte cinematográfico: la más auténtica y la más poética de las artes. En todo caso, está más cerca de mí que la dramaturgia tradicional que relaciona las escenas según el desarrollo lógico y lineal de la acción. Las imágenes reunidas según la lógica poética tienen un mayor impacto emocional y dejan activo al espectador: él participa en el descubrimiento de la vida, en lugar de estar sumergido por enseñanzas preestablecidas.» Aristóteles/Aristófanes/Esquilo/Sófocles/Eurípides son replanteados en el cine de Tarkovski.

Necesidad de creer – Elocuencia del espacio – Confrontación con el temor – Cambio: adagio chino: «Todo cambia, excepto el cambio mismo». Ginsberg: «Los absolutos son coerciones, el cambio es absoluto». Henry D. Thoreau: «Las cosas no cambian, cambiamos nosotros». Gandhi: «Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo». Leonard Cohen: «Aunque estoy convencido de que nada cambia, para mí es importante actuar como si no lo supiera».

El hombre, paradigma (triste) del desamparo – La poesía como urgencia de alivio – La fe, último recurso – Identidad – Memoria – Sentido de pertenencia. Tarkovski: «En todas mis películas me ha resultado importante el tema de mis raíces, de mis lazos con la casa de mis padres, con la niñez, la patria, la tierra. De forma necesaria tenía que subrayar mi pertenencia a una tradición y a una cultura concretas, a un determinado círculo de personas e ideas.»

El amor como quinto elemento: sin ridiculez de por medio – Alabanza del saber esperar – Elogio de la paciencia y de la dificultad. Virginia Woolf: «No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo.»

Sentido del sinsentido – Bienestar espiritual vs. Bienestar material – Quién es pobre y quién es rico – ¿Necesita el hombre de la riqueza? Tarkovski: «La riqueza para mí, no significa nada particular, especial. Para mí, la riqueza puede únicamente garantizar el tipo de vida que yo quiero llevar; pero, como estoy acostumbrado a la vida sencilla, no pienso que quisiera ser rico. ¿Qué significa ser rico? La riqueza es algo relativo. Me parece que el hombre no necesita de la riqueza. Pienso que el hombre rico comienza a cambiar interiormente, se hace avaro, comienza a defender de los otros su riqueza y, después, empieza a servirla.»

La importancia de la capacidad de amar. Tarkovski: «Considero que es un deber mío animar a la reflexión sobre lo específicamente humano y sobre lo eterno que vive en cada uno de nosotros. Pero el hombre ignora otra vez lo humano y lo eterno, aunque tenga su destino en sus propias manos. [«Dudamos de la evidencia, aunque hayamos descubierto los secretos de una buena vida»: Camus] Prefiere ir a la caza de ídolos engañosos, aunque, al fin y al cabo, de todo ello no quede más que esa partícula elemental con la que el hombre puede realmente contar en su vida: la capacidad de amar. Y esa partícula elemental puede ocupar en su alma una posición existencialmente definitiva, puede dar sentido a su existencia.» (2005: 223)

Suspensión del tiempo – Tiempo diegético/interior vs. Tiempo cronológico – El arte como lo único intemporal – La obra de arte, lo único desinteresado – La esperanza, alternativa a la miseria de la condición humana – Amor y arte, exclusivos factores de salvación – La Zona es eso – Stalker (Llamada) es La Zona: sentido imperfecto, pero no imperfección sin sentido.

