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Tres aspirantes a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México

Fuentes: Revista Contralínea

  El 17 de noviembre, la Junta de Gobierno, órgano creado en 1945, designará al futuro rector del período 2008-2012. El elegido gobernará una institución que educa a unos 295 mil alumnos (desde enseñanza media superior hasta el postgrado), que tiene más de 30 mil profesores e imparte 70 carreras. Además, la Universidad Nacional Autónoma […]

 

El 17 de noviembre, la Junta de Gobierno, órgano creado en 1945, designará al futuro rector del período 2008-2012. El elegido gobernará una institución que educa a unos 295 mil alumnos (desde enseñanza media superior hasta el postgrado), que tiene más de 30 mil profesores e imparte 70 carreras. Además, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) extiende su quehacer en seis campus con 40 centros de investigación e institutos; ahí se realiza más del 50 por ciento de la investigación humanística, científica y tecnológica del país.

Aspiran a administrar ese colosal potencial académico y político como rectores, por parte del área de las llamadas Humanidades: Fernando Serrano Migallón, actual director de la Facultad de Derecho; Diego Valadés, exprocurador general de la República; y Fernando Pérez Correa, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Por parte de las llamadas «ciencias duras», figuran: José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina; José Antonio de la Peña, matemático, y Rosaura Ruiz, bióloga de la Facultad de Ciencias.

¿Influye el Ejecutivo en la designación del rector?

Diego Valadés: Categóricamente no, ni ahora ni en el pasado; esa versión no se compagina con la realidad. En décadas pasadas los nexos entre el gobierno y la UNAM eran muy estrechos, como cuando José López Portillo se refirió a la autonomía -en mayo de 1979- y aludió a que la revolución se había hecho universidad y que la UNAM se había hecho gobierno.

Fernando Serrano: No. Nada. En absoluto.

Fernando Pérez: No, claro que no.

¿Es la Rectoría un trampolín para cargos de mayor relevancia política?

Pérez Correa: En la UNAM ocurre lo que en todo el país. Veo a rectores extraordinarios dedicados a la vida académica (Sarukan, González Casanova ) y veo a otros que nutrieron la vida republicana: el doctor Soberón.

¿Hay influencia del segundo gobierno federal del Partido Acción Nacional en la UNAM?

 

 

Valadés: En el orden personal tengo respeto por el gobierno y, como ciudadano, advierto que el gobierno también tiene respeto por la UNAM. Como rector, estableceré relaciones constructivas con el gobierno en términos de independencia, de ejercicio y de autonomía, pero buscando puntos de convergencia en donde se necesite. No tengo la menor duda de que con fundamento en la Constitución y en la tradición de relaciones respetuosas y constructivas, seguiremos teniendo el apoyo necesario.

Pérez Correa: Con la alternancia se produjo un redimensionamiento del presidencialismo, que ya no es hegemónico; eso redistribuyó competencias y capacidades de presión. La UNAM tiene compromisos claros y abre sus aulas a todas las escuelas del pensamiento pero nunca con fines partidistas; no le corresponde intervenir en la vida política. Por su gran trascendencia, todas las fuerzas políticas y poderes políticos y fácticos tienen obligación de respetarla.

¿Hay riesgo de que la ultraderecha actúe contra la Universidad?

Valadés: La UNAM es tan respetada que estoy seguro que nadie querrá afectar su desarrollo. Eso iría no sólo contra la institución sino contra una sociedad que ya trae demasiadas lesiones: la exclusión, la marginación, la pobreza, la excesiva concentración de la riqueza o la falta de oportunidades de trabajo. Infligirle una nueva afectación sería, además de injusto, descabellado. No lo permitiría la comunidad ni la sociedad.

¿Cuál es la competencia con universidades privadas?

Pérez Correa: Hay un sistema de educación nacional. De acuerdo con el artículo tercero constitucional y cuando el Estado no tiene capacidad para satisfacer la demanda, los particulares pueden incorporarse al mismo. Es deseable una oferta competitiva, idónea y seria; hay universidades privadas muy valiosas que cumplen con una función social y no hay un antagonismo, pues somos la máxima casa de estudios.

