-M.H.: Con un invitado de lujo, Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero y del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Con la idea de dedicar tanto este como el próximo programa al tema de las elecciones presidenciales, pero centrados en el FIT. Tengo que empezar por el hecho político más importante de este último fin […]
-M.H.: Con un invitado de lujo, Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero y del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Con la idea de dedicar tanto este como el próximo programa al tema de las elecciones presidenciales, pero centrados en el FIT.
Tengo que empezar por el hecho político más importante de este último fin de semana que ha sido el XXX Encuentro Nacional de Mujeres. Una movilización con 65.000 compañeras en Mar del Plata, donde se dio un enfrentamiento en la puerta de la Catedral con un grupo de ultraderecha. Qué reflexión te merece la problemática de la mujer y en particular la violencia de género, porque paralelamente se produjeron tres femicidios, dos en Mar del Plata.
-J.A.: Antes del Encuentro, tuve una actividad preparatoria en el Congreso de la Nación, con el Movimiento de Mujeres y el Plenario de Trabajadoras, donde planteé lo que creo es el eje. En la manifestación por «Ni una Menos» hubo cerca de 300.000 personas, pero en contraposición a esa enorme capacidad de movilización está la falta de resultados. Por un lado en el tema de los femicidios y, por otro, en cuanto al aborto, porque de algún modo la afirmación de la mujer en la vida social tiene repercusiones en la vida familiar en todos los aspectos.
Las mujeres más agraviadas son aquéllas que viven un poco recluidas en el ambiente familiar, la mujer que tiene una intensa vida social está relativamente inmunizada ante la violencia, porque significa que puede hablar con otro, que la inspiran otras experiencias, que no está encerrada en el tema de los chicos, la plata y llegar a fin de mes. Yo recomendaba algo que ya había sido planteado por las mujeres, que es que estos encuentros tenían que fijarse propósitos concretos y alcanzarlos, en cambio prevalece una actitud contemporizadora de talleres, reflexiones, etc., cuando las reflexiones ya están agotadas, se ha escrito hasta el cansancio y analizado desde todo punto de vista.
Hay que emprender una batalla para alcanzar los objetivos que se proponen. Los órganos públicos encargados de recoger denuncias, hacer que ciertas decisiones judiciales cumplan una acción eficaz, deben estar bajo la supervisión de un movimiento de mujeres independiente del propio Estado. Algo así como lo que nosotros llamamos el control obrero de la producción, aplicado al movimiento feminista. Yo reflexionaba que la única manera de resolver la contradicción consiste en reclamar al Estado que desarrolle mecanismos de protección, educación, etc., siendo que el Estado es el sujeto de la opresión de la mujer, entonces aparece una contradicción, es como pedirle a tu propio verdugo que te cuide. Es una contradicción de la realidad, porque el Estado existe, y tiene los mecanismos para hacer un trabajo de protección. Al mismo tiempo los jueces desarrollan un punto de vista completamente criminal, que a mí no me costó imaginar, no le creen a la mujer, o le creen pero apelan a pedirles la reflexión, porque hay una familia en juego, etc.
Para ilustrar esto, estaba en Salta viajando en un remise y como el viaje era largo pude escuchar por la radio el testimonio de una mujer que contaba cómo el marido la había golpeado toda la vida y ella defendía el haberse quedado en el hogar porque ahora tiene hijas e hijos que pudieron estudiar. Este es el punto de vista del Estado, no es el punto de vista genuino de la mujer, porque quién le dijo que no iba a poder conseguir lo mismo despojándose de ese hombre golpeador. Ese es el punto de vista del Estado, la familia como célula reaccionaria de la sociedad, no como una célula que es socializada y desarrollada en otro ámbito.
Entonces, creo que debe haber un plan de lucha, aunque haya una diversidad ideológica infinita, siempre van a haber cuatro puntos vitales en los que te vas a poner de acuerdo. Probablemente no vayas nunca a elecciones juntos ni nada estratégico, pero 60.000 personas es mucha gente, batieron todos los récords de cualquier encuentro anterior, y a esto hay que ponerle músculo porque está la masa, pero no está el músculo.
