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Después del 2017

Tres Escenarios

Fuentes: Rebelión

Primer Escenario: La posteridad nos está dando para un alambrado y un posteado de Tijuana a Yucatán con el Triángulo Dorado de la costa a la sierra, de Mataulipas a Comala, creyéndonos que, por fin, otra vez, se nos viene la sangre por las venas, el adoratorio de los políticos por sí mismos, de lo […]

Primer Escenario:

La posteridad nos está dando para un alambrado y un posteado de Tijuana a Yucatán con el Triángulo Dorado de la costa a la sierra, de Mataulipas a Comala, creyéndonos que, por fin, otra vez, se nos viene la sangre por las venas, el adoratorio de los políticos por sí mismos, de lo sagrado y lo sacrificado que es el pueblo, de lo espectacular que es la sociedad, de lo dejada que es la gente, de la linda manera en que nos mecen en la cuna mediática y democrática que es nuestra vida nacional en pañales para adultos olvidadizos y jóvenes incontinentes sobre retazos de muertos que viven, desaparecidos que aparecen y desplazados que vuelven como si todos fueran nuestro todo diario y cotidiano que, de una sola sentada ante la televisión, se nos agolpan las imágenes y la palabras.

En la fuerza de nuestro progreso ético y moral, nos estamos llevando entre nuestras patas la democracia gracias a la transparencia y a la rendición de cuentas en los procesos electorales, jurídicos, administrativos y socioculturales: nuestra libertad en prenda de empeño y nuestra justicia victimizada y criminalizada.

Nuestros muertos, nuestros desaparecidos y nuestros desplazados son nuestra verdad en una constante acumulación por despojo del Estado y el Narco: nos matan, nos desaparecen y nos desplazan porque no servimos para otra cosa que para la indolencia y la indiferencia, porque así nos ha hecho el Estado de Derecho: cómplices y chuecos.

Segundo Escenario:

Es tanta la fuerza de nuestro progreso que abundamos en la violencia y estamos entrampados en ella, violentándonos en el dolor propio y ajeno como si la fuerza de nuestro progreso sea aquella fuerza ancestral que fue sacrificada en lo alto para elevar los corazones a un sol ciego de fuego y sangre para darle más fuerza a lo que abajo fue el ultraeinframundo de una heredad que ha emergido a ras de un suelo con cuerpos desmembrados y cabezas decapitadas:

Estamos poseídos, dijo una mujer junto a una puerta cerrada y las ventanas tapiadas y acompañada por feroces perros negros con los hocicos babeantes.

Es nuestra rabia, dijo un hombre restregándose la cara con una piedra pómez hasta rasparla y sangrarla.

Son nuestros hijos, los de la rabia, dijo otra mujer horadándose la vagina con el dedo cordial de su desgracia.

Deberíamos quemarlos vivos, dijo otro hombre flagelándose la verga con un tizón ardiente.

Alguien vino a decirnos que de aquella casa a piedra y lodo, nada y nadie habían sobrevivido al incendio y al derrumbe, quedando nomás un manchón negro, por siempre, con sangre petrificada.

Tercer Escenario:

El año 2018 contendrá el primer y el segundo escenarios; luego, como en un abrir las urnas de Pandora, el mal se dispersará en el polumo de la ciudad capital a las provincias neocolonizadas de la RepMex por el poder tripartita-partidista del presidencialismo, obedeciéndole la sociedad y la gente a regañadientes con mondadientes y dientes para afuera porque tendrán que tragarse cualquier mierda por tal de obtener una prebenda.

El amor, el corazón y la memoria serán sacrificados, en ofrenda, por el que llegue.

Sin consultar a los heraldos y a los emisarios del pasado, el futuro será el presente de todo mexicano en todos los mexicanos a prueba cuando se reinternen a un país de sombras espectrales, del cual nunca se ha salido, por siempre.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.