El pasado 16 de diciembre se presentó la revista «La Retaguardia» en papel de distribución gratuita. En la oportunidad contó con la presencia del poeta y militante revolucionario Vicente Zito Lema
No imaginaba que iba a hablar tantas veces en público, entre otras cosas no imaginaba que iba a estar acá. Pero saber que los compañeros de La Retaguardia se animaban a realizar un sueño, sacar una revista en papel, a alguien como yo que ya tiene más de 50 años de fundar y fundir revistas en papel, no me podía escapar a esta posibilidad. No para contribuir a fundirla pero sí para tener las alegrías de estar presente el día en que se hace público.
Alguna vez mi gran amigo Eduardo Galeano, en la época en que sacábamos Crisis y viendo los problemas que teníamos, que entre otras cosas llevó al secuestro y desaparición de nuestro inolvidable Haroldo Conti, nos decía mientras rumiábamos odio y desesperación: «habrá que bancar lo que sea porque una revista es la piel de Dios». Él repetía una vieja creencia de los dioses mayas, escribir en papel es escribir en la piel de Dios. Y creo que es un desafío y como todo desafío tiene sus riesgos y su ética. Porque esta revista sale no en cualquier tiempo, sale en un tiempo donde se va gestando y ya está vigente una nueva dictadura en la República Argentina. Y no me vengan con cuentos, yo ya públicamente, lo poco que es ya mi cuerpo, me sirvió para decir que frente a un gobierno que ordena matar, yo me declaro rebelde.
Ya me he declarado rebelde desde hace bastantes días, desde que este gobierno cumple con la responsabilidad criminal de hacer morir, que es lo mismo que matar, porque las formas cambian pero fondo no, a Santiago Maldonado.
Desde la muerte obligada de Santiago Maldonado el gobierno del Presidente Macri es un gobierno criminal. Y hay que decirlo, qué pasa con los que votaron a un gobierno criminal. La situación, viendo la filosofía política, porque en algo hay que basarse, nos llevaría a dividir entre gente que ahora tendrá culpa o dolo.
Culpa en la irresponsabilidad sabiendo los antecedentes del que fue nombrado Presidente, la culpa es poner al volante de un coche veloz a alguien con antecedentes de borracho y de ser capaz de escaparse si comete alguna muerte, por más que la muerte fuera consecuencia de su impericia, de su irresponsabilidad. Entonces, que haya culpa en los que pusieron en la presidencia a un irresponsable civil con antecedentes criminales desde joven que nunca se los pudieron borrar. El que no los conoce es porque da la responsabilidad de elegir Presidente sin preocuparse de quién era ese hombre a quien estaba votando. Dar mandato a un irresponsable criminal. Porque criminal es cometer cualquier delito, no solo matar. Esto que quede claro.
Ahora, se está cumpliendo lo que clásicamente Freud llama «renegación psicótica»; buena parte de los que pusieron en el poder a alguien con antecedentes criminales no quiere hacerse cargo de la situación, la niega y después niega que la está negando. En la ciencia de la psicología, la psiquiatría y el análisis eso se llama renegación psicótica, y desde el punto de vista de la política y de la filosofía, Marx explicó también qué es la renegación de la alienación que hace la gente cuando no quiere aceptar aquello de lo que es en su fundación responsable.
Pero ahora viene una situación más complicada, porque cada vez es más evidente que lo de la muerte de Santiago Maldonado, esa gigantesca tristeza de un Cristo pálido, desnudo, ante un país sin amor, se va repitiendo y cobrando potencia con el asesinato por la espalda del compañero carpintero Rafael Nahuel en el sur patagónico.
Ya no se puede hablar de ‘no sé lo que está pasando’ y se está entrando en el salto que pasa de la culpa al dolo, y el dolo lo hace tan asesino al que consiente la cosa como a aquél que la cometió y todos los hechos de represión, de violencia, de muerte, de ahogo económico, de destrozo de la conciencia de Derechos Humanos que sigue cometiendo el gobierno y obtenga el silencio cómplice de la sociedad hace a esa sociedad cómplice de todos los hechos criminales que el gobierno cometa a partir de estos días donde ya nadie puede negar qué es lo que está pasando.