Cuando se hizo el «Ni una Menos», había una tendencia a no profundizar porque de esa manera se generaban divisiones, pero de esa manera no se llega a ningún lado, porque solo estás en la calle dando un testimonio. Cuando vi que la Iglesia adhirió al «Ni una Menos» me di cuenta de que no iba a pasar nada. Obviamente que la consigna pedía que no maten a ninguna mujer más, ¿quién va a estar a favor de que maten a alguien? Es un denominador que, al menos de palabra reúne a una gran mayoría. Por eso hay que fijar un objetivo, porque las cosas avanzan de esa manera y cuando las hacés avanzar crecés como masa. Nunca vas a desarrollarte masivamente contemplando de manera beata los infinitos puntos de vista que tiene el ser humano.
El debate presidencial fue un cerrojo para proteger a Macri, Massa y Scioli
-M.H.: Estaba leyendo el último número de Prensa Obrera donde escribís un artículo sobre el debate presidencial de dos domingos atrás. Me gustaría que compartieras tu opinión con los oyentes.
-J.A.: Para empezar eso no fue ningún debate. Una de las cosas que señalo en el artículo, que yo suponía y luego me confirmaron, es que lo hicieron en un formato tremendamente restrictivo con el afán de que entrara Scioli, querían un show. Lo que querían era que se dijera que los que organizaron el debate lo hicieron por primera vez en la historia argentina. Porque ¿se puede hacer un debate donde se pregunta pero no se repregunta, o sea que no se polemiza, y donde hasta la persona a quien le dirigís la pregunta te la marcan antes? Del Caño ¿qué interés tiene en preguntarle a Rodriguez Saá? Son adversarios pero ya estaba establecido que le iba a tener que preguntar una vez a Rodriguez Saá y los demás una vez a uno y a otro. Era un cerrojo hecho para proteger a Massa, Macri y Scioli.
Te doy un ejemplo, Del Caño le dice a Massa ante su declaración de castigar a los docentes por no asistir a clase, que él no asiste al Congreso; al mismo tiempo la asistencia perfecta al Congreso siempre fue un arma contra la izquierda, y ahora viene un candidato de izquierda que va al Congreso todas las sesiones y le dice polémicamente «vos que no vas al congreso querés aplicarle una reprimenda a los docentes», a lo que Massa contesta «sos un mentiroso». El que conoce el tema sabe que el mentiroso es Massa, pero el que lo ve por televisión y escucha al último que tiene la palabra se queda con la idea de que el candidato de izquierda es el que miente.
-M.H.: Si no hay que leer La Nación que justamente en una de las ediciones de la semana pasada da el número exacto de las ausencias de Massa al Congreso que suman 90.2%.
-J.A.: En ese marco nosotros defendimos nuestras ideas, lógicamente dentro de un marco tan restringido nos juzgaron mejor los que algo saben de nosotros. Por ejemplo, en Río Cuarto vi una periodista muy conmovida porque Del Caño defendió el derecho al aborto en público, como si fuera una hazaña, para ella lo era y en cierto modo lo es porque hay una masa que cree que esas cosas no se defienden en público.
Para un amplio sector que sigue los problemas estuvo muy bien, pero un amplísimo sector que no nos sigue no llegó a captar qué representamos como alternativa. No se discutió el ajuste, ni la devaluación, no se pudo exponer. Son unos pedorros, y empleo el término a propósito, no es que me desbordé, porque el modelo de país que ellos quieren, que es Estados Unidos, en los debates se dan con munición gruesa.
En primer lugar nosotros defendemos un gobierno de los trabajadores
-M.H.: Te confieso que el debate lo vi por partes, en un momento me aburrió un poco. Sin embargo, hay un tema que después vi que no estuvo planteado y creo que es central. Susana Wortman me acercó En defensa al marxismo, la revista teórica del Partido Obrero en la cual hay un artículo de Osvaldo Coggiola «América Latina vuelve a escena», allí plantea un tema que a mi gusto faltó en lo que entiendo debió haber sido la exposición del candidato presidencial Del Caño. Se trata del tema del fracaso de las experiencias nacionalistas en la tentativa de estructurar un Estado nacional e independiente y en iniciar un proceso de industrialización capitalista autónomo, destruyendo la supremacía del capital financiero. ¿Qué modelo de desarrollo quiere la izquierda? Queremos llegar a gobernar la Argentina, pero ¿para hacer qué?
