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¡Vencer en el Referendo Revocatorio y Marchar a la Profundización del Cambio Revolucionario!

Fuentes: Rebelión

A partir de la aprobación e inmediata promulgación, de la ley de convocatoria al referendo revocatorio, se ha producido una modificación del panorama político nacional. El referendo revocatorio permitirá precisar la magnitud del apoyo o rechazo del pueblo boliviano al proceso de cambios, a Evo Morales y, también, a las posiciones de la oligarquía y […]

A partir de la aprobación e inmediata promulgación, de la ley de convocatoria al referendo revocatorio, se ha producido una modificación del panorama político nacional.

El referendo revocatorio permitirá precisar la magnitud del apoyo o rechazo del pueblo boliviano al proceso de cambios, a Evo Morales y, también, a las posiciones de la oligarquía y a los prefectos de la llamada «media luna»). El referendo tendrá lugar en el contexto de la desestabilización conspirativa del imperialismo y sus agentes internos que no ocultan sus planes separatistas y siguen recurriendo a la acción de los grupos de choque neofascistas.

Resulta muy difícil que la derecha logre la revocatoria del Presidente Morales. Sin embargo, se debe asegurar no sólo la repetición, sino la superación de la votación obtenida en las elecciones de diciembre del 2005. Hay que superar el 54 % de los sufragios y emerger con mayor fuerza y legitimidad.

El referendo de agosto abre posibilidades ciertas para revocar el mandato de los prefectos enfrentados u opuestos al proceso de cambios y que ponen piedras en el camino de manera antihistórica, reaccionaria y violenta. La convocatoria ha reducido drásticamente la atención ciudadana a los estatutos autonómicos, al «referendo» cruceño y a los pendientes de Pando, Beni y Tarija, inviables desde su origen. Facilita, asimismo, las posibilidades para realizar un trabajo conjunto, de aproximación política y orgánica, entre organizaciones populares antiimperialistas, como el ARA, el MAS; el movimiento laboral sindicalizado y los movimientos sociales populares.

La pregunta central del próximo referendo en cuanto al proceso de cambios no tiene respuestas ambiguas y demanda, del campo popular, un voto por el SI. No podemos exponernos a un retorno al pasado neoliberal. La coyuntura señala la necesidad de personalizar la campaña en torno al conductor del proceso: Evo Morales. Esto no significa renunciar a nuestra posición de principio que implica la aplicación de conductas y de dirección democrática y colectiva.

Resulta simplista reducir el contenido del referendo sólo a la permanencia o remoción del presidente o de los prefectos; lo fundamental apunta a reforzar y profundizar la toma de posición del pueblo boliviano. Su concepción ideológico-política es la de la conquista de la liberación nacional y de derrota del neoliberalismo. El pueblo está por el proceso de cambios avanzados y rechaza rotundamente las posiciones de la oligárquica pro imperialista. La movilización del pueblo, por la ratificación del Presidente Evo Morales, debe ser masiva y reafirmar la necesidad de profundizar el proceso sobre la base de un programa unitario de todas las fuerzas populares, patrióticas y revolucionarias.

Día que pasa se muestran las insalvables dificultades, hasta la imposibilidad total de aplicar el «estatuto autonómico» cruceño. Por ello los referendos pendientes en Pando, Beni y Tarija, carecen de sentido. La tozudez reaccionaria los reducirá a una nueva e insulsa, además de millonaria, encuesta. 

Por todo esto, nuestro Partido considera que el 10 agosto se define una importante batalla -aunque no la última ni la decisiva- del proceso político con la aplicación de la ley del referendo revocatorio y aunque se realicen los referendos pendientes que, de hecho, han pasado al segundo plano. Cabe no bajar la guardia ante intentos de negociación que congelen el referendo y perjudiquen el viraje en la correlación de fuerzas, dado que se han producido grandes trastornos en el campo de la derecha y han perturbado temporalmente los planes conspirativos. Más allá de por qué PODEMOS apoyó la ley de revocatoria en el Senado, se ha sembrado en sus filas confusión y desaliento. Menudean las recriminaciones, los pedidos de cuentas; con mayor frecuencia suena la palabra ¡traición!

