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Transporte público: pobreza y poder

Fuentes: Rebelión

I El reciente anuncio de que los empresario del transporte público en Mérida han solicitado un nuevo aumento al precio de las tarifas de pasajeros, ha despertado la inquietud entre la sociedad usuaria del servicio y puesto en evidencia nuevamente, la utilización cínica del poder, además del ya acostumbrado madruguete vacacional que pretende evitar el […]

I

El reciente anuncio de que los empresario del transporte público en Mérida han solicitado un nuevo aumento al precio de las tarifas de pasajeros, ha despertado la inquietud entre la sociedad usuaria del servicio y puesto en evidencia nuevamente, la utilización cínica del poder, además del ya acostumbrado madruguete vacacional que pretende evitar el reclamo social. Piden que la tarifa para adultos suba hasta 13 pesos y la llamada «tarifa social» (de estudiantes, adultos mayos y niños) a 6 pesos, saben muy bien los empresarios que no necesitan esos precios, pero los usan como punto de negociación para conseguir un aumento menor al anunciado, presionan al gobierno mediante amenazas y falsas justificaciones, dicen requerir ese aumento por el costo del servicio, amenazando a no reparar las unidades en mal estado, retirando en algunas líneas a más de la mitad de las unidades en servicio para perjudicar a los usuarios, dejándolos en largas filas de espera y provocando de manera descarada retrasos para quienes se dirigen a sus centro laborales, todo esto, para generar entre otros empresarios inconformidad y en la sociedad la necesidad o mejor dicho, la resignación de un aumento, pues el servicio de transporte se requiere por la mayoría de la población. Estas estrategias de presión no son nuevas, las han usado desde siempre y gracias al contubernio con las autoridades logran a corto plazo que su avaricia se vea reconfortada con millones de pesos de ganancia que genera el más mínimo aumento en las tarifas. Así lo registra la historia reciente de la entidad.

II

En años anteriores los empresarios han hablado de una serie de estudios que justifican su necesidad de aumento en las tarifas de pasajeros, pero esos estudios son hechos por empresas contratadas por ellos, con obvios resultados a modo, durante esos mismos años, amplios sectores de la sociedad hemos pugnado para que se realicen verdaderos estudios que no se enfoquen únicamente al costo del pasaje, sino que hagan un análisis riguroso de todo el sistema de transporte, tomando en cuenta; costos; rutas; el estado de las unidades en servicio; condiciones laborales de los trabajadores; corrupción interna en las empresas y externa con el gobierno; situación socio-económica de la población; distancia del servicio y muchos otros aspectos. Sin embargo, la respuesta tanto de los empresarios como del gobierno ha sido la misma, oídos sordos al clamor del pueblo y un descarado acuerdo entre empresarios y gobernantes, sean estos últimos del municipales o estatales, dejando en claro el maridaje entre el poder y interés privado. El único intento por parte de las autoridades fue la creación del SITUR, pero todos quienes somos usuarios del transporte público conocemos muy bien sus carencias, ineficiencias y que al fin de cuentas, resultó ser más de lo mismo; el servicio sigue careciendo en los mismos aspectos desde hace décadas.

III

No es un secreto para nadie que la vida se ha encarecido y que uno de los factores primordiales en los últimos años en nuestro país ha sido el aumento en el precio de la gasolina, ese es uno de los argumentos de los empresarios para querer subir el costo del pasaje, no obstante en el olvido queda que cada aumento de la gasolina es el resultado de una mala política económica en todo el país y que si algo debemos cambiar, es justamente esa política económica que nos ha llevado a la agudización de la pobreza, pero además, en cada solicitud de aumento la sociedad a través de diferentes medios de resistencia civil, han solicitado que los estudios incluyan análisis socio-económicos de las propias empresas que dejarían en evidencia como la mala planeación del servicio se les encarece a los empresarios por sus propias manos, desde luego, los empresarios nunca han querido que esos estudios se realicen de manera independiente. En el último de los casos, todas y cada una de las empresas del transporte público han recibido del gobierno una concesión que delega en sus manos una responsabilidad del Estado, no es posible que se siga usando para el enriquecimiento privado, la generación de cotos de poder y el fortalecimiento de una serie de monopolios que tienen en sus manos uno de los servicios más usados y requeridos por la sociedad yucateca; es tiempo ya de poner fin a esta lógica de ganancia por encima del bienestar social.

IV

Cuando hablamos del aumento a las tarifas del transporte público ¿por qué nunca se habla de aumentos en los sueldos de los trabajadores (choferes, mecánicos, checadores y demás) y mejores prestaciones sociales para ellos? ¿Cuándo se ha hablado de una consulta ciudadana para conocer las necesidades reales en el servicio del transporte público? Durante años, las propuestas de los diferentes grupos y clases sociales que hemos participado en la denuncia y demanda de un mejor servicio de transporte, han incluido siempre una mejor condición laboral para los trabajadores y el respeto al poder adquisitivo de la sociedad, pues esos mismos aumentos a la gasolina que los empresarios usan como escusa, son una de las razones fundamentales por la cual, no es justo, ni ético ni moral aun aumento, pues la carga del encarecimiento de la vida recae en los trabajadores, en los obreros, en los campesinos, en los estudiantes y en las familias en general. Somos los trabajadores quienes hacemos esta sociedad, somos nosotros los que debemos ser consultados por el gobierno, basta ya de acuerdos entre autoridades y empresarios que empobrecen aún más al pueblo.

V

La sociedad tiene de nueva cuenta la responsabilidad de protegerse a sí misma, la respuesta social debe ser inmediata, la organización de los trabajadores y estudiantes para la resistencia civil, la movilización, la organización de campañas de contra información que denuncien los intereses oscuros de los empresarios y generen conciencia entre los sectores populares. Otra vez, es el mismo interés privado y su lógica de acumulación de riqueza en detrimento de la mayoría social, la que nos obliga a reiterar el grito popular que dice: ¡NO AL ALZA, AL PUEBLO NO LE ALCANZA!

Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.