Plata enterrada, bolsos por sobre el tapial de un monasterio, relaciones mafiosas desde el poder del Estado, asociación directa con otros ex funcionarios, complicidad de muchos dirigentes que hoy se hacen los distraídos. El escándalo de José López no es un caso individual, sino la muestra inocultable de un mecanismo de corrupción intrínseco al modelo […]
Plata enterrada, bolsos por sobre el tapial de un monasterio, relaciones mafiosas desde el poder del Estado, asociación directa con otros ex funcionarios, complicidad de muchos dirigentes que hoy se hacen los distraídos. El escándalo de José López no es un caso individual, sino la muestra inocultable de un mecanismo de corrupción intrínseco al modelo del FPV: «hacer caja» política y quedarse con el vuelto. Negarlo es negar la realidad misma.
Lo que todo el país vio no tiene vuelta atrás. Y por acción u omisión, la máxima conducción del FPV es responsable. López es un eslabón de la misma cadena que une a su ex jefe De Vido, Boudou, Cristóbal López, Lázaro Báez, Rudy Ulloa, Daniel Muñoz, Ricardo Echegaray, guillermo Moreno, Aníbal Fernández y Ricardo Jaime, que aparte de coimas se llevó puestas 51 vidas con el desastre de Once.
Es corrupción a gran escala de los principales funcionarios a cargo de la obra pública bajo Néstor y Cristina, que a su vez tuvieron negocios en común con ellos. No cabe ningún doble discurso más. Como decía su referente, el general Perón, «la única verdad es la realidad». Y esta indica que la corrupción está atada al modelo político, al régimen que lo sustenta y al sistema que la necesita para garantizar los negocios de las corporaciones. Así les abrieron las puertas del país a Chevron, a las megamineras, a Monsanto.
Muchos militantes y simpatizantes del proyecto K, que por años aportaron su esfuerzo o su voto, hoy ven estos hechos con desazón. Están defraudados y con bronca ante la evidencia que duele. A ellos los invitamos a buscar una explicación y reflexionar en común. A no volver a poner el cuerpo para sostener justificaciones inventadas en alguna reunión de crisis, en algún entuerto de dirigentes cuestionados. A seguir creyendo en la política, pero desde otro lugar.
A la verdad incontrastable se la mira de frente y hay que encararla con cierto optimismo. Del tremendo ajuste y la entrega que llevan adelante Mauricio Macri y su gobierno, y de la decadencia sin retorno de estos funcionarios y dirigentes del FPV, en nuestro país puede y debe surgir una nueva alternativa superadora. ¿De qué depende? De todos nosotros. Y de eso queremos hablar.
Contra Macri y toda la casta política
La primera coincidencia es el rechazo total a Macri. El proyecto macrista es claramente antipopular, privatista y entreguista. Lo era años atrás, cuando el clan familiar se favoreció con la dictadura, y lo sigue siendo como gobierno, con sus licitaciones en favor de sus amigos Caputo y Calcaterra. Rechazamos su ideología pro-milicos y su sometimiento servil a los buitres, las multinacionales y el imperialismo. Y rechazamos también su corrupción Encima Macri tiene protección de los grandes medios y apoyo de la Corte Suprema.
Necesitamos la mayor unidad en la calle para enfrentar los despidos, los tarifazos, el protocolo anti-piquetes y cada una de las medidas del ajuste macrista. Entre la militancia popular y de izquierda tiene que haber una acción común en el terreno de las luchas sociales. No puede haber diferencia táctica que se anteponga a la necesidad de resistir y enfrentar con la mayor unidad posible al gobierno del PRO-Cambiemos.
Al mismo tiempo, en el terreno de la política la necesidad de conformar algo nuevo es más imperiosa que nunca. Hoy, cuando salta a la vista el desastre de la vieja casta política, compuesta por ex y actuales funcionarios, por políticos tradicionales de todas las estructuras del sistema, con sus complicidades y asociaciones con el poder judicial y policial, tenemos que oponerle a todo ese andamiaje algo nuevo y desde la izquierda y el movimiento popular. Y hay espacio para hacerlo.
Por eso proponemos conformar una nueva alternativa amplia, unitaria, antiimperialista y anticapitalista. Abierta a todas las corrientes de pensamiento del movimiento popular y de izquierda que quieran ser parte. A diferencia del modelo del FIT, que se viene debilitando por su sectarismo y peleas permanentes, hace falta construir un proyecto en común, un programa en común, para un objetivo en común. Un reagrupamiento en donde todo se debata, se acuerde y se decida democráticamente, incluidas las candidaturas electorales. En donde no haya imposiciones, sino lugar para todos los que compartan el proyecto.
Desde el MST-Nueva Izquierda les hacemos esta propuesta a los miles y miles de decepcionados que provienen del kirchnerismo, a la enorme militancia social y política de izquierda, a los independientes que quieren un país emancipado, a la militancia feminista, ambiental y de la cultura, a los trabajadores que están hartos del viejo sindicalismo burocrático, a la juventud que lucha por su futuro. Y por supuesto, a las organizaciones populares que quieran avanzar en este sentido. El momento es ahora. Contra la vieja y nueva casta política, iniciemos una autoconvocatoria y pongamos en pie una nueva alternativa, grande, unitaria, que se juegue a fondo a cambiar el país.
Sergio García. Dirigente del MST – Nueva Izquierda
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