Para nuestro entrevistado, hay dos sistemas que se confrontan en el dramático presente de Bolivia: uno, el formal, legal e impuesto de matriz occidental y otro, el que encaran los descendientes de Tiwanaku y el Tawantinsuyu: los aymara-quechuas, mayoritarios entre la población de este país sudamericano. El problema de fondo, según Yampara, es que el […]
Para nuestro entrevistado, hay dos sistemas que se confrontan en el dramático presente de Bolivia: uno, el formal, legal e impuesto de matriz occidental y otro, el que encaran los descendientes de Tiwanaku y el Tawantinsuyu: los aymara-quechuas, mayoritarios entre la población de este país sudamericano. El problema de fondo, según Yampara, es que el modelo impuesto desconoce al otro y no lo deja ni ser ni expresarse. Lanza un interrogante inquietante: ¿Es problema de armonía o lógica y cosmovisión de vida? Para contestar esta pregunta, ya no sirven los análisis de los intelectuales «paraindígenas». En todo caso, un aymara-quechua tiene la palabra…
Simón Yampara Huarachi es uno de los intelectuales y activistas aymaras más reconocido en los Andes y en el mundo entero. Propongo hacerle una entrevista al activista. ¿Está de acuerdo?
Más que «activista e intelectual», soy un militante pensador aymara-qhichwa, de la causa del Qullasuyu/Tawantinsuyu, del modelo de organización andina del ayllu-marka en particular. Pues considero que en los Andes, hay toda una arquitectura e ingeniería recreativa de organización propia, que implica conocimiento, sabiduría, ciencia y tecnología con fuerzas y energías alimentadas o con semillero en el Polo Sur y las estrellas alineadas en este espacio como la chakana/ jach’a qhana (la cruz del sur que da la luz y el camino de vida en los Andes). Mientras Occidente se mueve en la lógica del derecho privado individualizado, los Andes se mueve combinando y armonizando el derecho privado-familiar con lo comunitario.
Vale, entrevistamos al militante-pensador. Digo: Bolivia vive un estado de convulsión casi permanente desde abril del año 2000. La mayoría de los analistas coinciden en una cosa: el problema fundamental es la tierra y el territorio y el indio, los pueblos originarios. Unos quisieran resolver el tema, destruyéndolos a todos, aniquilarlos. Otros, pretenden incorporarlos como ciudadanos. ¿Usted que piensa?
Ni ciudadanos, ni aniquilación, la verdad es que estamos frente a dos sistemas configurados: el autóctono andino producto de la civilización milenaria de Tiwanaku/ Tawantinsuyu – y en ella Qullasuyana-, y el occidental republicano con vertiente hispano-europea. Esto es producto de la invasión hispana. Entonces el problema es de sistemas, cosmovisiones, lógicas de vida y códigos jurídico-legales diferentes y confrontados, factualmente e impuesto legalmente por la segunda vía, desconociendo, excluyendo y victimando al primero. Naturalmente luego viene la lógica de gestión y administración del territorio, uraq-pacha, los recursos naturales y financieros del país. Pero nosotros no lo reducimos a «tierra-indios», probablemente eso sea para los nietos de Pizarro, pero para los Qullasuyanos, nietos de Atahuallpa, el problema es el desconocimiento de sistemas, las cosmovisiones y lógicas de vida implícitas en el proceso. Es dignidad y derecho de la identidad Qullasuyana. Es decir Jaqi-uraqpachan qamaña (la convivencia del mundo de la gente con el territorio, en su expresión material y espiritual). Es decir, reconocernos como dos parcialidades de una totalidad: Qullasuyu-Bolivia. ¿Es problema de armonía o lógica y cosmovisión de vida?
Los aymaras son algo así como el núcleo duro de la movilización popular e indígena en Bolivia. Algunas de sus manifestaciones del último lustro son colosales: han cercado varias veces la ciudad más importante de Bolivia -recordándole a la elite dominante algo que siempre quiso borrar de la historia, me refiero a Tupac Katari-, han sido el factor decisivo en la rebelión que volteó a Sánchez de Lozada. Tremenda fuerza social no tiene correlato similar en el terreno político: ¿por qué?