Un meteorito cae y quema un pueblo – Metales entre la Natura – Gente desaparece de a poco – El meteoro no era tal – Alambran el lugar para ahuyentar a curiosos – Según rumor allí los deseos se realizan – La Zona es vigilada cual Paraíso – Nadie podría albergar un lugar más prohibido – Si no era un meteoro, ¿entonces? – Tal vez un mensaje a la Humanidad – Como siempre uno desoído/ignorado – No hay nadie en La Zona ni nadie puede estar – La Zona es Sistema de trampas, todas mortales – «Les enseñaré el camino», Stalker/Mesías – «Todo desvío es peligroso» – Por lo dicho parece un campo minado – Cómo no sentirse en Colombia – Un lento Travelling In descubre restos de humanos/vehículos/tanques – La tensión del drama aumenta – No es lugar para paseos de placer – La Zona debe respetarse, si no castigará – La soberbia del hombre impide lo primero y recibe lo segundo – El alcohol es vertido sobre el campo – El azote del Escritor se evapora de momento. Tarkovski: «La fórmula del ‘esto no lo entiende el pueblo’ siempre me ha indignado profundamente. ¿Qué se quiere conseguir con ello? ¿Quién se toma el derecho de hablar en nombre del pueblo, de verse a sí mismo como la encarnación de la mayoría del pueblo? ¿Y quién sabe qué es lo que comprende el pueblo y qué deja de comprender, qué necesita y qué rechaza? ¿O es que alguien en alguna ocasión ha hecho siquiera sea, una sencillísima pero honrada encuesta entre ese pueblo, para ilustrarse acerca de sus verdaderos intereses, reflexiones, deseos, esperanzas y decepciones? Yo mismo soy una parte de mi pueblo. Yo he vivido con él en mi patria y yo he tenido (de acuerdo con mi edad) las mismas experiencias históricas que ellos, yo he observado los mismos procesos vitales que él y sobre ellos he reflexionado. Y también ahora, viviendo en el mundo occidental, sigo siendo un hijo de mi pueblo. Soy una pequeña gota, una partícula diminuta de él, y espero que pueda expresar sus ideas, ideas profundamente ancladas en sus tradiciones culturales e históricas. Al rodar una película, es lógico que no se tenga duda alguna sobre el hecho de que aquello que le preocupa y le motiva a uno tiene necesariamente que ser interesante también para los demás. Y por eso se cuenta con el correspondiente eco entre el público [tan difícil al comienzo] y a uno ni siquiera se le ocurre adular a los espectadores. Si uno realmente aprecia a su público, está plenamente convencido de que al menos es tan inteligente como uno mismo. Ahora bien, para poder hablar con otro, al menos hay que adivinar un idioma común, comprensible a los dos interlocutores. Goethe dijo en cierta ocasión que a uno solo le dan respuestas inteligentes cuando ha hecho una pregunta inteligente. Solo se llega a un diálogo verdadero entre el artista y su público cuando las dos partes se mueven al mismo nivel de comprensión. O al menos tienen que conocer a la perfección los objetivos que el artista se plantea en su obra.» (2005: 199-200)

Stalker no es…

Exhibicionismo – Pornomiseria – Banalidad – Retórica – Estulticia – Panfleto – Inacción – Demagogia – Cursilería – Esnobismo – Trivialidad – Prepotencia – Soberbia – Orgullo – Levedad – Ligereza – Inmediatez – Verborrea – Discurso – Insipidez – Apego – Mezquindad – Conformismo – Ciencia-ficción. Blake: «Quien desea y no actúa, engendra la peste.» Tarkovski: «Cuando me hacen preguntas sobre el filme Stalker, me siento desconcertado. Al hacer un filme, nunca pienso que este va a pertenecer a algún género determinado. No sé qué es Stalker. Más que ciencia-ficción es una alegoría, una parábola.» No es C-F, es poesía. (9)

Stalker, en últimas, es…

Desprendimiento – Generosidad – Renuncia – Autenticidad: en Stalker todo pasa como si fuera la vida misma, no un filme – Los protagonistas centrales no actúan, sino que son – «Actuar, es no actuar», recuerda Al Pacino – Compromiso: consigo mismo y con los demás – Lealtad al ser humano – Amor y respeto a la mujer. Tarkovski: «Cuando pienso en las mujeres en general, no entiendo por qué exigen la igualdad. En mi opinión, lo más importante para una mujer es que siga siendo mujer. La belleza de la mujer está en su naturaleza, está en que conserve su esencia. La debilidad [?], la feminidad, el amor, le son intrínsecos. Considero a la mujer no solo igual, sino mejor que el hombre, pero únicamente cuando ella sigue siendo mujer en todo. En ese caso, despierta en mí un gran sentimiento de respeto y amor.»

