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Un canal para la integración

Todo lo que usted quiere saber de TeleSUR,

Fuentes: redvoltaire.net

Con base en Venezuela, teleSUR, la nueva televisión del Sur, nace de una evidente necesidad latinoamericana: contar con un medio que permita, a todos los habitantes de esta vasta región, difundir sus propios valores, divulgar su propia imagen, debatir sus propias ideas y transmitir sus propios contenidos, libre y equitativamente. Frente al discurso único sostenido […]

Con base en Venezuela, teleSUR, la nueva televisión del Sur, nace de una evidente necesidad latinoamericana: contar con un medio que permita, a todos los habitantes de esta vasta región, difundir sus propios valores, divulgar su propia imagen, debatir sus propias ideas y transmitir sus propios contenidos, libre y equitativamente.

Frente al discurso único sostenido por las grandes corporaciones, que deliberadamente niegan, coartan o ignoran el derecho a la información, se hace imprescindible una alternativa capaz de representar los principios fundamentales de un auténtico medio de comunicación: veracidad, justicia, respeto y solidaridad. Esa alternativa es teleSUR.

Constituida como una sociedad multiestatal y conformada por una red de colaboradores provenientes de cada rincón del continente, teleSUR pone el talento y la más avanzada tecnología al servicio de la integración de las naciones y pueblos de Latinoamérica y el Caribe. 24 horas de programación, transmitida por enlace satelital desde Caracas, Venezuela, apuntan a la concreción del ideal bolivariano.

Vernos es conocernos, reconocernos es respetarnos, respetarnos es aprender a querernos, querernos es el primer paso para integrarnos. Si la integración es el propósito, teleSUR es el medio.

Misión, visión

Misión: Desarrollar un nuevo paradigma comunicacional para Latinoamérica. Uno que promueva el derecho a la información y asuma la veracidad como principio. Uno que estimule la producción, promoción y difusión de contenidos propios de la región, fomentando así el reconocimiento del imaginario latinoamericano.

Una señal de vocación social, que se constituya a un tiempo en memoria histórica y expresión cultural; un canal de encuentro y debate de ideas, compuesto por una programación tan diversa y plural como diversa y plural es la población latinoamericana.

Visión: Puesto que la imagen mediática que hoy se difunde de la región no es representativa de su realidad… Puesto que no existe en la actualidad un medio con disposición y recursos para tender puentes entre los pueblos y naciones latinoamericanos…

Puesto que la integración es ya un compromiso impostergable con nuestra historia…

Será la alternativa audiovisual que coadyuve al fomento de la identidad latinoamericana, mediante una programación comprometida con la integración, con la promoción de la democracia participativa, el desarrollo humano, la solidaridad entre los pueblos, la conformación de un mundo pluripolar, la paz, la verdad y la justicia social.

Factoría de Contenidos

Junto al lanzamiento de teleSUR, surge la necesidad de poner en marcha la Factoría Latinoamericana de Contenidos (Flaco), instancia que tiene por misión fomentar la producción, promoción y distribución del audiovisual latinoamericano. Ya sean cortos, medios o largometrajes, ficción, documental o experimental, seriados o unitarios, producidos o en proyecto, es prioridad de Flaco asegurar su difusión en el territorio latinoamericano, bien a través de teleSUR o cualquier otro medio a disposición.

Programación para la integración

Por definición, teleSUR representa una alternativa al discurso único de las grandes cadenas informativas, al tiempo que se erige como herramienta al servicio del ideal de integración de las naciones y pueblos latinoamericanos. La programación, piedra basal de este compromiso, alienta usuarios activos, estimulando la participación, fomentando una actitud crítica, emplazando a la acción, posibilitando, en suma, el ejercicio de un televidente protagónico.

En teleSUR no buscamos sólo espectadores, necesitamos colaboradores, dispuestos a construir un nuevo modelo de televisión.

Programar para integrar

Veinticuatro horas diarias de programación hecha en Latinoamérica, por latinoamericanos. Pluralidad de voces, variedad de enfoques. La inconmensurable diversidad de un continente y su imaginario. Más que una señal, teleSUR es un punto de encuentro, un espacio para (re)conocerse, comprenderse e integrarse…

Tres pilares

Informar: Porque la información es un derecho inalienable, teleSUR ofrecerá noticias los siete días de la semana, mediante nuestros noticieros, la revista informativa matinal, avances cada hora, análisis periodísticos, crónicas, entrevistas y reportajes.

Corresponsales permanentes en Bogotá, Brasilia, Buenos Aires, Caracas, Ciudad de México, La Habana, Montevideo, La Paz, Washington y una red de colaboradores en toda la región garantizan una cobertura amplia y responsable, en el marco de una agenda propia. O sea, la verdad sin cortapisas.