La oligarquía, consciente de sus fisuras y debilidades, empezará a bombardear, desde diferentes ángulos y con los argumentos más diversos. Boicoteará la preparación, la realización y los resultados del referendo. Puede plantear el desconocerlo en el momento que considere oportuno. Igualmente habla de desacato y, con toda seguridad, recurrirá a una guerra mediática sucia, a sabotear y agravar la situación económica; a echar la culpa al gobierno hasta de los trastornos financieros del capital internacional. Puede, incluso, estimular los movimientos reivindicacionistas y agitar con la demagogia social. Ya lo demostró con la oferta de un salario mínimo de 1.000 Bs. en Santa Cruz, lo que es completamente dudoso que lo cumpla.

Corresponde al campo popular recuperar la iniciativa. En primer lugar, incorporar a nivel protagónico a la clase obrera y a los trabajadores organizados en sindicatos, recuperar el espacio cedido en las capas medias; incidir en la organización de los campesinos y originarios, los vecinos, las mujeres y la juventud. Asimismo, desplegar una intensa campaña de esclarecimiento político e ideológico antioligárquico y antiimperialista que supere simultáneamente la incertidumbre, la apatía, el conformismo y el salarialismo, el reivindicacionismo inoportuno y la acción anárquica.

Es evidente que hay una situación crítica de la economía y en particular del abastecimiento, con fuertes tendencias alcistas. Debe adoptarse una política adecuada que evite descargar sobre el pueblo los efectos nocivos que en su gran mayoría proceden de la crisis financiera y especulativa exterior. La derecha, como en caso de la restricción a la exportación aceitera, pretende ganar en río revuelto achacando toda la responsabilidad al gobierno. Por tanto, hay que organizar al pueblo para informar debidamente, encarar el control de precios y el abastecimiento en sostenida defensa de la canasta familiar. 

Se puede ganar el referendo pero es peligroso el quietismo y la excesiva confianza en el éxito. El gobierno, las fuerzas y movimientos populares, el MAS y la izquierda madura deben emprender medidas urgentes con tres objetivos: a) agrupar a las fuerzas patrióticas, populares y revolucionarias en un bloque único; b) enarbolar un programa condensado que exprese los intereses nacionales populares de la aplastante mayoría de los bolivianos y c) organizar la conducción del proceso excluyendo a los oportunistas, a los vacilantes, a los infiltrados y a los corruptos.

Con la premisa de resguardar la integridad de la Patria y la soberanía nacional, la clave está en levantar un programa mínimo de consenso y la decisión de llevarlo adelante, contemplando al menos cinco medidas:

i. Completar el proceso de recuperación del patrimonio nacional enajenado por el neoliberalismo

ii. Avanzar resueltamente en la liquidación del latifundio y las relaciones de producción servidumbrales, preservando los derechos de las comunidades originarias.

iii. Reconstruir, potenciar y fortalecer al aparato productivo con un proyecto de desarrollo independiente, generando empleo estable y remunerativo.

iv. desarrollar un plan de compensaciones sociales que alivien sostenidamente la pobreza e

v. Impulsar la trasformación del Estado a través de la aprobación de la propuesta de nueva Constitución Política y la movilización popular, que garantice la unidad nacional, la soberanía y la inclusión de los hasta ahora marginados y oprimidos.   

¡SI A EVO! EN EL REFERENDO REVOCATORIO ! ¡SÍ A BOLIVIA! ¡NO AL IMPERIALISMO Y LA OLIGARQUÍA! ¡PROFUNDIZACIÓN DEL PROCESO POR UN CAMBIO REVOLUCIONARIO! POR UN PROGRAMA UNITARIO PARA TODAS LAS FUERZAS POPULARES Y PATRIÓTICAS! AL RESCATE DE LA PATRIA, RUMBO AL SOCIALISMO!

La Paz, mayo de 2008
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