El tema del viaje, en el cine de Tarkovski, pone de relieve una necesaria transfiguración y la urgencia de reconocer al Otro y de reconocerse en él, que nos forja/ayuda a ser a cada instante: solo así se adquiere la materia para el auténtico rostro de la derrota del odio, del triunfo sobre la muerte, de la victoria del amor. Para Tarkovski el cine es real porque detiene el tiempo de filmación para esculpirlo: de ahí el título de su libro, Esculpir en el tiempo. Lo que se ve en sus filmes es verdadero, no una mentira, ninguna simulación. Lo fotografiado como cierto, no como engaño temporal o, por contraste, definitivo. En Stalker, v. gr., no se ve una representación de los hechos, ni un drama griego clásico en tanto trama, nudo, desenlace, sino como imagen concreta de lo que está ahí, en ciudad/campo, en oposición al sentido que se da a la ficción como simbolización de cosas tomadas de la realidad inmediata.

Jean-Luc Godard: «El realismo no consiste en saber cómo son las cosas verdaderas, sino en cómo son verdaderamente las cosas». Y esto es lo que, poéticamente real, hace Tarkovski.

Libertad como sacrificio a nombre del amor. Tarkovski: «Libertad significa aprender, por fin, a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino solo de nosotros. Libertad: sacrificio hecho en nombre del amor.» No en nombre de la guerra ni de una ruin educación.

Para Valentina, bello eufemismo por libertad.

Para Santiago, noble sucedáneo de la Vía Láctea.

Para Marthica, la mujer más especial que he tratado,

aunque al decirlo envidiosos y calumniadores palidezcan.

Notas:

(1) Comité Estatal de Cine ante el Consejo de Ministros de la URSS, máximo órgano decisorio/administrativo, con rango de ministerio.

(2) Tarkovski, Andrei. Esculpir en el tiempo. Rialp, Madrid, 2005, 273 pp.

(3) Íbidem: 31.

(4) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236836

(5) En su primera época, Sokúrov produjo mucho documental: entrevista con el Nobel A. Solzhenitsyn, autor de El archipiélago Gulag , y reportaje sobre la caída, en San Petersburgo, de G. Kózintzev, autor de un ruso Don Quijote .

(6) http://espina-roja.blogspot.com/2014/10/la-infancia-de-ivan-de-andrei-tarkovski.html

(7) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224254

(8) https://www.youtube.com/watch?v=nyn7cmDiqb8

https://www.youtube.com/watch?v=pP1QXKbhqr4

(9) https://www.youtube.com/watch?v=NAsunFaQZJE

Ficha técnica: Título original: Stalker. En español: La Zona. Dir.: Andrei Tarkovski. País: URSS; 1979; 35mm; sepia/color; 161 min. Guion: Arkadi y Boris Strugatski, a partir de su relato Roadside Picnic o Picnic junto al camino (1973) o Picnic extraterrestre (1979). Int.: Alexander Kaidanovsky (1946-1995) (Stalker); Anatoly Solonitsyn (1934-1982) (Escritor); Nikolai Grinko (1920-1989) (Físico); Alisa Freindlich (Esposa de Stalker); Natasha Abramova (Hija de Stalker) Fot.: Alexander Knyazhinsky (1936-1996): Sovcolor. Mús.: Eduard Artémiev, Ravel (Bolero), Beethoven (9ª Sinfonía). Poemas de Fiodor Tiútchev y Arseni Alexandrovich Tarkovski. Mon.: Ludmila Feganova. Son.: Victor Sharun. Dir. Art.: A. Merkúlov. Vestuario: N. Fómina. Prod.: Mosfilm. Premios: Cannes, Francia: Premio Especial del Jurado, Interfilm y Premio OCIC (1980). Avoriaz, Fr.: Premio Fipresci, en el festival de Cine Fantástico (1981).

https://www.youtube.com/watch?v=TGRDYpCmMcM Enlace de Stalker (1979): 2:35:27

Luis Carlos Muñoz Sarmiento (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector. Colaborador de El Magazín de EE, desde 2012, y columnista, desde 2018. Corresponsal de revista Matérika, Costa Rica. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por Martin Luther King: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, en el XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Invitado por UFES, Vitória, Brasil, al I Congreso Int. Literatura y Revolución – Los espectros de Marx y el realismo estético (6-7/dic/2018). Autor, traductor y coautor, con Luis E. Soares, en Rebelión.

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