Formar: Porque la educación es un deber inexcusable, teleSUR ofrecerá contenidos que contribuyan a la formación de sus usuarios. Desde la ancestral sabiduría de las culturas originarias de América hasta los postulados del nuevo siglo, el conocimiento es un componente esencial para nuestra programación… y para el desarrollo de nuestros pueblos.

Recrear: Porque el entretenimiento es un patrimonio común de los latinoamericanos, la programación de teleSUR llega invariablemente impregnada de ese carácter lúdico, propio de nuestra región.

Programación para todos

Nuestra parrilla programática se compone de una amplia variedad de temas y áreas de interés. Historia y geografía, crónicas de resistencia, lo académico y lo alternativo, reivindicaciones, ciencia y tecnología, la etiqueta y lo informal, arte y cultura, música, cine, danza, teatro, literatura, fotografía, plástica, los que gritan y los que callan, lo visto y lo invisible, lo divino y lo mundano, razones y pasiones, lo probado y lo experimental, medicina y naturismo, superdotados y supercherías, nuevas tendencias, movimientos sociales, denuncias, creación, los medios comunitarios, los cortos y los largos, biodiversidad, el turismo y la vagancia, lo urbano y lo rural, tradiciones, ritos y costumbres, artesanos, obreros, campesinos, oficinistas, estudiantes, desempleados, jubilados, ficciones y documentales, Derechos Humanos, lo manifiesto y lo tácito, personas y personajes, lo colectivo y lo particular, cooperativismo, ética y estética, «+» y «-«, «X» y «Y», «Fulano» y «Sutano»… Todos y todo tiene su espacio en la parrilla programática de teleSUR.

…un espacio para cada quien…

Mediante un meticuloso plan de adquisiciones y el establecimiento de convenios estratégicos de cooperación, los cineastas, productores, distribuidores y las televisoras de todo el continente, ya sean estatales, comunitarias o independientes se convertirán en nuestros principales proveedores de programación.

teleSUR producirá, también, programas propios, comprometidos con la difusión de los valores que conforman nuestra razón de ser: la integración, la solidaridad y la identidad histórica.

Se trata, en suma, de generar espacios de articulación, distribución y producción colectivas, potenciando así una red de información plural, balanceada, profesionalmente elaborada en forma y contenido, capaz de competir con los oligopolios que acaparan la dinámica de la comunicación.

…y todos a programar

Porque una programación sólo puede existir en función de los usuarios, a ellos corresponde la última palabra acerca de la parrilla programática.

Participe a través de nuestra página web y contribuya activamente a la programación de teleSUR. Desde una frase hasta un largometraje, desde una idea hasta una teleserie, desde una queja hasta un manifiesto, la convocatoria está abierta y es para todos la misma: en teleSUR, su voz sí se escucha…

Una pequeña muestra

Panorama de algunos de los espacios que compondrán la parrilla programática:

Noticiero: Cobertura periodística completa, veraz y responsable. Una agenda informativa propia, contextualizada y balanceada. Emisiones durante las 24 horas. Profesionales de todo el continente registran paso a paso los acontecimientos.

La Revista: Revista informativa matinal. La noticia en contexto. Análisis y comentarios acerca del acontecer diario de la región.

Franja periodística: Un agudo complemento para la noticia. Crónicas, entrevistas, reportajes, expedientes, investigaciones.

Avances: Micros noticiosos cada hora permitirán seguir en detalle el desarrollo de los acontecimientos. Memorias del fuego: Revisión de los procesos histórico-sociales que han contribuido a la conformación de la identidad del latinoamericano.

Subte: La experiencia de (sobre)vivir en las metrópoli latinoamericanas. Crónicas de lo cotidiano. Cultura urbana.

Trabajo y tierra: Tradición y modernidad aplicadas al trabajo agropecuario. Las labores de la tierra y sus protagonistas.

Maestra vida: Rostros y caracteres de los habitantes de este continente. Perfiles de personajes y personalidades latinoamericanos. Sones y pasiones: Música popular latinoamericana: del tango al bolero, del son al vallenato, de la bossa nova al danzón, del joropo al merengue…

Memorias en desarrollo: Cine clásico latinoamericano: De Cantinflas a Tomás Gutiérrez Alea, de Román Chalbaud a Daisy Granados, de María Félix a Glauber Rocha, de Emilio Fernández a Juana Sujo, de Gabriel Figueroa a Jorge Sanjinés, de Pedro Armendáriz a Miguel Littín, de Arturo Ripstein a Libertad Lamarque, de Patricio Guzmán a Fernando Solanas… Las grandes obras de nuestro cine presentadas en contexto.