Valadés: No tengo ninguna reserva en cuanto a la expansión de las universidades privadas, al contrario, qué bueno que la juventud tenga opciones y que la competencia sea creciente. Pero hay gran diferencia entre una universidad que tiene investigación y una que no la tiene. Aquí generamos y transmitimos investigación, es otra dimensión

Serrano: A la UNAM le faltan, en primer lugar, recursos y después, un conocimiento de la sociedad mexicana, de todo lo que significa. El apoyo que necesita la universidad, no sólo es económico sino un apoyo a lo que la imagen de la universidad pública.

Presupuesto acotado

Valadés: Si en México estamos en un estado de derecho, no hay riesgo de que se reduzca el presupuesto. La Ley de Ciencia y Tecnología establece la obligación del Estado de aportar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (y ni siquiera se cumple esa meta). No participo de la idea de que las instituciones de educación superior procuren fuentes alternas de ingresos, la responsabilidad del Estado es proveer todas las necesidades de las instituciones de educación superior. Subrayo: sería un defensor intransigente de los derechos que en ese sentido incumben a todas las universidades públicas de este país. He propuesto un presupuesto multianual para evitar la incertidumbre, pues no se sabe de qué recursos disponemos hasta enero, y se tienen que hacer ajustes.

Serrano: En la UNAM no debe influir el mercado, ni en la toma de las decisiones universitarias, ni en su organización, ni en los estudios universitarios. La universidad tiene una riqueza infinita que muchas veces no se ha aprovechado: en materia de derechos de autor, de propiedad industrial y de propiedad intelectual, que hay que intensificar porque es un beneficio de la sociedad y le produce beneficios. Creo que habría que intensificar esto en todo lo que se pueda, prácticamente sin límite, pero lo que no puede hacerse es que eso cambie la tendencia de los estudios universitarios.

Pérez Correa: Tenemos un presupuesto que ha ido recuperando su nivel desde la tragedia de 1999 y no advierto un hostigamiento financiero. Esa lenta recuperación es resultado de una acción compleja en la que contamos con la comprensión de las distintas fuerzas políticas, incluidas las fracciones en el Congreso y la Cámara de Diputados. El financiamiento es para un país con perspectivas de viabilidad que no aspira a ser subordinado sino a tener los instrumentos para emprender el camino del desarrollo, conforme con los principios democráticos, del nacionalismo, inclusión y de la escuela laica y popular.

 

Desempleo

Valadés: Encontramos un hermetismo en el mercado de trabajo para todos los mexicanos que afecta de manera muy especial a la juventud, y eso es inadmisible. ¿Qué puede hacer la UNAM?, garantizar que todos los que pasan por aquí y salen de las aulas con un título, tienen los mejores conocimientos posibles para el desarrollo de su profesión. Apoyar a quienes no han terminado sus estudios profesionales o de bachillerato, dándoles constancias parciales de estudios para que tengan una ventaja competitiva en el mercado y que, a través de la Fundación UNAM, desarrollen sus capacidades. Que la UNAM promueva proyectos legislativos para que el Congreso las convierta en iniciativas para insertar a los jóvenes en el mercado de trabajo, como se hace en la legislación europea.

Migallón: Ése es un problema nacional; lo que sí le puedo asegurar es que nuestros egresados no están peor preparados que ningunos otros. Nuestros egresados pueden dar batalla a cualquier otro egresado y desempeñarse con la misma calidad y eficiencia. Lo que sí tenemos es un mercado raquítico para los egresados universitarios en general, no para los de la universidad pública en particular. Hay que darles a los alumnos profesiones muchísimo más flexibles, que participen en dos o tres disciplinas distintas y carreras novedosas.

Pérez Correa: Se está formando el capital humano y aquí interviene la responsabilidad del Estado para reactivar esa formación e investigación y para reactivar y traducirla en hechos concretos, así lo establece la Constitución.

