Indudablemente, la forma en que se hace política, es una muestra de qué está hecha una institución, un gobierno, una comisión etcétera. Alguna de ellas puede ser aceptar una disculpa y «aquí no ha pasado nada», o retirar una campaña publicitaria que agrede a las mujeres. La primera acción fue la que eligió la Secretaría […]
Indudablemente, la forma en que se hace política, es una muestra de qué está hecha una institución, un gobierno, una comisión etcétera. Alguna de ellas puede ser aceptar una disculpa y «aquí no ha pasado nada», o retirar una campaña publicitaria que agrede a las mujeres.
La primera acción fue la que eligió la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres (Conavim), al abordar la nefasta campaña de MAC, de la compañía Estée Lauder, por su línea «Juárez», «Fantasmal colección de otoño», en alusión a las mujeres que, desde 1993 a la fecha, han sido víctimas de feminicidio en esta entidad fronteriza. Después de una reunión de funcionarios de la Conavim con los directivos de la compañía de cosméticos, acordaron que para lavar el agravio, sería suficiente una disculpa pública y un donativo económico, que ya la empresa había anunciado que sería de 100 mil dólares.
Pero ¿porqué un acuerdo tan ligero sobre un tema que ha hecho de México el país de la referencia del crimen contra las mujeres, y la impunidad? ¿Porqué un acuerdo tan cómodo para la empresa cosmética?, cuando el Estado mexicano tiene encima el compromiso de cumplir con la sentencia de Campo Algodonero que la Corte Interamericana, dictó en diciembre pasado, por el feminicidio de tres de ocho mujeres, y que no precisamente está saliendo bien librado de ella. Esta forma de hacer política nos muestra hasta dónde llega el compromiso para cumplir con su responsabilidad de garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, hasta dónde la Secretaría de Gobernación asume el mandato encomendado en la Ley General de Acceso de las mujeres a una vida libre de Violencia, que en su artículo 42 señala en sus numerales décima: «Vigilar que los medios de comunicación favorezcan la erradicación de todos los tipos de violencia y se fortalezca la dignidad de las mujeres».
Una campaña similar fue dada a conocer en 2007 en Guatemala y El Salvador, cuando la zapatería MD desarrolló una línea publicitaria alusiva al feminicidio de aquellos países centroamericanos «zapatos que están de muerte» fue la frase publicitaria. La indignación social de las organizaciones feministas, de agencias noticiosas como Cerigua, provocaron no sólo la disculpa pública, sino el retiro total de la campaña, mantenerla era simplemente inaceptable. Cuando los niveles de violencia que vivimos en México son tan altos, cuando la violencia contra las mujeres sigue creciendo ante la impunidad, no se necesita una campaña que haga alusión a la muerte de las mujeres, ni en el nombre, ni en los cosméticos.
Las mujeres no necesitamos disculpas, es necesario retirar la publicidad que fomenta los estereotipos y naturaliza la violencia en contra nuestra. Lo que sí necesitamos es una verdadera política que prevenga y sancione la violencia contra las mujeres, un Estado que sí gobierne para su ciudadanía, que deje el discurso y haga su trabajo.
– Fuente: http://www.argenpress.info/2010/08/mexico-una-disculpa-no-que-retiren-la.html