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Pliego Petitorio Nacional-2017 de la Central Obrera Boliviana

Una obligada lectura política

Fuentes: Rebelión

El Pliego Petitorio Nacional 2017 presentado por la Central Obrera Boliviana está contenido y presentado en siete secciones, seis de las cuales están referidas a un singular introito denominado «Propuesta de Directrices de Desarrollo Productivo y Diversificación de la Industria Nacional con Empleo Digno y Estable«, el que se constituye en el núcleo político de […]

El Pliego Petitorio Nacional 2017 presentado por la Central Obrera Boliviana está contenido y presentado en siete secciones, seis de las cuales están referidas a un singular introito denominado «Propuesta de Directrices de Desarrollo Productivo y Diversificación de la Industria Nacional con Empleo Digno y Estable«, el que se constituye en el núcleo político de esta propuesta, puesto que la séptima sección se limita a compendiar las peticiones sectoriales y corporativas, de las organizaciones afiliadas a la COB, sin centralizar ni sistematizar tales demandas.

Esta «séptima sección», presume de un apretado diagnóstico de la realidad nacional, asumiendo como una constatación primaria, que la situación social, económica y laboral boliviana, se ha mantenido sin mayores cambios «…los últimos 60 años«; ignorando ex-profeso el funesto periodo del neoliberalismo, en el reciente pasado histórico, cuyas políticas desestructuraran y transgredieran, todos los avances sociales y conquistas laborales, obtenidos por la lucha obrera y sindical, antes de 1985.

En una persistente inconsecuencia, ignora también y deliberadamente, las históricas y trascendentales conquistas sociales de los últimos once años del Proceso de Cambio, cuyos logros merecen reconocimiento de propios y extraños y que han reconducido, profundizado y Constitucionalizado los más relevantes avances en materia social y laboral. Entre ellos citemos:

a) El Derecho al Trabajo Digno y estable.

b) El Derecho a un Salario Justo, equitativo y satisfactorio.

c) La protección Estatal del Trabajo

d) La prohibición del trabajo forzoso y otras formas análogas

e) La prohibición des Despido Injustificado

f) El Derecho Igualitario de las Mujeres al Trabajo.

g) La inembargabilidad e imprescriptibilidad de los Derechos Laborales, entre ellos, la intangibilidad del Salario.

h) La inmovilidad laboral de los padres gestantes y las personas con discapacidad.

i) El progresivo incremento y valoración del Salario Real, con incrementos anuales que promedian el 10%.

j) La multiplicación sostenida del Salario Mínimo Nacional, actualmente valorado en más de un 450% respecto al vigente el 2005.

k) Etc., etc., etc.

Derechos y conquistas sociales, que hoy se manifiestan como plenamente vigentes, al haber sido implementada las normas administrativas y/o jurisdiccionales que garanticen su acceso y exigibilidad, a propósito valga el ejemplo del D.S. 28699 del 1ro de mayo del 2006 (modificado por el D.S. 495) que ha instituido un mecanismo eficaz y eficiente en la protección laboral requerida en la eventualidad de un despido injustificado.

Sin embargo, esta interpretación sesgada de la realidad boliviana, va mas allá, utilizando una metodología y terminología más propia de las tecnocracias neoliberales y sus ONGs funcionales (e.g.: directrices, ruta crítica, ventajas comparativas, habilidades de los actores productivos, etc.), simplifica su análisis a una franca lógica de la economía de mercado, asumiendo que el crecimiento productivo, la industrialización y aun el empleo, están sujetos únicamente a las «leyes del dios mercado«, resignando la posición histórica de denunciar el carácter intrínsecamente injusto del Capitalismo, que privilegia el interés de los detentadores de los medios de producción (por definición política: los capitalistas), frente al interés de los trabajadores.

De su texto y redacción, convendríamos en inferir a que el Estado Plurinacional debiera estar limitado a constituirse en un «buen administrador«, estos es a crear las condiciones de mercado que permitan el crecimiento de la actividad privada (citamos literalmente el documento, al inicio de la pagina 14: …poco apuntalado por un crecimiento de las actividades económicas privadas, que son las principales generadoras de empleo [Sic]..), asumiendo como tarea publica el «…proteger, diversificar y asegurar su crecimiento…«.

Extraña posición obrera, sobre un tema de política económica, más aún cuando el documento en cuestión, NO refiere en absoluto el rol que debiera jugar el Estado en la Economía Plural, eximiéndose de propugnar la industrialización del aparato productivo estatal, otrora una exigencia dogmática de la clase obrera y considerada un requisito sine-quanun para construir el Socialismo.

