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Hacia la refundación de Bolivia

Tensión con rasgos de secesión

Fuentes: APM

La situación en el país altiplánico se tensa más a medida que la oposición aglutinada en la Media Luna da señales de intentar desmembrarse del Estado boliviano.

Con la aprobación de la Nueva Carta Magna, se busca la refundación de la República y garantizar la gobernabilidad de un país azotado por los levantamientos y revueltas lideradas por la oposición que pretende la autonomía. Después de casi 16 horas de trabajo ininterrumpido, se aprobó el texto constitucional que consta de 12 disposiciones transitorias y 411 artículos. Los asambleístas del Movimiento Al Socialismo (MAS), iniciaron el último sábado por la noche las deliberaciones con escasa presencia opositora, y resguardados por mineros y campesinos reunidos en la ciudad de Oruro.

El sábado 15, la «Marcha de los pueblos» entregó el texto al presidente Evo Morales, que lo remitirá al Congreso para que convoque un referéndum popular. El artículo 398, fue uno de los más polémicos, ya que amenaza el futuro del latifundio, piedra angular de los ataques opositores por una Constitución que amenaza las ancestrales prebendas de la oligarquía. El artículo establece el máximo de tierras que podrá poseer un propietario privado. Un referendo popular definirá si son 10 mil o cinco mil hectáreas por persona.

La Asamblea Constituyente desató en Bolivia el racismo y la violencia. El día anterior a las deliberaciones en Oruro, un grupo liderado por funcionarios de la alcaldía de Sucre asaltó el Teatro Gran Mariscal e incendió un vehículo con documentación de la Asamblea Constituyente. En ese contexto, el Instituto Nacional de la Reforma Agraria comenzó a poner a buen resguardo su documentación oficial, ante la amenaza de allanamientos hechas por grupos opositores de choque.

En tanto, diversos sindicatos de trabajadores ratificaron su apoyo al proyecto de cambio que impulsa Evo Morales, y al llamado a la unidad y al diálogo entre todas las instancias sociales y políticas.

Desde la Central Obrera Boliviana (COB) se instó a «los verdaderos bolivianos» a defender la tierra y el territorio, y a unirse para «enfrentar las maniobras de la oposición que atentan contra las iniciativas gubernamentales como la renta vitalicia para ancianos y la aprobación de la nueva Carta Magna por la Asamblea Constituyente».

«La COB rechaza a los cívicos y prefectos de la llamada Media Luna, que convocaron a la resistencia civil, incluso como en gobiernos de facto, insinúan el ruido de sables al llamar a las FFAA y la Policía», sostuvo Pedro Montes, vocero de la entidad.

Por su parte, la oposición aprobó un estatuto de autonomía de manera unilateral. La Asamblea Provisional Autonómica de Santa Cruz sancionó, en la noche del miércoles, el Estatuto Autonómico de esta región que fue presentado en paralelo con la Nueva Constitución.

La respuesta del gobierno de Morales fue aclarar su respeto por todas las movilizaciones que se realizan en el país, incluidas aquellas que defienden lo ilegal, como los estatutos autonómicos aprobados al margen de la Constitución Política del Estado, pero remarcó que «no permitirá actos vandálicos».

El vocero presidencial Alex Contreras había anunciado que es fundamental que las movilizaciones que se realizaron el sábado debieran ser marchas pacíficas y festivas. «Si tienen que celebrar el estatuto que lo hagan con alegría, con fiesta, pero no con actos vandálicos porque eso el Gobierno no lo va a permitir», dijo el funcionario.

«Desde la raíz están partiendo mal -continuó el funcionario- y están actuando política y partidariamente. Respetaríamos ese estatuto siempre y cuando esté de acuerdo a la actual Constitución y acorde a la nueva Carta Magna que sí reconoce las autonomías departamentales y sus estatutos.

Por otro lado, Evo Morales reiteró la convocatoria al diálogo a los prefectos de la oposición aglutinados de la Media Luna, que hace más de una semana presentaron sus estatutos autonómicos, pero advirtió que «no se permitirá ninguna separación, ni división de Bolivia». Y agregó que Bolivia «es una Patria digna, es un país con mucho futuro, de mucha esperanza no solamente para los bolivianos sino para la gente que habita el planeta Tierra», expresó.