Marca pasos: Itinerarios de viaje a través de Latinoamérica. Pueblos y ciudades de la región como destinos turísticos. Rutas ecológicas y culturales. Guía práctica para disfrutar Latinoamérica.

Documentada:Largometrajes documentales.

Nojolivud: Películas contemporáneas producidas en países no latinoamericanos y ajenas al sistema hollywoodense. Telsurgentes: Pensamiento y acción social. Lucha de los pueblos por sus reivindicaciones. Alternativas de organización, expresión de los movimientos sociales latinoamericanos.

Voces en la cabeza: Nuevas tendencias musicales latinoamericanas: hip hop, rap, rock, pop, punk, ska, raggamuffin, electrónica…

Cinexcepción: Películas de estreno. La actualidad cinematográfica en nuestra pantalla.

Telesur es, sin dudas, un proyecto político y estratégico. Después de décadas de progresivo vaciamiento -y privatización- de los Estados nacionales, éstos, impulsados por colectivos cada vez más maduros políticamente, recobraron su papel para impulsar la construcción de un medio de comunicación audiovisual hemisférico, con la misión de difundir una versión real de la diversidad social y cultural de América Latina y el Caribe, para ofrecerla al mundo.

El objetivo es el desarrollo y la puesta en funcionamiento de una estrategia comunicacional televisiva hemisférica de alcance mundial que impulse y consolide los procesos de cambio y la integración regional, como herramienta de la batalla de las ideas contra el proceso hegemónico de globalización.

Telesur es una herramienta para coadyuvar a la integración latinoamericano-caribeña y a la vez la alternativa a la hegemonía comunicacional, al pensamiento y la imagen únicas.

No se trata solo de una herramienta, sino de retomar, recobrar la palabra que había sido secuestrada durante más de tres décadas por dictadores, políticos corruptos y genuflexos ante el gran capital, y los eternos «expertos» que convalidaron el saqueo de nuestras naciones y quisieron convencernos que con la entrega y la globalización todo iba a ir mejor.

Gracias a ellos, una enorme parte de los latinoamericanos hoy están excluidos de la educación, de la atención sanitaria, de la simple vida ciudadana: son invisibles a las estadísticas y millones de ellos ni siquiera tienen documentación.

Desde hace décadas (la mayoría de) nuestros intelectuales y académicos habían hecho mutis por el foro, se refugiaron en puestos académicos o burocráticos, en parcelas de investigación, y dejaron la cosa pública en manos y, sobre todo en boca, de políticos y «expertos» que impusieron su potencial de ser los únicos profesionales de la palabra con derechos a dar visiones y versiones de la realidad. O mejor dicho, de una realidad acomodada a los intereses de los poderosos.

Estamos convencidos de que no hay ninguna forma de cambiar la realidad si no comenzamos a verla como es, porque para poder transformarla hay que empezar por asumirla. Ese es el problema mayor que tenemos los latinoamericanos: hemos estado ciegos de nosotros mismos. Eduardo Galeano dice que durante 513 años hemos sido entrenados para vernos con otros ojos, con ojos de extranjeros.

Hoy comenzamos a vernos con nuestros propios ojos, cansados de que nos expliquen quiénes somos, cómo somos, qué debemos hacer. Desde el Norte nos ven en blanco y negro -sobre todo en negro: solo aparecemos en las noticias si nos ocurre una desgracia- y, en realidad, somos un continente en technicolor. Comenzamos a vernos con nuestros propios ojos, a reconocernos, para poder integrarnos.

Se trata de recobrar la palabra, de recuperar la memoria, las tradiciones, nuestros propios conocimientos ancestrales. Es hora de despertar con esta nueva alborada. Es hora de mirarnos al espejo y pasar del eterno diagnóstico inmovilizador a la acción. Hay quienes dicen que otro mundo es posible.

Quizá tengan razón. Pero nosotros, los latinoamericanos y caribeños hace muchos años que sabemos que otro mundo no es posible sino necesario, imprescindible, y que debemos construirlo todos los días, y todos juntos, unidos. La política de dominación y expoliación, ha sido, por 513 años, la de dividirnos. Y estamos convencidos que no podemos coadyuvar a este proceso de integración regional que avanza impulsado por nuestros estados y también por los movimientos sociales que impulsan la unidad, si no nos conocemos entre nosotros.

Hoy, desde el Norte, nos bombardean con una gran cantidad de información-basura que solo sirve para desinformarnos y sentirnos dependientes. Sabemos de Chechenia, pero no conocemos siquiera nuestro reflejo.

