Todo marchaba sobre ruedas. Los poderes fácticos habían elegido a Enrique Peña Nieto como próximo presidente de México. El duopolio mediático se encargaba de la conveniente vestimenta del candidato como algo nuevo. Las encuestas lo presentaban con numerosos puntos sobre los otros candidatos y simplemente se esperaba el 1 de julio para ungirlo en la […]
Todo marchaba sobre ruedas. Los poderes fácticos habían elegido a Enrique Peña Nieto como próximo presidente de México. El duopolio mediático se encargaba de la conveniente vestimenta del candidato como algo nuevo. Las encuestas lo presentaban con numerosos puntos sobre los otros candidatos y simplemente se esperaba el 1 de julio para ungirlo en la primera magistratura.
Sorpresa, primero en la Feria de Guadalajara y luego el que ha desatado un movimiento popular: el acto de repudio a Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana. Las declaraciones amenazadoras del presidente del PRI y 131 estudiantes que colocan sus fotos en las redes sociales, antecedente que da lugar al nacimiento del movimiento #yo soy 132.
A partir de entonces ocurre lo inédito, protestas masivas repudiando la candidatura de Enrique Peña Nieto, del norte al sur de México.
El 7 de junio el diario británico The Guardian publicó documentos que muestran los pactos de Peña Nieto con Televisa, lo que dio lugar a una consigna; Peña, la tele es tuya, la calle es nuestra.
Aunque la repulsa popular apunta a Peña Nieto, el solo no representa el pasado, la candidata del PAN también. Su partido en el gobierno profundizó el modelo neoliberal que ha traído la pobreza a prácticamente la mitad de la población mexicana y tiene , además, el saldo de los más de 60 mil muertos de estos últimos 6 años.
De hecho México se encuentra en una encrucijada entre el pasado representado por 70 años del PRI y 12 años del PAN y un futuro que puede ser diferente, no la panacea, pero si algo mejor.
En esas circunstancias lo adecuado es votar contra el pasado, no abstenerse. La abstención favorece al pasado.
El voto contra el pasado es el complemento de las manifestaciones populares que han expresado su repudio al candidato de los poderes fácticos y la comparsa femenina del PAN que es más de lo mismo.
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