La invasión hispana ha generado cercos y bloqueos. Estos hay que dimensionarlos en doble sentido: por un lado como acción de defensa y reafirmación del modelo de organización propia, por tanto qullasuyana, como ha sido lo de los hermanos Katari en Potosí, los Katari-Sissa en la región de los andes centrales (hoy Bolivia), los Amaru-Bastidas en la parte de los andes del norte (hoy Perú). Por otro lado, hay que entender como cerco y bloqueo de la vigencia oficial del modelo de organización propia del ayllu-marka del Qullana-suyu, por la invasión hispana en sus inicios, luego seguido por modelos socialistas y los liberales como se manifiesta hoy.
En este proceso, los menos afectados en el disco duro de la conciencia de la identidad no solo poblacionalmente sino lingüística y cosmológicamente, evidentemente somos los aymara-qhichwa, que seguimos en la batalla con cierta terquedad, pues los otros no nos entienden ni nos dan espacios reales de interacción. Pues normalmente nos quieren dar el trato de una política de minorías étnicas, cuando somos la mayoría absoluta del país. Así que no solo hemos volteado a Gonzalo Sánchez de Lozada, sino, a los encomenderos y virreyes de la colonia, también a los llamados barones del estaño el 52. A pesar de que hemos querido convivir humanamente con los nietos de Pizarro, lastimosamente con lo de Sánchez de Lozada (2003) nos damos cuenta que eso no funciona. Es decir, es algo nefasto, pues solo permitimos el reciclaje y la legitimación del rol político de la oligarquía y de las castas dominantes transnacionales hospedados en los recintos de los Estado-naciones, creados y gestionados por ellos. Ahora nuestro problema es ¿por qué siendo una tremenda fuerza de rebelión y volteador de gobiernos, no queremos ser dueños de nuestro propio destino? ¿Por qué poblacionalmente, siendo mayoría absoluta, no podemos «libre determinarnos» con todos los derechos y usos? ¿Por qué los hijos/ nietos de Pizarro no aprenden a convivir y compartir humana y cosmológicamente el territorio, los recursos naturales y financieros del país? ¿La democracia es una regla de juego «civilizado y humano» o es más bien una herramienta hipócrita de legitimación del rol político de contadas castas familiares oligárquicas, tentáculo de las transnacionales? ¿A las elites sociales de Bolivia les interesa el desarrollo del país o el negocio privado de sus castas familiares?, ¿Cual la razón de la «media luna», la «nación camba» y ahora el referéndum autonomista y no la Asamblea Constituyente?
En todo caso, la cosmovisión de los antepasados nos dicen y nos hablan de ver el futuro atrás y en el pasado, para buscar y retornar a un bienestar de nuestros pueblos, Nayrax-pacha/ nayraxsuyu que hoy en día está en una lucha desigual frente a la pobreza, en un mundo que nos arrastra a la injusticia y desigualdad, inversión de valores espirituales, promiscuidad y corruptela pandémica, cuando los aymara-qhichwa estamos buscando el bienestar y armonía, vida plena del mundo de la gente y en interacción con la comunidad biótica natural.
En el último censo, el 62 % de la población boliviana se consideró a si misma como «indígena». A pesar de cuarenta años de una urbanización semi forzada, de una educación desintegradora, del avance indiscriminado de las sectas religiosas, la mayoría en Bolivia sigue siendo indígena pero cuando van a votar lo hacen, por lo general, por blancos, a veces por mestizos, sólo un cuarto de todos los votantes de Bolivia se animaron a votar a un indio para presidente, ¿por qué?
Si bien los datos del censo 2001 reflejan 62 -38 % que se auto identifican como la relación de Pueblos originarios/indígenas y no indígenas, mejor dicho Qullasuyanos y Bolivianos; sin embargo, por los factores señalados anteriormente debemos indicar que aún vivimos una doble colonialidad: interna y externa. Eso hace que el comportamiento político sea inversamente proporcional a la población. La colonización y la colonialidad está institucionalizado en todas las estructuras estatales, sobre todo, en la religión (no solo católica, iglesias evangélicas, sobre todo, el crecimiento desmesurado de las sectas), la educación, el ejército y la policía, los empresarios políticos; por que no decir, hasta en los medios de comunicación social y los intelectuales paraindígenas (creando ideologías ajenas). A lo que hay que agregar la mercantilización del voto y la democracia, frente a la sobrevivencia en la pobreza indigente de los aymara-qhichwa.