En ese marco, el sábado 16 del corriente mes miles de campesinos que participaron en los festejos organizados por el gobierno en La Paz, iniciarán en sus respectivas comunidades la campaña para aprobar el proyecto de Constitución en el referéndum previsto para el primer semestre del 2008.

En cambio, en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando comenzó a su vez la campaña para aprobar, también en consultas populares, los estatutos autonómicos presentados en concentraciones multitudinarias de rechazo al proyecto oficial de reforma constitucional.

En un clima tenso donde la secesión y la guerra civil son fantasmas que sobrevuelan el cielo boliviano, el presidente Morales denunció ante sus simpatizantes que «algunos están golpeando las puertas de los cuarteles» pero se declaró «segurísimo de que los militares no los van a escuchar».

Por las dudas, Morales advirtió a hipotéticos golpistas que terminarán junto «a (Luis) García Meza en Chonchocoro», el ex militar que cumple condena a 30 años en el principal penal del país.

En La Paz, el gobierno convocó a miles de campesinos y organizaciones sociales que desfilaron durante cuatro horas antes de concentrarse en la plaza principal, que llenaron totalmente, para la entrega del proyecto de Constitución.

En Santa Cruz, Tarija, Trinidad (Beni) y Cobija (Pando), miles de ciudadanos se concentraron en las plazas principales para poner en marcha de sus proyectos autonómicos. Al mismo tiempo, en la periferia de esas mismas ciudades grupos campesinos de signo contrario celebraron la conclusión del trabajo de la Constituyente y apoyaron el proyecto de Reforma.

Los discursos de Evo Morales y del vicepresidente Alvaro García Linera coincidieron en atribuir la oposición a pequeños grupos oligárquicos que utilizan la demanda autonómica en sus regiones para dividir al país y pidieron a los movimientos sociales y campesinos luchar para impedirlo.

«Es un milagro (que la Constituyente haya concluido su trabajo). Yo sentí que la Constituyente ya estaba sepultada», dijo Morales ante la multitud al reiterar sus críticas a los opositores. El presidente enfatizó que «si con pretexto de las autonomías quieren dividir a Bolivia, no lo vamos a permitir».

Por su parte, el vicepresidente reconoció que la oposición tiene «derecho a protestar, a marchar, a hacer huelgas de hambre, pero no tienen derecho a quebrar la unidad e integración territorial de la patria. No se los vamos a permitir jamás».

Sin embargo, en Santa Cruz, la primera región económica del país que lidera el movimiento autonomista y la oposición al gobierno, el prefecto Rubén Costas respondió «ya estamos empezando a saborear la libertad».

«¡Que ni se animen a invadirnos ni militarizarnos!», amenazó el prefecto opositor al gobierno central boliviano. Cabe destacar que el presidente boliviano felicitó en La Paz a los constituyentes que aprobaron el proyecto constitucional y respondió a las críticas de la oposición. Morales negó que el proyecto atente contra la propiedad privada y anunció que sólo se confiscará los bienes «mal habidos». «Los que tienen dos o tres casas están temblando, Eso no es verdad. Se investigará las fortunas sospechosas, pero se respetará los bienes de la gente que la consiguió con trabajo, sudor y esfuerzo», aseguró Morales.

El mandatario reiteró también que el proyecto de reforma constitucional respeta la libertad de religión, de educación y garantiza la inversión privada que cumple fines sociales. A su vez, el texto también preserva los recursos naturales como propiedad del estado y la administración de los servicios básicos de energía eléctrica, agua potable y telecomunicaciones, agregó Morales.

«Tenemos que ir ahora a la ultima batalla que es el referéndum. Estoy convencido de que vamos a ganar. Algunos terratenientes, algunos oligarcas, no todos, no quieren someterse al referéndum porque saben que van a perder. Pero que se sometan, así es la democracia, no hay que tener miedo al pueblo y a la democracia», afirmó el presidente de Bolivia.