-J.A.: En primer lugar ese debate no daba lugar a eso, inclusive estaba ideológicamente sesgado, porque al segmentar los temas pidiendo que se haga una propuesta por tema, no permite hablar del conjunto de la situación. Al terminar el debate escuché una apreciación muy desagradable del periodista Novaresio, en el programa de Luis Majul, que dijo que por fin había escuchado a un izquierdista que no hablaba de revolución. No hubo lugar para un cuestionamiento de conjunto, tuvo dos minutos para plantear las cuestiones que son propias de alguien que quiere una revolución. Es perversa esta forma de juzgar.
Nosotros defendemos un gobierno de los trabajadores y Del Caño lo dijo. Una vez tuve un debate en Radio Ciudad con cinco intelectuales que querían saber qué iba a hacer en cada aspecto, mi respuesta apuntó a un punto metodológico previo ¿quién es el sujeto del cambio? Porque tampoco es cierto que un partido puede decidir todas las medidas que se van a tomar, sin ver cómo se desarrolla ese sujeto que va a transformar la sociedad.
-M.H.: La fuerza social.
-J.A.: Tomala a Dilma Rousseff, a Obama, o a quien quieras, ellos parten de que el sujeto, que es el capitalista va a tomar cierto tipo de medidas interrelacionadas con el gobierno, por eso nunca se entrevistan con un obrero y están permanentemente en reunión con las cámaras empresariales. Si gobiernan los trabajadores la lógica es al revés, estamos permanentemente en asamblea juzgando los resultados de la producción del trabajo. Entonces, en primer lugar, un gobierno de trabajadores, ese es un aspecto muy importante.
En una película que se presentó en el Teatro San Martín y me invitaron a comentar hice un señalamiento, muchos kirchneristas se ofendieron y lo entiendo, el nacionalismo no es antiobrero, es paternalista, entonces sí, le da de comer al obrero, pero ¿y si el obrero quiere comer por su propia cuenta? No hay movimiento más antiobrero que el de Cristina Kirchner y compañía, todo el tiempo hablando de la Asignación Universal por Hijo pero si se ocupa una fábrica, en el punto del país donde se encuentre, va a pronunciar un discurso en contra de los trabajadores que tomaron esa fábrica.
Cuando mataron a Mariano Ferreyra, porque eran trabajadores ferroviarios que estaban contra Pedraza, hasta José Pablo Feinmann dijo que fuimos a provocar una muerte, se comportó con Mariano Ferreyra como el golpeador con la mujer, o sea, que si aplica el mismo criterio tiene que decir que las mujeres que son atacadas, agredidas o muertas de algún modo se lo merecían.
Por otro lado, hay una crisis capitalista fundamental de la que se sale arrebatándole la palanca de la economía a los capitalistas, esto es tan así que en la prensa financiera internacional se discute que no se sale de esta crisis sin un gigantesco plan de inversiones, que no hay. Ese plan de inversiones lo puede diseñar el Estado pero no lo puede financiar, entonces hay que nacionalizar la banca. Paul Krugman escribe un artículo sobre esto en The New York Review of Books el 12 de diciembre de 2010 proponiendo nacionalizar la totalidad de los bancos norteamericanos de forma provisoria, y una vez pasada la crisis devolverlos, porque Krugman no es Marx. Yo comentaba esto en un programa en Radio Ciudad y planteaba porqué no van a llegar nunca a esto, porque si llegás a la nacionalización de un sistema bancario y a un plan de inversiones del Estado, ya estás en el límite del capitalismo y en el prólogo de un régimen no capitalista. ¿Quién marca la frontera? Si Obama es presidente, con el banco nacionalizado y la inversión estatal estás bajo el capitalismo; si el presidente fuera un miembro de la Comisión Interna del subte, ya estaríamos en el socialismo.
Eso es fundamental y la gente tiene que saberlo, yo lo digo sistemáticamente porque en la izquierda soy el que desenvuelve con más frecuencia y amplitud el tema económico. Si viene Prat Gay y me dice que de ninguna manera, porque la asignación de recursos es ineficiente, yo le demuestro que está equivocado. Tuve un debate con 6 de ellos en un programa de radio dirigido por Willy Kohan (o sea 7 de ellos) y en un momento dijeron que entonces no habían aprendido nada en la Universidad.
