El pasado jueves saltaban las alarmas en la Turquía conectada. El acceso a vimeo.com había sido bloqueado. Desde Turquía no se podía acceder a uno de los más grandes servicios de vídeo online, solamente se podía leer un mensaje: «Esta web ha sido bloqueada por una orden judicial«. 24 horas después se restablecía el servicio […]
El pasado jueves saltaban las alarmas en la Turquía conectada. El acceso a vimeo.com había sido bloqueado. Desde Turquía no se podía acceder a uno de los más grandes servicios de vídeo online, solamente se podía leer un mensaje: «Esta web ha sido bloqueada por una orden judicial«. 24 horas después se restablecía el servicio y los turcos podían volver acceder a vimeo. Un portavoz de la empresa ha confirmado a eldiario.es que «se nos informó que un juzgado de Turquía había emitido una orden de bloqueo basada en un vídeo concreto subido por un tercero. Tras revisar dicho vídeo, decidimos que no cumplía los Términos de Servicio y, por tanto, lo eliminamos» levantando el bloqueo en Turquía.
Días después, también se bloqueaba YouTube, por un motivo similar y por un tiempo parecido al de las 24 horas, si bien algunos usuarios de algunos proveedores de Internet no han vuelto a tener acceso al servicio de vídeos de Google hasta hace unas horas. En el caso de YouTube no es la primera vez que el gobierno turco lo bloquea. De 2008 a 2010 una gran variedad de órdenes judiciales mantuvieron a YouTube fuera del alcance de los ciudadanos turcos.
Captura de pantalla del bloqueo de YouTube en Turquía en 2008. CC BY mohamedn/flickr
Estos dos bloqueos en Turquía llegan muy cerca de la posible ampliación en la censura que el gobierno turco podría tener al respecto de la libertad de expresión en Internet. Ya hoy la actual ley es « contraria a la convención de los Derechos Humanos y la libertad de expresión», según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Esta semana se debate el proyecto de ley que, entre otras cosas, permite al gobierno bloquear el acceso a cualquier web sin ningún tipo de orden judicial y con un plazo de ejecución de apenas horas. Además, obliga a los proveedores de Internet a guardar toda la información sobre la actividad que sus clientes realizan en Internet durante al menos dos años, así como a facilitarla cuando el gobierno, también sin ninguna orden judicial, se la requiera.
2014 es año de elecciones y el actual primer ministro, Recep Tayyip Erdoğan (quien lleva en el cargo desde 2003) quiere estrechar el cerco de la libertad de expresión e información, en un intento por tapar los escándalos de corrupción que ahora mismo tienen en jaque a varios ex primeros ministros así como al propio hijo de Erdoğan, así como la difusión de su competencia en las urnas que encuentra en Internet un terreno sin control de la información.
Las leyes de control o censura de Internet en Turquía siempre ha sido oficialmente explicadas como un intento de mantener a los más jóvenes alejados de la pornografía. En 2011 se introdujo un sistema de filtrado con ese fin, pero que sirvió para bloquear páginas web contrarias al gobierno e incluso aquellas con palabras clave relacionadas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) e incluso la palabra «gay», demostrando así la homofobia gubernamental. Tampoco se libra del filtro el evolucionista Darwin. Reporteros Sin Fronterasurgía en 2011 al gobierno turco para que «abandone este sistema, que supondría la reinserción de la censura en Turquía».
Turquía además destaca entre los países que más peticiones hacen a Google para que elimine ciertos contenidos. De esta manera, según el último informe de transparencia del buscador referente a los primeros seis meses de 2013, el gobierno turco ha hecho 1.489 peticionessobre 2.552 elementos, de las cuales Google solo ha atendido el 13 %. Estas cifras lo sitúan como el gobierno que más peticiones realizó, muy por delante del segundo, Rusia, con «solo» 253 peticiones.