Al fin, Martín Guzmán, el actual Ministro de Economía, pudo demostrar que no es un ñoquis, un empleado público que cobra un salario pero que en realidad nunca trabaja. Lo trajeron a instancias de grandes figurones de la economía mundial como Joseph Stiglitz para negociar una deuda prácticamente en default y ahora hizo su oferta.
La concretó en plena pandemia y con un país que está en la lona… una lona llena de agujeros. Paradójicamente, tal vez sea ésa su mayor fuerza. Estamos tan mal que cualquier oferta puede ser mejor que no cobrar nada o hacerlo luego de largos juicios.
Lo hizo en momentos en que el The Financial Times, el diario inglés dedicado a la economía, titulaba “Argentina se encamina hacia su noveno default”. Muy cerca de esa predicción el presidente Alberto Fernández dijo el jueves, delante de gobernadores y oposición: “Estamos en default virtual”.
La oferta está dentro de los márgenes previstos articulando los tres elementos que tienen que ver con la deuda: el tiempo de gracia propuesto es de tres años, prácticamente hasta el final de este mandato de Alberto.
La quita de capital es pequeña, sólo el 5,4%. Los intereses serían mucho menores que los actuales, ya que su tasa promedio sería de 2,33%. Si bien faltan muchos detalles de la letra chica, éstas son las ideas centrales. La pelota está ahora del lado de los bonistas.
Los plazos para saber si Argentina entra o no en default son los siguientes: el 22 de abril vencen títulos por 500 millones de dólares, seguramente para esa fecha no habrá acuerdo, ni pago. A partir de allí hay 30 días de gracia para pagar. En consecuencia el 22 de mayo, es el día “D” para saber si está o no en formal default.
El gobierno se anotó un triunfo político al hacer el anuncio de la propuesta. En la mesa acompañaban a Fernández, la Vicepresidenta y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (opositor) y contaba con la presencia (directa o por video conferencia) de todos los gobernadores propios y de la posición.
Hasta ahí ¡pura victoria!: la gobernabilidad del sistema político está –según sus dirigentes- asegurada.
Pero la verdad, sobre el fondo de la cuestión, es otra. Se repite el esquema tradicional al que cada tanto recurre Argentina. Deudas, muchas de ellas fraudulentas, que no se pueden pagar, entonces se acude a una renegociación y a los pocos años reaparece el mismo problema. Claro está que cada vez que se lo hace, el país está algo peor. (Al margen de la actual pandemia y sus efectos).
En síntesis esta “solución” no es solución y solo consiste en patear para adelante el problema. La actual dirigencia sigue con la misma lógica que nos está destruyendo como sociedad y país. De investigar cuál es la parte legítima y cuál la trucha (ilegítima) de esta deuda no se habla. Sigue siendo un país a la deriva y tirando el fardo a las futuras generaciones.
Tenía razón el joven José Hernández cuando escribió: “Tiene el gaucho que aguantar, hasta que lo trague el hoyo, o hasta que venga algún criollo en esta tierra a mandar…». Hasta que el pueblo mande, así se lo podría traducir para la actual realidad.
Claro que eso lo escribió José Hernández en la primera parte de su Martín Fierro, cuando todavía alababa al caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza o peleaba junto al litoraleño Ricardo López Jordán. Antes de que su cargo de Senador lo hubiera domesticado y publicado la Segunda Parte del Martín Fierro, para terminar siendo director del Banco Hipotecario Nacional.
Juan Guahán. Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
http://estrategia.la/2020/04/18/argentina-trampa-del-endeudamiento-y-propuestas-oficiales/