Tenemos que ir de frente porque la crisis es absolutamente fenomenal. El que ha hecho una propuesta que le da en el palo, que es muy tibia, es el que ahora resultó ser Secretario nacional del Partido Laborista británico, él utilizó una metáfora que los diarios financieros tomaron, dijo que había que aplicar «el helicóptero», en el lenguaje financiero de ahora eso significa emitir mucho dinero para los bancos, pero que esta vez la plata no debía ser para los bancos sino para un plan de obra que cree el pleno empleo. Esto fue tomado por algunos columnistas de Financial Times y otros medios y dijeron que no queda otra, porque Estados Unidos ha jugado 10 billones de dólares y no ha movido el amperímetro, está creciendo muy por debajo de su potencial. Como además no amortiza puentes, caminos y demás, el crecimiento es negativo, por eso le llaman PBI bruto, porque no descuentan la amortización. El deterioro de la infraestructura es pavoroso en Estados Unidos, así como el ambiental, cuando descontás todo esto del PBI de la economía capitalista está retrocediendo, a pesar que metieron billones de dólares. Por ejemplo, en este momento la deuda pública y privada china es del 250% del PBI, la deuda pública solamente de Japón es del 300%. Con todo ese dinero no movieron el amperímetro del empleo y la desocupación, entonces el fracaso es definitivo, hay un límite.
Esa es nuestra propuesta, pero hay que tener tiempo para decirla. En todo caso sin tiempo y apretado, tenés que ser una luz para embocarla en un minuto y medio. Es una mordaza para proteger a los otros. Después viene Aníbal Fernández y dice «el debate fue una farsa», eso es cierto pero él no puede decirlo, porque lo suyo es peor, porque su candidato ni siquiera quiso debatir.
La ventaja del FIT sobre otros movimientos de izquierda en el mundo es que se ha instalado con bastante antelación frente a las grandes crisis
-M.H.: Un tema que abordamos en profundidad, previo a las PASO, fue el acercamiento al FIT de numerosos agrupamientos de la denominada nueva, nueva izquierda, muchos de ellos referenciados críticamente con el chavismo, con el indigenismo, pero también de un dirigente importante con quien tuviste la oportunidad de discutir en persona, como lo es el «Perro» Santillán, dirigente social y político que jugó, para mí al menos, un papel central en la caída de seis gobiernos provinciales en pleno dominio del neoliberalismo menemista en Jujuy. ¿Qué balance hacés de ese acercamiento y participación de estos sectores en el FIT?
-J.A.: Limita el balance el hecho que nuestra lista perdió la interna del FIT en las elecciones nacionales. También perdió el «Perro» Santillán, en Jujuy. Yo gané en Capital, en la Provincia de Buenos Aires, en Córdoba, pero hubo provincias como Mendoza donde fue increíble la diferencia de 9 a 1, que fue la que dio vuelta la elección.
-M.H.: Una compañera candidata que perdió en las PASO, después en las internas de ATE, fue el único lugar en donde ganó la Lista Bermellón de oposición, en Mendoza.
-J.A.: Quiere decir que fuimos con una lista que perdió 9 a 1 en las internas del FIT y después en una elección sindical nacional es el único lugar en el que gana. Fue una diferencia muy grande, entonces no pudo continuar ese proceso, por lo menos en este aspecto. El «Perro» Santillán presenta lista propia en Jujuy, yo le dije en su momento que si perdíamos, o incluso si ganábamos, porque había obstáculos en la unidad, él tenía la obligación de renunciar a una acción propia y seguir golpeando con el FIT. Porque en la política revolucionaria hay que tener una visión estratégica, no momentánea, no se construye de un día para otro, si alguien te obstaculiza seguís golpeando y revertís el obstáculo.
