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UNAM: ¿entenderá Lomelí Vanegas que ya no es como antes?

Fuentes: Rebelión

La designación de Leonardo Lomelí Vanegas como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es, indudablemente, una victoria de las fuerzas conservadoras del país. O, dicho de otro modo, un triunfo de los sectores neoliberales y privatizadores de los bienes públicos.

Pero se trata de una victoria acotada por la reciente movilización de vastos segmentos de la comunidad universitaria que expresaron su preferencia por un candidato anti neoliberal y anti privatizador: el antiguo y conocido luchador social Imanol Ordorika.

Lomelí Vanegas ha llegado en representación del statu quo. En representación de la burocracia dorada que ha dominado la UNAM en los últimos 40 años. Un personaje de la nefasta estirpe de los Carpizo, los Barnés de Castro, los Soberón Acevedo, los Graue y los Narro Robles.

Es cierto, sin embargo, que a pesar de su estirpe reaccionaria Lomelí Vanegas no tendrá las manos libres. Para empezar debe decirse que no contará, como aquellos otros rectores, con la simpatía de la Presidencia de la República. 

Y tampoco contará con los afectos del gobierno de la Ciudad de México. De los actuarles y de los que ya se anuncian para el próximo sexenio. Y tampoco contará con la coincidencia ideológica de la mayor parte de los gobernadores de los estados de la Federación.

Sus únicos respaldos serán los tres mayores partidos de la derecha (PAN, PRI y PRD). Y también estarán con él los grandes medios de comunicación. Pero todo esto no le bastará para avanzar en la privatización de la Universidad Nacional.

Deberá frenar sus afanes privatizadores por la carencia de apoyo del sector público y por la oposición anti conservadora en la propia UNAM. La oposición interna ya demostró su fuerza ética y política, de la que cabe esperar una mayor organización y una pronta consolidación.

Cabe esperar también, desde luego, que el nuevo rector comprenda que han llegado a su fin los tiempos del autoritarismo conservador. Y que tenga la inteligencia suficiente para adaptar su rectorado a los nuevos tiempos inaugurados con la derrota neoliberal de diciembre de 2018.

Es tiempo de democracia interna, del cese del saqueo de la Universidad, de facilitar el acceso a la UNAM de los miles y miles de jóvenes que hoy son rechazados con criterios elitistas y hasta racistas.

¿Sabrá el nuevo rector leer e interpretar los nuevos tiempos? ¿O ciego y sordo pretenderá reeditar la cruzada privatizadora que, con la excepción del doctor Ramón de la Fuente, han intentado los rectores de las últimas cuatro décadas?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.