 

Porrismo

Valadés: Reconozco lo hecho por las autoridades y mi compromiso de seguir con todos los instrumentos legales por la misma ruta y actitud. Observo que el tema de la violencia no se está estudiando en el país. Si fuera rector, propondría integrar un programa de estudios de violencia para atender no sólo el porrismo sino la violencia en general en México, cuya otra grave expresión es la violencia intrafamiliar.

La UNAM tiene psicólogos, sociólogos, antropólogos, criminólogos, juristas, etnólogos y expertos en todas las áreas para construir un gran programa de investigaciones al respecto.

Serrano: Llevo ocho años aquí -y mire que yo llegué en un momento difícil de la universidad, ya que fui el primer director nombrado después de la suspensión de labores de 1999- y no los he visto. Usted no verá ningún ataque en el manejo de porros ni mucho menos; creo que alrededor de los años setenta y ochenta, la universidad pasó por una etapa muy conflictiva. Quizás entonces hubo esos grupos antagónicos, quizás no manejados por la universidad sino por grupos de universitarios que se oponían a otros. Me imagino que eso ha pasado a la historia, no creo que en el presente sea un problema. Hay que estar atento para que no resurja.

Pérez Correa: En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales no hay porrismo. Tenemos un tremendo problema de desigualdad, una situación desesperada de muchos jóvenes sin oportunidades educativas que no tienen trabajo y son presa fácil de instigadores de la violencia para fines políticos. Los operadores políticos se benefician de esa desigualdad, pero la universidad es parte de una sociedad y no es responsabilidad ni de ella ni del rector hacer frente a las tremendas contradicciones estructurales de la economía mexicana. Sí tiene la responsabilidad de usar la ley, como se hizo en la facultad, de estar en alerta permanente para evitar el consumo de drogas y bebidas o las manifestaciones de violencia en nuestro territorio. Eso no se puede resolver si no se aplica el principio de que cada quien cumpla con sus responsabilidades.

 

UNAM y pobreza

Valadés: La respuesta ante esos desafíos por la UNAM es sistematizando los estudios y generando investigación interdisciplinaria sobre el tema. La pobreza se estudia en la facultad de Economía y en el Instituto de Investigaciones Económicas, en el de Investigaciones Sociales, en el de Investigaciones Filosóficas y en el de Investigaciones Antropológicas. Necesitamos sistematizarlos y generar mayores acciones interdisciplinarias para generar propuestas que arriben a las políticas públicas e influyan para que en México exista un sistema de planificación nacional, sin políticas efímeras, ahí la UNAM tiene una gran importancia moral.

Serrano: Me irrita la pobreza. Es más lacerante cuando uno está cerca, como nos pasa a nosotros con nuestros compatriotas. Hay zonas de México que son verdaderamente dolorosas, debemos lograr que todos los alumnos que tienen limitación económica sigan estudiando, que la limitación económica no sea una causa para dejar los estudios.

 

Auge de la delincuencia organizada y el Ejército

Valadés: No desearía hablar de ello como aspirante a la rectoría (le pido que haga esa disociación). Como ciudadano y experto en derecho constitucional, estimo que se debe cumplir puntualmente con lo previsto por la Constitución y que cuando no haya condiciones de vida razonables, cuando haya riesgo para la sociedad y la estabilidad, entonces se usen los instrumentos de la Constitución. El artículo 39 da soluciones jurídicas pertinentes.

Serrano: Es importante tener una actitud consciente de lo que está pasando. La UNAM tiene como finalidad transmitir el conocimiento y que los beneficios de la cultura lleguen a las más amplias capas de la población, pero tiene una finalidad que es ser faro de la opinión, ser faro, ser conciencia crítica del país. Con respecto a ese tema, creo que los militares tienen una función específica que es salvaguardar la soberanía del país.

 

http://www.contralinea.com.mx/archivo/2007/noviembre/htm/3_Aspirantes_Rectoria_NE.htm