El problema es interesante, vos señalaste el tema del chavismo crítico, podrá ser más o menos crítico, el tema es que lo es en un momento de derrumbe del chavismo, personas muy importantes como una ex embajadora de Venezuela acá, quien jugó un rol muy importante en defensa de la revolución bolivariana en el golpe de abril de 2002, está planteando crear un movimiento independiente del chavismo en Venezuela. El razonamiento es profundo, porque dice que no quiere un movimiento independiente para diferenciarse, quiere evitar la desmoralización completa de los trabajadores en Venezuela que lo ve como el fenómeno más profundo. En una situación como ésta, cuando hay un chavista crítico, tenés que buscar los caminos para atraerlo; pero prevaleció una metodología sectaria con referencia a estos sectores, hay que ver cómo continúa, después de todo las PASO nuestras por más positivas que hayan sido, son un accidente, no mueve ninguna pieza estratégica de la situación y me parece que quedó a la vista. Ellos tienen que tener una mirada amplia, si están convencidos de que la izquierda va a capitalizar la crisis, tienen que hacer todos sus esfuerzos para apuntar a la izquierda.
La ventaja del FIT sobre otros movimientos de izquierda en el mundo es posicional, pensándolo como un juego de ajedrez, que se ha instalado con bastante antelación frente a las grandes crisis, no son de esos movimientos que no lograron nunca nada y esperan ascender en momentos de crisis, sino que ya es una referencia. Acabo de ver una encuesta en la Provincia de Buenos Aires, para Presidente estamos quintos, pero para gobernador estamos cuartos, quiere decir que después de los tres presidenciables estamos nosotros.
-M.H.: Al FIT lo veo como un fenómeno excepcional en el mundo, porque no se da en ninguna otra parte.
-J.A.: Te voy a acompañar en la reflexión. Naturalmente yo tengo una resistencia a caracterizarnos a nosotros mismos como excepcionales, esa resistencia me llevó a pensar que en realidad formamos parte de una tendencia mundial y lo que cambia es la modalidad de su presentación.
Hay un ascenso de la izquierda y si no hay una irrupción en el afán de que haya una expresión, allí donde ese proceso que en etapas previas ya había tenido cierto desarrollo como en Argentina, toma una forma más rica. El trotskismo por más que minoritaria, tiene una vigencia como corriente política. Acá hubo dirigentes sindicales que jamás dejaron de ser peronistas que tiraban consignas del Programa de Transición porque lo habían escuchado de las corrientes sindicales trotskistas.
-M.H.: Inclusive hay un artículo que salió en el último Le Monde Diplomatique, que dice que así como en el año 2001 el eje de la movilización y la lucha era la Ruta 3, en la actualidad es la Panamericana.
-J.A.: Yo reivindico al Partido Obrero, por su rol extraordinario en la Ruta 3 y en la Panamericana, lo digo porque creo que lo más importante es saber que si nuestro partido, cada vez que este país palpitó algo estuvo ahí, ese es el partido, no es una teoría. Cuando estaba el movimiento piquetero, yo fui el miembro informante a la Asamblea de desocupados, en Don Bosco, palpitamos el movimiento y obtuvimos reivindicaciones brutales para el nivel de descomposición de la sociedad de aquel momento.
Ahora estamos en este proceso, nosotros somos protagónicos, esto no lo tienen las corrientes de izquierda en el mundo. Cuando empezaron a caer las dictaduras en España y demás, había una expectativa de que crecieran corrientes revolucionarias, a mediados de los ´70, pero lo que pasaba era que no habían peleado bajo el franquismo, no existían, venían en el avión, de sus países de exilio para jugar un rol en el post franquismo. El 24 de marzo a las 7 am yo estaba en el baño cuando escuché «Decreto N°1 queda ilegalizado Política Obrera», el primer comunicado de la dictadura, no vinimos después, también jugamos un rol para que se acabe la dictadura. Entonces, no podemos llegar a esta fase en las condiciones de inferioridad en las que llegan otros países, este es un aspecto esencial.
Estuve en Montevideo y debatí con un ex Ministro de salud y un economista del Frente Amplio. Al exponer dijeron algo sorprendente, pero lo dijeron ellos mismos: «es el fin de ciclo». Esto quiere decir que la conciencia de los límites de este movimiento no los está señalando el Partido Obrero, lo están señalando ellos mismos.
-M.H.: El Frente Amplio enfrenta una movilización sindical muy importante, que no se había dado en décadas en Uruguay, dirigida por un sindicalismo nuevo y joven.
