Rodolfo Pregliasco es investigador independiente del CONICET. Se doctoró en Física en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA con una tesis sobre colisiones atómicas. Para ese entonces ya investigaba en el Centro Atómico Bariloche de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). A fines de la década del ’90 se sumó […]
Rodolfo Pregliasco es investigador independiente del CONICET. Se doctoró en Física en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA con una tesis sobre colisiones atómicas. Para ese entonces ya investigaba en el Centro Atómico Bariloche de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). A fines de la década del ’90 se sumó a la extraña tarea que realizaba el físico Ernesto Martínez: peritajes forenses. Así, sin prisa pero sin pausa, desarrollaron el Grupo de Física Forense, una experiencia nueva en el país.
En esta entrevista el investigador habla sobre la física en los tribunales, su utilidad y el placer de investigar.
¿Qué es la física forense?
Es aplicar los métodos de la investigación en física para desarrollar técnicas de aplicación judicial. Es la mezcla de dos términos que suelen ir separados, por un lado está la palabra forense o la medicina forense, que es el área que más camino ha desarrollado asesorando a la justicia, y por eso la gente suele asociar ‘ forense’ con ‘cadaver’. Pero en realidad, forense se refiere a ‘foro’ y a todo elemento que contribuya a la discusión en el foro judicial. Por otro lado está la física, que es una ciencia esquiva para definir porque su nariz se entromete con igual facilidad en el cosmos entero, desde las partículas subatómicas, las leyes fundamentales, la observación de la naturaleza a través de experimentos o hasta el desarrollo de modelos que nos ayuden a entenderlos.
¿Cómo se acercó a trabajar con la Justicia?
Hubo quien empezó esta actividad, y fue el Dr. Ernesto Martínez hace unos 20 años, colaborando con pericias accidentológicas. Yo me incorporé como colaborador de esta actividad en 1998. Es una actividad que, inusualmente, no comenzó como una decisión institucional, sino como un hobby intelectual de sus integrantes. Poco a poco nos fuimos dando cuenta de la cantidad de física interesante y de punta que aparece en la actividad pericial y la utilidad de nuestras intervenciones en las causas.
¿En qué casos colaboró como especialista en física forense?
He actuado en casos de accidentes de automóviles, de ascensores, de medios de elevación en el Cerro Catedral, de medición de residuos de disparo, de reconstrucción de hechos a partir de fotos y videos, como organizadores de la información pericial presente en el expediente y en casos de contaminación ambiental.
¿Algún caso en específico?
Sin proponérnoslo, hemos transitado la historia reciente del país a través de causas muy significativas, por ejemplo, la Masacre de Trelew en 1972, el homicidio de Miguel Bru en 1993, la muerte de Teresa Rodríguez en Cutral-Co 1997, la Masacre de Avellaneda (donde matan a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán) en 2002, y actualmente estamos trabajando en la reconstrucción de los hechos del 20 de diciembre de 2001, que fue el final del gobierno de De La Rúa, donde murieron cinco personas en la Capital Federal.
¿Qué conocimientos de su disciplina utilizó para cada caso?
Nuestra contribución más interesante fue usando la acústica para localizar los disparos registrados en el audio de los videos periodísticos. Esto produjo un resultado muy novedoso, bien recibido internacionalmente y que utilizamos en el estudio de Teresa Rodríguez y en Avellaneda. En la causa de Trelew, aprendimos a caracterizar medios granulares para ver la correspondencia o no de muestras de revoque de la pared. En la causa de Miguel Bru, utilizamos técnicas espectroscópicas y métodos para analizar documentos.
¿Qué importancia ve en esta relación entre ciencia, justicia y derechos humanos?
La discusión científica es muy interesante porque es argumentativa, las cosas deben estar fundamentadas. La ciencia es de las pocas actividades donde uno puede cambiar de punto de vista en medio de una discusión. Es un intercambio alejado de la jerarquía, donde una buena razón vale más que un título. Introducir el razonamiento científico en una discusión judicial contribuye a la democratización de la justicia, a disolver los preconceptos y a poner límites fácticos en una reconstrucción. Todos podemos violar las leyes de los hombres, pero nadie puede escapar a las leyes de la física.
Formación:
– Rodolfo Pregliasco es Doctor en Física de la Universidad de Buenos Aires. Dirige el Grupo de Física Forense del Centro Atómico Bariloche. Da clases en el Instituto Balseiro. Trabajó en Colisiones Atómicas y en Espectroscopía Raman antes de hacer aplicaciones forenses.
Fuente: http://www.argenpress.info/2014/09/todos-podemos-violar-las-leyes-de-los.html