Recomiendo:
0

Un banco hecho a pulso

Fuentes: IPS

El Banco FIE comenzó una historia de micro-finanzas en una modesta oficina de la ciudad de La Paz y desde un ordenador doméstico nació una filosofía, una ingeniería nueva para asistir a las pequeñas unidades productivas, hasta erigirse en la entidad más grande en la materia por las 150 sucursales distribuidas por el país, casi […]

El Banco FIE comenzó una historia de micro-finanzas en una modesta oficina de la ciudad de La Paz y desde un ordenador doméstico nació una filosofía, una ingeniería nueva para asistir a las pequeñas unidades productivas, hasta erigirse en la entidad más grande en la materia por las 150 sucursales distribuidas por el país, casi el doble de oficinas de la que ocupa el segundo lugar.

«Desarrollamos una tecnología crediticia propia y los primeros registros de clientes se elaboraron a mano. Es un banco ‘hecho a pulso'», explicó a IPS la gerente general, Elizabeth Nava, una de las creadoras del modelo de banca para la pobreza.

Esta entidad financiera obtuvo el año pasado el reconocimiento del propio Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como la mejor institución de América Latina y el Caribe por su dedicación a sectores sociales tradicionalmente excluidos del crédito comercial.

Nava habló con IPS desde una oficina localizada en la zona comercial movilizada por cientos de vendedores de alimentos, productores agropecuarios y artesanos que pelean metro a metro un espacio de las calles para ofertar sus bienes expuestos en rústicas mesas o simplemente sobre una delgada lámina de plástico extendida sobre el asfalto.

La historia del banco se remonta a un cuarto de siglo atrás, cuando el Centro de Fomento a Iniciativas Económicas (FIE) salió en busca de ese ejército de pujantes creadores de oportunidades, entre ellos muchos obreros despedidos por el drástico ajuste estructural de la economía que entonces enfrentaba una hiperinflación de 25.000 por ciento anual.

Finalmente en 2010, la entidad se transformó en un banco. Su memoria financiera ya guarda la historia del préstamo más pequeño, por apenas 13 dólares, y el mayor, de 1,2 millones de dólares, dos muestras extraídas de las 825.884 operaciones realizadas desde su fundación.

La gerenta general siente hoy fortalecida su idea de reconocer a la mujer como creadora de oportunidades, de hábil e innata capacidad de negociar precios y de amplia percepción para examinar la demanda del mercado y adaptar la oferta de alimentos o manufacturas a las exigencias del público. En la actualidad, 55 por ciento de la clientela del Banco FIE es femenino.

Los negocios familiares especializados en la manufactura de ropa, la carpintería o en otros rubros asignaban al varón el papel principal en la transformación de la materia prima, pero se restaba valor al aporte de la mujer que comercializaba la producción, administraba el dinero e interpretaba las corrientes de la demanda del mercado, recordó Nava.

Las actividades económicas favorecidas por esta institución tienen capitales de hasta 10 dólares y sus actores, actuando en familia, desconocen herramientas complejas para calcular sus ingresos, proyecciones de ventas, utilidades y capacidad de pago.

Mientras la banca tradicional excluía de su clientela a este segmento por la dificultad de calificarlo, el personal del Banco FIE comprendió que había una oportunidad para crear un modelo de evaluación muy simple, relató a IPS el subgerente Nacional de Créditos Óscar Vedia.

El directivo citó como ejemplo el análisis de una pequeña tienda de barrio para convertir a su propietario en beneficiario de un crédito. El evaluador otorga el mayor valor a la experiencia del comerciante que conoce de los alimentos con alta demanda y rotación, entre ellos las bebidas gaseosas, el pan, azúcar, arroz y otros alimentos, además de las golosinas.

La ubicación del pequeño negocio también ingresa en el estudio de mérito, y con estos datos el técnico elabora una tabla con los niveles de ingresos durante una semana y un mes para construir el ciclo de venta. A ellos agrega costos de transporte y otros gastos que genera la actividad.

Por tratarse de un negocio desarrollado en familia, los gastos del hogar, como el transporte, la educación, los servicios y el alquiler de la vivienda están consignados para concluir el entorno de la unidad económica, explicó Vedia.

«Hacemos lo posible para otorgar el préstamo y ofrecemos asesoramiento en lugar de decir no», dijo sonriente este ejecutivo que viste de manera informal y ahora dirige la extensión de la experiencia boliviana en Argentina y Haití.

El Banco FIE posee un patrimonio neto de 62,3 millones de dólares y aplica una tasa anual de interés en el rango de 8,5 a 21 por ciento para todos los sectores económicos, las que en opinión de Vedia son las más bajas en el mercado internacional de las microfinanzas.

http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=98562