Se puede ser cobarde pero tan miserable no. Y es de miserables no querer ver las formas brutales de represión que está organizando y llevando a cabo el actual gobierno. Hay ya responsabilidad directa y no va a haber excusas de locura. Porque la renegación psicótica no invalida la responsabilidad en los hechos y el hecho aquí es el peor, es el silencio, es el mirar para otro lado, es no querer comprometerse, es lavarse las manos y seguir jodiendo con el tema menor, si hubo corruptos que vayan presos, pero no porque haya corruptos en Argentina que sea permitido el asesinato directo, el intento de asesinato con la cantidad de gente a la que están disparando, y la formas de asesinato masivo que comete el gobierno a partir de la destrucción del aparato psíquico de la economía familiar de todas las formas en que la gente esta sufriendo y los que sufren más, como siempre, son los sufrientes entre los sufrientes, los pobres entre los pobres, los discapacitados, frente a los que tienen la suerte de tener un cuerpo que les responda mejor. Esa es la situación, un país es cómplice de la conculcación de todos los Derechos Humanos.
Y no me vengan con el cuento de que esto no es una dictadura. Primero quisiera saber quién de los que dicen esto vivieron en carne propia las dictaduras. Yo las he sufrido, mi cuerpo tiene memoria, memoria de las balas que tengo en el cuerpo, de las bombas que me pusieron, de la expulsión de la Universidad, memoria de la prohibición de mis libros, memoria de mi exilio. Yo no estuve tocando la viola cuando hubo una dictadura militar y puedo distinguir a mis 78 años y con mi formación académica y mi formación concreta de poner el cuerpo en los actos, lo que es una dictadura. Yo las conocí. Mi cuerpo tiene memoria. Y esto es una dictadura.
Para los burros que hablan por hablar, en ningún libro de filosofía política piden que una democracia pase a ser una dictadura solamente por la intervención militar. Ni Aristóteles ni nadie habló de eso. La dictadura se caracteriza, la cosa que da la cosidad de la dictadura es el autoritarismo, las formas brutales con las que se manejan las cuestiones públicas. No importa que haya militares o que no los haya. Eso no tiene nada que ver con la característica de democracia y dictadura. Hay que estudiar para dar la batalla y son ustedes los más jóvenes, los que tienen que estar menos de joda y formarse más. O hasta cuándo va a ser la otra generación la que tenga que dar la cara; son ustedes, hay que formarse, hay que tener sueños, hay que asumir la responsabilidad. Sino van a vivir por vivir pero no estarán vivos.
Eso es lo que está en juego hoy por hoy, de eso hay que ocuparse. Y ese desafío se da en todos los órdenes y cada uno tiene que asumir la responsabilidad. En mi caso, como dijera Haroldo Conti, como dijera Rodolfo Walsh, me toca la responsabilidad de todo intelectual, hablar cuando hay silencio o hablar cuando otros no pueden, por lo que fuera, muchas veces porque no tienen dónde hablar. Yo tengo dónde hablar. Y hasta que este viejo cuerpo me lo permita seguiré hablando y acompañando como hice durante toda mi vida, mis actos a mis palabras. Cuerpo y alma se dice, palabra y acto también hay que decir. Esta es la situación, no se dejen engañar, estamos viviendo una dictadura, distinta de otras, pero no quita que sea una dictadura. Son todas dictaduras, unas tienen más muertos, otras menos, otras tienen desaparecidos por miles y otras no, pero la forma, el espíritu de la época que están gestando es el de la dictadura.
Hay un filósofo que muy bien lo marca, se llama Hegel. Hegel habla de «el espíritu de la época», cuál es el espíritu de la época, el rencor. Hay un terrible rencor del poder, porque no cambió la Argentina pero intentó cambios y para quienes son los poderosos del mundo, intentar los cambios ya causa la desazón que preludia la tormenta, el deseo de castigar a los que sueñan, por más que entre los que sueñan también se mezclen delincuentes.