En este contexto, y solo en el propósito metodológico de hacer objetivo y sucinto este análisis, nos permitimos una puntualización de algunos elementos considerados los más contradictorios y discordantes, de un documento político que emana de una organización sindical de la talla histórica del Ente Matriz de los Trabajadores Bolivianos:

1. En la modalidad de presentación de su Pliego Sectorial asume de hecho la tarea de una «confederación de sectores laborales» que acopia las demandas corporativas y sectoriales, diversas y hasta confrontadas entre sí. Renunciando al histórico carácter de la «CENTRAL» Obrera Boliviana, que tuvo la virtud y responsabilidad histórica de comprometerse con los grandes problemas nacionales, renunciando inclusive a las aspiraciones coyunturales y sectoriales. Andar y compromiso político que la erigiera como la vanguardia obrera de la Revolución que nos lleve al Socialismo.

2. Sostiene en una visión característicamente tecnocrática, que el Estado Plurinacional, estuviera embarcado en una «vocación extractivista«, olvidando que el plus y la utilidad de la exportación de los recursos de los bolivianos, resultado directo de su nacionalización; ha permitido multiplicar por 30, la inversión pública en beneficio del propio pueblo, construyendo hospitales, escuelas y generando fuentes de empleos.

3. Manipula la información y los datos estadísticos presentados para justificar una inamovilidad social y laboral, la que paradójicamente es sentida y evidenciada, en el cotidiano, por todos los bolivianos.

4. Resume la problemática del empleo a una cuestión «de calidad…» (esto es: con mejoras tecnológicas y de seguridad industrial), renunciando implícitamente a la demanda de un «Trabajo Digno«, con sus componentes de Salario Justo, Estabilidad Laboral y acceso a la Seguridad Social.

5. Olvida al exigir «mayores ventajas comparativas» para el sector privado, que, en las sociedades empobrecidas bajo el capitalismo dependiente, la mayor ventaja para el capital, es el «bajo costo de la mano de obra«,

6. Asume como un fenómeno exclusivamente actual, a la economía y ocupación informal, negando que esta es una herencia más, del aciago neoliberalismo, que estuviera vigente hasta el 2005.

7. En su disquisición sobre la relación de producción-mercado-importaciones, plantea implícitamente la devaluación de la moneda, coincidencia de posición con la más dura y secante oposición conservadora (Doria Medina).

8. Propone prácticas proteccionistas del mercado interno («soberanía del mercado interno para las empresas bolivianas«), coincidentes con la visión ultraconservadora del Presidente estadounidense Donald Trump.

9. Propone un singular «dialogo sincero» tripartito: «COB, gobierno y sociedad civil.«, renunciado a la histórica aspiración de la Central Obrera Boliviana de representar no solo a los sectores obreros, sino a toda la sociedad civil organizada.

10. Asume como un paradigma empresarial propio, el que fuera propugnado por el Banco Mundial, sosteniendo la «…creación refundación y fortalecimiento de empresas sostenibles«, en desmedro de la categoría de la «Sustentabilidad«, en la que el factor social, es más relevante que el empresarial; además en otra anómala coincidencia, plantea, lo que designa como: «…un adecuado clima de negocios«, suponemos para sus patrones empresariales.

11. En sus propuestas normativas, respecto a la nueva Ley General del Trabajo, Código de Seguridad Social, Ley de Pensiones, etc., reitera logros en muchos casos ya consolidados y no plantea, ni se preocupa de su profundización.

12. Propone una «…tasa salarial con mecanismo de reajuste periódico«, a la sazón de la vieja lógica trotskista de la «escala móvil de salarios«, dejando de lado la demanda del crecimiento sostenido y consolidado del Salario Justo, Digno y Satisfactorio, ya sacramentado por la Constitución Política del Estado Plurinacional.

Podríamos concluir constatando con desazón y sana nostalgia, la claudicación histórica del carácter vanguardista y revolucionario de la Central Obrera Boliviana; pero asumamos, con beneficio de inventario, que la redacción de este documento es obra de «asesores» aviesos y conjurados, que pronto serán identificados por el Movimiento Obrero, el que esta sin embargo, obligado a rectificar lecturas sociales y posiciones políticas, las que hoy en el contexto de este documento nos resultan poco menos que inverosímiles, dada la ausencia del compromiso social y político, que siempre ha caracterizado a nuestra histórica y Gloriosa Central Obrera Boliviana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.