Hoy, festejamos…
YPF, rescatada
El haber rescatado el control estatal de una sustancial herramienta como YPF, es un hecho de formidable importancia. Comprenderlo así, es un salto cualitativo para toda la sociedad argentina. Esta medida se inscribe en las luchas por la soberanía realizadas en distintos tiempos de nuestra historia. Este atrevimiento político se revela ya desde algunas otras decisiones al darle al Estado cada vez más, la capacidad de tomar en sus manos la industria y los recursos naturales.
A partir de este paso valiente, medido y pensado, se disparan discusiones que competen a todas las clases sociales y a todos los espectros políticos que no debieran abstenerse, si no quieren quedar fuera del momento histórico que tal medida representa. La honda repercusión se advierte con claridad en el debate político y en los representantes que lo llevan a cabo.
No solamente el desarrollo asociado a la tecnología está en juego, sino que lleva consigo la autonomía económica y el pensamiento redistributivo. De nada sirvió la intención de los medios de descalificar, como siempre lo han intentado, atribuyendo la medida a la necesidad de «hacer caja» del gobierno. Se dirimen los rudimentos de la interacción entre el Estado y el capital, la política y la economía, la soberanía y la dependencia.
Soberanía
No es casual que esta medida soberana se concrete simultánea al reclamo por Malvinas. La soberanía se pelea, se adjudica, se realiza, en diferentes frentes pero en manos del mismo colectivo político y social. En el período político comenzado en 2003, se reabrieron los juicios y fueron condenados los principales represores de la dictadura. Sin esta decisión política, no hubiera sido posible plantarse ante el FMI, ante los medios hegemónicos, ni se hubiera podido rescatar de los bancos las jubilaciones y recuperarlas para el Estado, dadas las imposiciones perjudiciales para nuestra economía, que se hicieron durante la dictadura . Del mismo modo se dan las condiciones previas para recuperar YPF vaciada por sus patronos españoles.
El Estado tiene el gran desafío, y ya lo fue mostrando con las nacionalizaciones del Correo Argentino, de Aerolíneas Argentinas, con la constitución de la empresa de aguas Aysa, de manifestarse fidedigno e ineludible actor en el funcionamiento de empresas estratégicas para el desarrollo, que con efectividad, no posterguen la resolución de los problemas sociales involucrados en la constante lucha por la igualdad para todos los ciudadanos del país.
Triunfa la Política
Importante es destacar cómo se diferenció la derecha. No se incluyeron en la partida, ni los medios hegemónicos ni su débil candidato, Macri, del PRO. Algunos otros partidos opositores abandonaron su «no sé de lo que se trata, pero me opongo», con que funcionaron todos estos últimos años. La envergadura del proyecto y la historia de muchos de los partidos políticos involucrados, no les permitieron, con pocas excepciones, seguir con esa estrategia.
Dejando atrás la época del neoliberalismo, nos encontramos con un Estado participativo con el fin de estimular la producción nacional, el consumo extendido, el trabajo genuino y el empleo, como motores de la economía. Desde este Estado se incentiva la política exterior con autonomía y con integración con los demás países de la región, se prioriza la política frente a la obstrucción corporativa, se pelea por la igualdad, como consigna principal contra los privilegios. Se abre una distinta discusión política que se independiza de la propuesta de los medios.
Para que la gestión estatal de YPF pueda llegar a ser lo más beneficiosa posible, se impone estar contenida en una idea abarcadora general, de un plan energético cuidadosamente diseñado. En este ambicioso proyecto, posible en esta coyuntura histórica, están emplazados para su control, los estados nacional y provinciales.
Las banderas que hablan de soberanía, de independencia, de derecho de los habitantes de la tierra a tener igualdad de oportunidades, de recursos energéticos, etc, se han ido levantando desde hace años. En esta etapa, toca concretar esos sentidos enunciados. La recuperación de YPF se ha ejercido con la ley y con el derecho, con un apoyo multitudinario de un Congreso plural, lo que legitima las medidas tomadas por el gobierno.
Dijimos en una nota de septiembre de 2011 («Algo está cambiando») (1, 2), al referirnos al triunfo del Frente para la Victoria en las primarias del 14 de agosto de 2011, que alguna oposición comenzaba a hacerse cargo de que el gobierno tiene apoyo popular y que no se puede ser opositor por la oposición misma. En este caso, ante la recuperación de YPF, varios de ellos han dado su aprobación al proyecto por darle la importancia vital que éste tiene. Es un rotundo paso adelante para todos los argentinos. Es un gran paso de la política.
En otra nota de octubre de 2011 («Más que un destello») (1, 3), cuando el Frente para la Victoria obtuvo más del 54% de apoyo popular, nos permitimos «esperanzarnos», con que este proyecto de gobierno, se proponía seguir avanzando y profundizando (con un formato distinto del profetizado en los 60 y 70) el camino nacional, popular, emancipador, con el que muchos soñamos por años.
Festejamos
Esto pasa ahora y seguimos festejando. Es bueno poder hacerlo y ser consciente de ello.
Notas:
- Mas que un destello. Mirta Ventura. Editorial Dunken. Noviembre 2011.
- Algo está cambiando. http://www.rebelion.org/
noticia.php?id=135327. - Más que un destello. http://www.rebelion.org/
noticia.php?id=138127.
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