-J.A.: Yo estoy viajando permanentemente porque con ese sindicalismo joven estoy teniendo casi todas las semanas reuniones. Voy a estar el sábado previo a las elecciones, espero no tener problemas para volver y que después digan que no fui a votar porque no soy candidato.
-M.H.: Tuve el gusto de que los compañeros del PO del barrio de Boedo me invitaran al balance de las pasadas elecciones, y planteé que había sido un error que vos fueras candidato a Presidente y que estaban cometiendo un gravísimo error, en el sentido que yo considero que el cuadro político de la izquierda más formado en Argentina sos vos, entonces no te pueden tener un día en Santa Fe a la mañana, en Jujuy a la tarde, otro día en Córdoba y durante 40 días en esa romería. Me parece que el rol que tenías que jugar era otro. Por eso me alegra mucho esto que contás de que estás viajando a Montevideo a reunirte con la joven dirigencia sindical uruguaya.
-J.A.: Yo estoy de acuerdo con vos. Lo que pasa también es que en la calle soy el más conocido, pero en algún momento habría que haber hecho un sacrificio, parar un poco en la línea que decís vos.
-M.H.: Porque empiezan a jugar otros factores, la edad, por ejemplo, no es lo mismo cuando se tiene 20 que cuando se tiene 70.
-J.A.: No diría en eso porque me desempeñé bastante bien pero, por ejemplo, yo iba con la computadora y una vez terminé un artículo en un avión que no paraba de sacudirse, porque no tenía otro momento para hacerlo.
-M.H.: Hay un tiempo necesario de reflexión también. Son detalles, pero quería plantearlo porque creo que en ese sentido se podría haber apelado a otros compañeros. Tengo un aprecio político muy especial por Marcelo Ramal, siempre lo digo, creo que está haciendo un gran trabajo. No casualmente ha calado tan hondo el tema de las 6 horas para los trabajadores de enfermería que ha generado una movilización muy importante en el sentido que se está plebiscitando en los hospitales como el Garrahan, el Udaondo y otros.
-J.A.: El domingo mismo en el subte me pararon dos mujeres para indagarme sobre ese proyecto.
-M.H.: Ha sido el proyecto más votado por la población para presentar en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
-J.A.: Es un proyecto que venimos trabajando hace tiempo, después de las 6 horas para los trabajadores del subte nos propusimos seguir con las enfermeras y los choferes. El gran cambio del sistema de transporte son las 6 horas para los choferes y un cambio completo a partir de eso. Porque lo otro es el beneficio por el beneficio mismo, accidentes, duplicidad de rutas y toda una serie de fenómenos que se basan en la explotación del trabajador.
Si yo hubiera discutido con Massa este asunto del presentismo, hubiéramos visto que todo este ataque contra los docentes va dirigido a moderar la fuerza de trabajo docente para que sea intercambiable con la privada. Entonces llega el debate en el que les preguntan a los docentes qué problema tienen en ser evaluados, pero no es ese el punto, ellos quieren disciplinar una fuerza de trabajo porque mañana se privatiza más, como ya ocurre en la Ciudad y el empresario de la educación toma gente que ya está disciplinada. Esto lo ves en el sistema de salud.
-M.H.: De la Sota le dio una vuelta de tuerca porque dijo que va a sancionar a las maestras que se embaracen.
-J.A.: El ejemplo claro está en la salud. Yo personalmente no tengo problemas de salud y entonces me ocupo una vez al año y me olvido del tema. Como habían pasado tres años que no me controlaba fui a la cardióloga que me tuvo un minuto y 52 segundos y me despachó porque atrás venía otro paciente. Me dio un estudio, pero como yo hace años que me vengo controlando me di cuenta de que no me había mandado a hacer la ergometría, le tuve que pedir que me diera la orden. Es decir, es una médica disciplinada a una función empresarial y en eso quieren convertir a la educación.
Nadie plantea las cosas en éstos términos. Imaginemos que es una educación socialista donde el maestro es Picasso, su atención iría dirigida al sujeto, es decir, cada alumno es diferente entonces la maestra atiende a cada uno según sus especificidades. Exactamente lo contrario, en lugar de la homogeneización de la mercancía, como es en la producción capitalista, el socialismo genera individualización de los seres humanos. Este es el tema.