Ahora en el marketing de los empresarios políticos; los programas de los partidos políticos seducen con palabras y promesas, de hacer y solucionar problemas, prometen políticas de desarrollo económico, de progreso, nos crean espejismos que muchos votan por uno y otro partido político, creyendo que van ha mejorar en algo, pero no hay nada. Pero ¿por que siguen votando para ellos? La colonialidad – pobreza -sobrevivencia producen una ecuación a favor de los políticos mercantilistas.
¿Es una utopía que un país de indios sea gobernado por indios?
Hay una realidad, como hemos dicho, nuestros pueblos vienen de civilizaciones milenarias, pero el sistema nos desestructuró, nos dieron una historia falsa (ver todo el diseño y trabajo del equipo de Fellman Velarde), haciéndonos creer que éramos libres, y así seguimos gobernados por una minoría oligárquica; sin embargo nuestra comunidades se gobiernan solas, aunque abandonados por los programas de desarrollo, endeudados sin haber recibido nada. Es decir, vivimos un Qullasuyu subterráneo sin Estado ni gobierno.
Entiendo que los aymara-qhichwa-waraní aún no han sacado de su disco duro -chuyma- el modelo del ayllu-marka. tenta tekoa y del Qullasuyu, pues en las diversas manifestaciones, marchas, bloqueos y/o seminarios siempre están vivando el Qullasuyu. Es más desde la década del 90, las comunidades, los ayllus-markas han iniciado con un doble proceso: de consolidación y re-constitución de los ayllus y sus autoridades naturales /originarias. Ahora como continuidad y complementación de esa tarea, en el proceso de reflexión preparativa de la Asamblea Constituyente se está discutiendo y preparando el 1er. Congreso de re-constitución del Qullasuyu, como respuesta a la continuidad de la exclusión, la colonialidad y la búsqueda de modelos organizativos alternativos de convivencia en armonía y bienestar entre todos. ¿Eso seguirá siendo utopía? ¿Eso es libre determinación o atentado a los dispositivos constitutivos de la colonialidad?
¿Qué está haciendo el movimiento indígena con relación a la Asamblea Constituyente? Trabajar en pro de la realización de una Asamblea Constituyente es, de muchas maneras, trabajar por una profundización de la democracia. ¿Usted que piensa? ¿Usted cree en la democracia?
Desde la fundación de la república en 1825, los Qullasuyanos vivimos exclusión tras exclusión, más nos crean obligaciones, tratan de hacernos negar a la identidad de nuestros pueblos y naciones de origen: Y hoy siguen con este proceso tratando de desviarnos Para nosotros, desde los años 1985-86, socializado y agendado en la rebelión de octubre 2003, la primera preocupación fue y es la Asamblea Constituyente, entendida como la re-creación de un nuevo Estado con pueblos y naciones incluidos los criollos mestizos, y no a la inversa como pretenden los oligarcas. Ahora los Qullasuyanos están en una profunda discusión, esperemos acabar mas temprano que tarde.
La democracia no es práctica del Qullasuyu, pues la designación pública por turno y consensos, son las reglas de juego de sus representantes. Ahora la democracia si bien puede tener sus virtudes, es mal usada para someter y engañar, en ese tipo de democracia no creemos, pero sí en una democracia correcta con derecho y justicia. La democracia con la práctica política de la mercantilización del voto, en los 23 años de reapertura democrática, solo ha servido para legitimar el rol político y económico de familias de castas etnoeconómicas, ligados a las transnacionales. Eso pone en tela de juicio a la democracia. ¿Pero como encontrar y poner a la práctica una democracia adecuada a los intereses de los Pueblos?
