En los primeros once meses de este año, tres mil 427 mujeres fueron asesinadas: de ellas 2540 fueron víctimas de homicidio doloso y hubo 887 feminicidios, 0.5 por ciento menos que en 2020, cuando se contabilizaron tres mil 445 crímenes entre homicidios y feminicidios, según el informe sobre violencia contra las mujeres, publicado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Desde 1990, pero de manera más acelerada en los últimos cinco años, el asesinato de mujeres en el país ha aumentado cada año sin freno hasta llegar a un máximo de tres mil 957 homicidios en 2020. Cualquier cifra en torno a la violencia machista en el país da pavor: diez mujeres son asesinadas al día, la tasa de impunidad supera el 95%, solo un 2% de los casos termina en sentencia y tan solo una de cada 10 víctimas se atreve a denunciar a su agresor.
Como respuesta, el movimiento feminista expresa su repulsa a esta realidad con ira, hartazgo y desesperación en las calles. Las organizaciones sociales que trabajan día a día con las víctimas señalan que en un contexto más amplio la violencia feminicida en el país está lejos de acabarse y lejos de mejorar. El retrato que dan es el de unas autoridades rebasadas por el horror.
Gracias al trabajo y activismo de miles de mujeres, en los últimos tres años se han obtenido importantes avances para la erradicación de la violencia en contra de las mujeres como, por ejemplo: la ley Olimpia, la tipificación del feminicidio, la despenalización del aborto en varios estados, la ley orgánica para prevenir y erradicar la violencia en México, el registro público de agresores sexuales, y el endurecimiento de penas en crímenes de género.
Aunque este es un gran avance, aún faltan muchas cosas por hacer, y aunque exista una ley que indique que se deben respetar los derechos de la mujer, si la sociedad no cambia, si la mentalidad y el patriarcado sigue vigente, los abusos de género seguirán existiendo.
A tres años de que termine el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno todavía no ha publicado el Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Esta estrategia maestra para atender el problema se ha quedado en un limbo administrativo.
“Los gobiernos han simulado invertir en los programas y políticas a favor de las mujeres, pero en realidad no ha sido así. Volvemos a tener esa política de simulación que tanto daño nos ha hecho a las mexicanas”, sentencia la periodista y socióloga Lucía Lagunes.
Las cifras que citan las autoridades hacen referencia a reducciones puntuales en delitos como el feminicidio y las violaciones, pero “cada vez se asesina a mujeres más jóvenes y con mayor ensañamiento”, señala la directora del Observatorio Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada y agrega otro dato: “los feminicidios de niñas y adolescentes de 0 a 17 años se han incrementado año tras año desde 2015 hasta los 542 en septiembre de 2021″, según los datos oficiales.
La directora del Observatorio Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada señala que “de las más de tres mil mujeres asesinadas, el 50% tiene características de feminicidios”, y explica que existe “mucha resistencia” de las fiscalías estatales en clasificar los asesinatos de mujeres como feminicidios. En 2020 el 58,2% de asesinatos de mujeres fue por arma de fuego, motivo para clasificar el caso como un homicidio. “Hay mucha presión del poder político y las autoridades para que no suban los feminicidio en los Estados”, denuncia.
En el caso de homicidio doloso, las 10 entidades que encabezan la lista son Guanajuato con 316, Baja California, 281; Chihuahua, 248; Michoacán, 233; estado de México, 205; Jalisco, 182; Zacatecas, 126; Guerrero, 112; Sonora, 78, y Veracruz con 78.
En este mismo periodo, el mayor número de feminicidios se registraron en el estado de México con 130; Veracruz, 65; Jalisco, 64; Ciudad de México, 60; Nuevo León, 57; Chiapas, 42; Chihuahua, 42; Oaxaca, 40; Sinaloa, 39, y Sonora con 37. Por el contrario, las entidades con la menor cantidad son Tamaulipas y Colima, al reportar cuatro cada uno; Yucatán, cinco; Nayarit y Baja California Sur, seis feminicidios cada uno; Campeche, siete y Tlaxcala, nueve.
Según las cifras del SESNSP, en octubre pasado se denunciaron 67 feminicidios en todo el país, lo cual representa dos casos menos que en noviembre, aunque el mayor número se registró en agosto, cuando se contabilizaron 108 feminicidios.
Las cifras oficiales señalan que la incidencia de este delito ha crecido de manera ininterrumpida desde el año de 2015, cuando en total hubo 412 feminicidios, hasta 2020, cuando se registraron 949 casos. En los primeros 11 meses del presente año se contabilizaron 887 feminicidios.
Otras cifras del informe revelan que, en este período de 11 meses, Guanajuato también ocupa el primer lugar de víctimas de homicidio culposo con 332 casos, seguido del estado de México con 214; Jalisco, 191; Michoacán, 178; Veracruz, 15, y Quintana Roo, 149, por mencionar algunos, ya que en total se contabilizaron 2967 casos
En lo que va de año, de acuerdo a cifras oficiales, se han abierto en el país 809 carpetas de investigación por feminicidio, comparado con las 344 del mismo periodo de 2015, un 135% más. En los pasados cinco años la violencia feminicida ha ido en ascenso. Mientras que en 2015 se registraron 412 feminicidios, para 2018 los casos eran el doble, 895. En 2019 el número de investigaciones totales rondaba las 950, una cifra similar a las víctimas de 2020.
Las organizaciones denuncian la falta de acceso a la justicia: hay 25 alertas por violencia de género declaradas en 22 de los 32 Estados de México. Una medida urgente y excepcional para atender situaciones críticas de violencia feminicida. “El Estado mexicano está haciendo acciones puntuales frente a situaciones que son muy urgentes, pero son aisladas y descoordinadas”, opina la abogada Andrea Medina.
“Hay falta de voluntad por parte de las autoridades porque lineamientos sobran: tenemos una legislación muy completa, pronunciamientos de la Suprema Corte sobre violencia de género, tenemos sentencias de la Corte Interamericana, México ha firmado tratados internacionales, pero no sirve de nada si los operadores del sistema no los aplican, no sé si por ignorancia o por dolo”, dice Mariel Albarrán, víctima de violencia.
Es en el acceso a la justicia donde la mayoría de víctimas se quejan de maltrato y revictimización que reciben de autoridades que, desbordadas, avanzan lentamente en la resolución de los casos con trabas, falta de personal, falta de formación y recortes presupuestarios.
La violencia machista en México se ha agravado con la pandemia y el confinamiento. Las llamadas de auxilio al 911 crecieron un 32% y aumentaron las estancias en los refugios para mujeres víctimas de maltrato. Ahora, otro de los problemas que enfrentarán las organizaciones y programas de apoyo a las víctimas serán recortes o un presupuesto muy reducido para el próximo año.
Gerardo Villagrán del Corral. Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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