-M.H.: Hablábamos fuera de aire de un tema que imagino debe ser una preocupación central estando a dos semanas de las elecciones. ¿De dónde salen los votos que necesita el FIT para concretar su objetivo de sumar legisladores al Parlamento?
-J.A.: Sumar vamos a sumar porque vamos a tener la ventaja de lo que hemos conquistado en 2013 continúa, rotando, pero el lugar sigue ocupado. En el caso de la Provincia de Buenos Aires, la tendencia de nuestro caudal de votos daría para que Pitrola volviera a ocupar un cargo. Por otro lado tenemos Córdoba y Capital, en Córdoba hay una situación muy compleja, quiero recordar que en 2013 nuestra candidata Liliana Olivero no ingresó porque hubo un fraude abierto que motivó una votación dividida de la Corte Suprema en Córdoba. Esto demuestra que fue fraude, porque hubo un juez que lo dijo y mandó a abrir las urnas. Fue un fraude de los radicales, lo digo para consuelo de los kirchneristas por lo que hicieron en Tucumán. Ahí tenemos una pelea, por eso fui a Córdoba a hacer campaña y voy a seguir yendo porque se despertó un gran interés.
El tema es en la Capital, si Zamora nos va a sacar los votos que necesitamos para entrar, cuando es claro que él no va a reunir los votos para hacerlo. Necesitamos un 0,8% más para entrar, Zamora puede sacar el 3%, no le sirve, pero nos quita la posibilidad a nosotros. Entonces hay que centrar la campaña en Capital, explicar sistemáticamente la envergadura de este proyecto porque el electorado argentino todavía está atrapado por una idea democratizante, que consiste en no ver los proyectos estratégicos.
En las PASO nos pasó eso, en tanto que nuestra lista atrás de mi figura representaba algo estratégico, porque es una trayectoria que apunta a una determinada dirección, la gente eligió probar otra cosa, dejando de lado el proyecto estratégico y sin éste no vamos a triunfar. Esto quiere decir que somos muy débiles todavía, por más que tengamos más votos que los que tuvo cualquier izquierda en este país. En el pasado algunas izquierdas eran más sólidas en el proyecto estratégico con su gente. No hemos conquistado todavía a los trabajadores, inclusive a los que nos votan para una conciencia de un proyecto estratégico. Eso se nota cuando nos faltan 0,8 % para ingresar en Capital, siempre hay un cero algo que nos deja afuera.
Pero el tema viene después de las elecciones, porque nosotros ya somos una referencia política. El lunes tuve un ratito para ver a Roberto García de Ámbito Financiero que le hizo una entrevista a Sergio Berenstein de Poliarquía, y él le dijo que el próximo gobierno va a ser muy débil. Un gobierno es débil porque la economía derrapa, por la heterogeneidad del elenco gobernante, por el descontento popular, pero aludieron a esto último, diciendo que Scioli con la burocracia sindical, con los varones del conurbano y la liga de gobernadores tendría más condiciones que Macri para gobernar, por eso creo que las patronales prefieren a Scioli y no a Macri. Cualquiera puede ser un pico de oro para el capital pero después tiene que tener la capacidad de llevarlo a la práctica. Scioli es el que más condiciones reúne, pero la burocracia sindical está deteriorada, Hugo Curto pierde en Tres de Febrero, por ejemplo.
-M.H.: Aparte les llueven las denuncias de narcotráfico, lavado de dinero, etc.
-J.A.: Quiero llamar fuertemente la atención de la izquierda, de los trabajadores, del Partido Obrero porque hay que tener una conciencia muy aguda de la post elección, que esto es un trampolín al fenómeno post elección donde podemos llegar a crecer de a miles y miles antes del 1º de mayo del año que viene.
Argentina es un país en cesación de pagos, se lo demuestro a quien quiera, no puede pagar sus deudas porque rifó la plata, pagó la deuda externa por 170.000 millones de dólares, vació financieramente al país y ahora no tiene la plata para financiar la economía. Va a venir un período de convulsión social que necesita una orientación política, esa orientación política deberá ofrecerse desde el FIT.
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