De paso lento pero segura de hacia donde se encaminaba, desde la ladera del cerro, donde se ubica la colonia 24 de febrero en Yautepec, la recuerdo con sus ojos pequeños viendo hacia el valle, descansando a intervalos para recuperar la respiración entrecortada que no le permitía llenar de oxígeno sus pulmones. Realmente agobiada por […]
De paso lento pero segura de hacia donde se encaminaba, desde la ladera del cerro, donde se ubica la colonia 24 de febrero en Yautepec, la recuerdo con sus ojos pequeños viendo hacia el valle, descansando a intervalos para recuperar la respiración entrecortada que no le permitía llenar de oxígeno sus pulmones.
Realmente agobiada por el cansancio de las actividades políticas, sociales, religiosas y el trabajo domestico, la recuerdo a sus 60 años, apenas se sentía bien contrariaba las indicaciones medicas, se levantaba a seguir participando en las comunidades, de su pueblo Yautepec.
Fue una de las fundadoras de la Coordinadora de Mujeres de Morelos y de la Red de Mujeres Contra la Violencia, como parte del proceso de organización de las mujeres, quienes desde sus colonias se integraron con sus demandas y se sumaron a las de otras, desde el año 1981 conformada por grupos feministas, sindicalistas y del movimiento urbano popular, con una perspectiva ideológica muy amplia.
A Cristina le toca llevar este proceso a las diversas colonias de Yautepec, iniciando en su colonia «la 24 de febrero» logrando penetrar ampliamente en varios sectores, abriendo brecha, logrando que la Coordinadora de Mujeres creara su carácter popular en sus demandas, así como su composición social que incluyó a feministas, sindicalistas, maestras. Las discusiones fueron parte de su vida cotidiana, igual podía debatir con las feministas sus ideas, que en la militancia política o en las comunidades eclesiales de base.
Con mujeres como Cristina se logró que la fuerza de las mujeres tuviera una gran respuesta en los mítines y actos públicos que se organizaron en los años 80s. Se promovió la lucha por la igualdad y la liberación, se profundizó el análisis sobre los problemas, los intereses e inquietudes de las mujeres, muchas como Cristina descubrieron que podían realizar múltiples actividades que no se redujeran exclusivamente a las tareas de la casa.
Estos resultados fueron tan importantes, que a la distancia observamos la creciente participación lograda el Día Internacional de las Mujeres, toda vez que en 1979 nos contábamos 60 mujeres y para 1987 llegamos a un acto de mil quinientas.
Y desde este espacio Cristina también tomó conciencia de la importancia de participar políticamente como candidata a un puesto de elección popular como candidata del PRT.
Muchas mujeres que junto con ella formaron parte de las Comunidades Eclesiales de Base y de la Unión de Colonos Independientes de Morelos, lograron que sus grupos adoptaran sus puntos programáticos de lucha por la liberación, la igualdad y los derechos de las mujeres.
Su participación inició en las Comunidades Ecleciales de Base cuando estaba al frente de la Diócesis de Cuernavaca el VII Obispo Don Sergio Méndez Arceo y una serie de sacerdotes comprometidos con la Teología de la Liberación fomentaron el estudio y reflexión de la palabra actuada, pasando rápidamente a formar parte de un grupo de simpatizantes del PRT y activistas del Frente Pro Derechos Humanos del Estado de Morelos. Cristina estaba convencida que entre cristianismo y revolución no hay contradicción y que su fe no era obstáculo para un compromiso militante en un partido revolucionario de las y los trabajadores, por lo que no sólo asumió la responsabilidad de organizar a las mujeres y hombres de su colonia, sino que su labor se extendió por todo el municipio de Yautepec y llegó a ser integrante del Comité Político Estatal del PRT en Morelos y también fue suplente en el Comité Central del PRT.
Cuando se formó la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos inmediatamente se integró a las actividades, destacando su participación en la organización del plebiscito contra la tortura y por la libertad de los presos políticos.
Recordamos que Cristina decía: «solas no hacemos nada, unidas hasta nos tienen miedo».
(Cristina Pareja Dolores nació el año de 1941 en una pequeña ranchería, Ahuacatitlan, del Estado de Guerrero y emigró a Morelos a temprana edad en compañía de su esposo y compañero Miguel Bello, con quienes procrearon 4 hijos y 4 hijas. Murió el 2 de diciembre de 2009 en Yautepec.)