Me importa un carajo la corrupción de los bienes materiales, qué pasa con el espíritu, qué pasa con los vínculos amorosos, el que roba, a la cárcel, pero el asesino tiene responsabilidades mayores, tendrán que responder porque la historia no olvida a los asesinos de un pueblo. Este país tiene historia, tiene memoria, están sembrando mucho, van a cosechar tempestades, lo dice La Biblia y lo dice la historia argentina.
En ese contexto y en esa complejidad un momento de alegría, porque sin alegría no se cambia el mundo, sin alegría no hay lucha, sin alegría no hay deseo, sin alegría no hay triunfo. Modesto el gesto de alegría de hoy, modesto como mis palabras, no tengo un gran medio de comunicación, no tengo la fuerza para modificar la realidad, pero no me callo, asumo mi responsabilidad en esta resistencia y no me quitan la alegría de haber participado hoy, con energía, pero con placer, vengo de una generación dura y moriremos duros y con los pies donde hay que tenerlos, sobre la calle.
Mi alegría es por la existencia en papel de esta revista. Cada vez que una revista con conciencia, hecha por periodistas con conciencia, toma estado público es un momento de felicidad para la cultura de ese país, es un momento de engrandecimiento de nuestra conciencia crítica, de nuestro deseo de construir un cielo en este infierno.
Brindo por la revista, me pone feliz saber que soy partícipe, humilde partícipe, desde mi lugar de testigo, de que haya nacido la revista. No ofendo, me animo a hablar y a decir, tomen conciencia, no se escondan en el ayer, todo cambio no es el bien, son las consecuencias del cambio las que pueden ser positivas o negativas.
Es cierto que el país ha cambiado, ha cambiado para la muerte, es cierto que el país ha cambiado, ha cambiado para que aparezca el rencor y no el amor. Es cierto que el país ha cambiado, la conciencia crítica se licúa, es cierto que el país ha cambiado, la gente tiene temor en la calle. Lo que no ha cambiado es que todavía somos capaces de tender la mano al compañero que más lo necesita.
Son la tercera generación, los chicos de la pobreza, las mujeres embarazadas, los discapacitados, siempre en el lugar de la pobreza. La pobreza en la pobreza, el amor sin respuestas, el amor lastimado. A ellos no los podemos dejar solos, sino para qué tiene razón la existencia en comunidad. Para vivir solos no necesitamos de nada ni de nadie, nos podremos morir en la soledad de la noche.
Pero insisto, tarde o temprano hay una respuesta que todos deberemos dar, qué hiciste con tu coraje, qué hiciste con tu amor cuando el pobre entre los pobres sufría. Y hoy el pobre, entre los pobres sufre y los dueños de la riqueza están mejor que antes y de toda esta situación de criminalidad, de injusticia, como corresponde en las buenas, también en las malas, hay un responsable final y es el Presidente, el Ingeniero Macri. Él es responsable de la muerte de Santiago Maldonado, él es responsable de la muerte de Rafael Nahuel, él es responsable de todos los heridos que están ocasionando estas represiones como el muchacho al que están operando el cráneo en este momento, como el periodista fotógrafo de Página 12 con sus 10 disparos en el cuerpo.
Esa es la situación. ¿Y el lunes qué? Cada uno tendrá que pensarlo y hacerse cargo de su responsabilidad. Hay una frase de Manuel Dorrego que es bueno recordar «no llores mañana lo que tuviste que hacer con tu valentía en tu hoy y no fuiste capaz de hacer». El hoy es el lunes en la Plaza.(*)
Muchas gracias a todos por haberme escuchado.
(*) Nota del editor: Se refiere a la movilización contra la Reforma previsional del lunes 18.12.2017.
Edición: Mario Hernandez
Desgrabación: Ana Laura Xiques
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