Telesur es un canal para tender nuevos puentes, para construir espacios de integración, de encuentro, de afectos. Es un lugar para descubrirnos, querernos y reinventarnos a través de una lente propia, escapando de los estereotipos que nos han enmarcado las miradas de otros. Con un lenguaje propio, con una identidad visual que nos permita mirarnos desde una perspectiva diferente: la nuestra.

Latinoamérica es un continente en gerundio, en permanente construcción. Es un territorio que bulle y se inventa, repleto de contradicciones, alegrías, texturas, rosas y colores; de luchas, fracasos, frustraciones y riquezas, de intentos, de historias, de glorias, de verde, de luz, de agua, de dignidad y, sobre todo, de unas fuerza vital incontenible.

Insisten en preguntarnos quién garantiza que no se vuelva un canal propagandístico, gobiernero. Y respondemos que nadie. Nadie más que la credibilidad de unos estados maduros que reivindican su papel político e histórico, nadie más que la credibilidad de un proyecto que está sustentado en la diversidad, la pluralidad, la lucha por los cambios y por la integración, como alternativa al mensaje hegemónico y monocorde de las transnacionales de la comunicación. Frente al intento de imponer un pensamiento, un mensaje, una imagen únicos, Telesur surge en plural, reivindicando el nosotros, el sueño colectivo de una América.

El tema de los m edios de comunicación tiene que ver con el futuro de nuestras democracias. Hoy en día, la dictadura mediática quiere suplantar a la dictadura militar. Son los grandes grupos económicos que usan a los medios y deciden quien tiene o no la palabra, quien es el protagonista y el antagonista. El que más vocifera contra los cambios, logra más pantalla. Lo cierto es que aún no hemos asumido que el discurso comercial -bombardeado a través de información, publicidad y cultura de masas o recreación, con un mismo envase, disfrazándolo de realidad o de hechos naturales- es también un discurso ideológico, agresivo, limitante de nuestra libertad de ciudadano. Lo grave es tener la verdad y compartirla apenas con uno mismo. La información que nos llega está contaminada con una serie de medias verdades demostrables factualmente, tergiversación, manipulación. Nadie duda de la necesidad de impulsar medios comunitarios, espacios realmente horizontales de información y formación, constructores de ciudadanía.

Los medios comunitarios son un paso en la dirección de la democratización, pero por sí mismos no son suficientes. Podemos tener centenares de medios comunitrarios, pero si el 93% de la audiencia está controlada por una estructura monopólica de los medios corporativos, será poco lo que habremos avanzado en la dirección de la democratización. Por cierto, aquellos que durante años hemos militado en la concepción de la comunicación alternativa no hemos sabido hacer bien nuestras tareas. Vamos perdiendo -por goleada- la batalla de las ideas, conceptualmente y en el campo de batalla. Ya era hora de pensar en grande, de construir un medio de comunicación audiovisual hemisférico que difunda una visión real de nuestra diversidad social y cultural. Conocernos, reconocernos para poder integrarnos.

Se trata de una estructura de alcance mundial y alta calidad para la transmisión de contenidos progresistas, para ofrecer las realidades del continente de forma inmediata, veraz, creíble, balanceada, contextualizada, que favorezca matrices de opinión favorables a la integración de nuestros pueblos, de difundir perspectivas diversas y plurales en torno a los grandes temas y preocupaciones que afectan a los colectivos, para el fomento del debate y la conciencia crítica ciudadana. Se trata de promover la diversidad cultural a fin de fortalecer la memoria histórica y la identidad colectiva de nuestros pueblos, de fomentar la participación protagónica, organización y articulación de los pueblos mediante la creación de espacios para la difusión de las voces de nuestras organizaciones sociales. Se trata de democratizar la producción de contenidos para garantizar esa diversidad y pluralidad.

Hay quienes hablan de una «teleChávez», se «preocupan» de su independencia política y de eventuales presiones de quienes ponen el capital para hacer realidad el proyecto, lo comparan con Al Yazira, tratan de descalificar desde el vamos un proyecto impulsado por Estados nacionales (Venezuela, Argentina, Uruguay, Cuba).

Es obvio y esperable: comenzamos a desalambrar los latifundios mediáticos latinoamericanos y no pararemos hasta democratizar el espectro televisivo en nuestra región. Eso sí: estamos, somos conscientes que sólo se hace camino al andar.

* Aram Aharonian. Periodista, director del mensual latinoamericano Question y de la agencia Alia2. Director General de TeleSur

http://www.redvoltaire.net/article6124.html