Los participantes en el Coloquio Internacional en memoria de Andrés Aubry, entre ellos los escritores John Berger, Naomi Klein, el sacerdote belga Francois Houtart, decenas de activistas y académicos, denunciaron ayer, en un documento que suscribieron, que 56 campamentos militares, unidades de fuerza especiales y la reactivación de grupos paramilitares, como el de la Organización […]
Los participantes en el Coloquio Internacional en memoria de Andrés Aubry, entre ellos los escritores John Berger, Naomi Klein, el sacerdote belga Francois Houtart, decenas de activistas y académicos, denunciaron ayer, en un documento que suscribieron, que 56 campamentos militares, unidades de fuerza especiales y la reactivación de grupos paramilitares, como el de la Organización Para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic), agreden y amenazan desde los meses recientes a los pueblos zapatistas. Y advirtieron: «no se puede permitir un nuevo Acteal en tierras mexicanas. No se puede orillar a los pueblos a defenderse de la violencia con la violencia».
En respuesta a la declaración que hizo la noche del domingo el subcomandante Marcos, que alertó sobre las agresiones que están sufriendo las comunidades zapatistas y «nuestras compañeras y compañeros», los abajofirmantes, entre quienes se encuentran además Pablo González Casanova, Sylvia Marcos, Enrique Dussel, Jorge Alonso, Carlos Rojas Aguirre y Jean Robert, exigieron al gobierno federal y al estatal «que detengan esa agresión que rompe todo respeto a los derechos humanos».
A pocos días de que se cumpla el décimo aniversario de la masacre en los Altos de Chiapas, esta declaración señala: «Con las comunidades zapatistas, nos comprometemos a estar vigilantes del desarrollo de los acontecimientos y llamamos a todos los hombres y mujeres de buen corazón, de México y del mundo, a estar atentos de lo que aquí suceda y a manifestar abiertamente su solidaridad con estas y estos indígenas que han renovado la esperanza de que otro mundo es posible».
Anoche, el subcomandante Marcos pronunció su última intervención del coloquio, al que tituló «Sentir el rojo; el calendario y la geografía de la guerra». Subrayando su carácter de jefe militar del EZLN, «que es un ejército, muy otro por cierto pero es un ejército», anunció: «Es ésta la última vez, al menos en un buen tiempo, que salimos para actividades de este tipo; me refiero al coloquio, encuentros, mesas redondas, conferencias, además de, por supuesto, entrevistas.»
Explicó por qué: «como hace tiempo no ocurría, nuestras comunidades, nuestras compañeras y compañeros, están siendo agredidas. Ya había pasado antes, es cierto. Pero es la primera vez desde aquella madrugada de enero de 1994 que la respuesta social, nacional e internacional ha sido insignificante o nula. Es la primera vez que estas agresiones provienen descaradamente de gobiernos de supuesta izquierda, o que se perpetran con el apoyo sin tapujos de la izquierda institucional.»
También previó: «quienes hemos hecho la guerra sabemos reconocer los caminos por los que se prepara y acerca. Las señales de guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, también tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras».
El comunicado de los participantes al coloquio, dirigido al pueblo de México y a los pueblos del mundo, recuerda lo siguiente: «Desde el 10 de enero de 1994, el EZLN se comprometió con la sociedad civil mexicana a que, de manera unilateral, frenaría cualquier actividad bélica. A 14 años de esa decisión, el EZLN, a pesar de la presencia hostigadora del ejército federal mexicano, que tanto daño ha hecho a la vida de las comunidades indígenas chiapanecas; a pesar de la formación de grupos paramilitares; a pesar de la masacre de Acteal; a pesar de todo, ha hecho honor a su palabra. En este tiempo, poniendo en práctica el mandar obedeciendo, ha construido una de las experiencias más esperanzadoras del mundo: las juntas de buen gobierno, las cuales han logrado mejorar el nivel de vida de las bases de apoyo zapatistas y realizar el ejercicio de gobierno que ya es un faro en la lucha por la emancipación humana, su ejemplo de lucha pacífica es universal».