Falta un proyecto de país para todos y la agenda de las prioridades hoy dice: gas- elección de prefectos- referéndum autonómico- asamblea constituyente. Esquemáticamente, ¿Cuál debería ser, según su criterio, la agenda de prioridades?
Prefectos y referéndum autonómico fuera de la Asamblea Constituyente no va correctamente, eso es movido por los terratenientes vinculados a las transnacionales y la oligarquía. En nuestro criterio eso es el camino del economicidio y mirar solo la coyuntura del comportamiento del negocio de los hidrocarburos y se pierde la visión de una estrategia de desarrollo global del país, se pierde mucho tiempo, recursos y energías y hasta se provocan movimientos regionales de separación, pero también es el miedo de perder el poder colonial de un sistema feudal de la economía de las castas familiares privilegiadas en el usufructo del territorio y el destino de los recursos naturales.
Desde la percepción aymara-qullasuyna, la agenda de prioridades debe ir primero por:
1. Reordenar la casa. Eso implica la reterritorialización del país, en dos o tres regiones horizontales, articulando e interaccionando las bondades y las debilidades de las ecologías / ecosistemas/ ecoclimas de los Pueblos de las tierras altas, con las ecologías/ ecoclimas/ ecosistemas de los Pueblos de las tierras bajas, ínter ecológica y cosmológicamente en una unidad territorial de convivencia eco biótica.
2. Re-crear el gobierno político, forjando un gobierno diárquico de interacción de género humano (sistema de gobierno chacha-warmi) y de alcance de la comunidad biótica natural.
3. Reconocer e internalizar dos sistemas configurados: Qullasuyu/ Bolivia, dos parcialidades de una totalidad: cada uno con su lógica y cosmovisión de vida, potenciar antes que la anulación mutua: comprender Qamaña y desarrollo como paradigmas de vida.
4. Del proceso pluri-multi-interculturalismo, transitar y llegar al dialogo de civilizaciones, saberes y conocimientos: ancestrales milenarios con los centenarios, para sacar un saber y conocimiento profundo o encontrar el taypi/ centro de ambos.
Sin embargo no podemos dejar de señalar lo que está pasando en la casa del Estado Boliviano: el Territorio y Recursos Naturales es entregado a empresas transnacionales mediante vicios de corrupción económica por las oligarquías. Los grupos sociales de oligarquía que se desplazan del gobierno a regiones orientales para seguir colonizando como un nuevo Estado federado. El control de la política económica, y el sistema de gobierno está supeditado a intereses extranjeros de poder. Existe penetración de países vecinos con estrategias geopolíticas, de apropiación territorial y bienes. Los partidos políticos sacanbeneficios sectarios de las arcas del país. La «Nación Camba» es un engaño con historia falsa como disfraz de empresarios extranjeros y la oligarquía criolla.
Del otro lado, mencionemos la lucha política social de dignidad y derechos de los aymara-qhichwa (principalmente) y los pueblos indígenas de las tierras bajas. La emergencia de un nuevo Estado del Qullana-suyu encaminado por -aymara-qhichwa y pueblos indígenas de las tierras bajas, sustentados en el derecho histórico, la Asamblea Constituyente, preocupación de los aymara-qhichwa-uru-chipaya, warani-chikitano-mojeño…, en unidad territorial, de un Estado nuevo y sociedad nueva, que agobia a la oligarquía. La pobreza económica para unos y la pobreza espiritual-cultural para otros, la decadencia social y de valores.
Gracias a la Internet, esta entrevista la van a leer en París, en Barcelona, en todas partes, ¿qué le diría un militante aymara a la gente de otros países?
Queremos un sistema de sociedad de convivencia de pueblos y naciones inclusivos que busque y se desarrollen por el bienestar de las comunidades en una armonía material y espiritual suma qamaña/ Ñandereko. Un estado con Pueblos y naciones solidarios y de reciprocidad que busca el bienestar de todos los Pueblos del mundo. Tejer estrategias de reciprocidad y solidaridad mancomunados entre países y continentes, no solo con la preocupación del mundo de la gente, sino, con la conciencia de la comunidad eco-biótica natural y cosmogónica.