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YPFB cambia de cara, pero no despega

Fuentes: econoticiasbolivia.com

Sin dinero, recursos ni planes, la petrolera estatal de YPFB no pasa de ser una simple sigla en el gran mundo de los negocios petroleros y ha quedado reducida, hasta ahora, a un simple botín político

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la refundada empresa estatal del petróleo, estrenó anoche a su quinto presidente en menos de dos años del gobierno de Evo Morales, en un nuevo intento por potenciarse y comenzar a dejar de ser la deslucida sombra de lo que fue hasta mediados de la década de los 90.

El nuevo presidente de YPFB es el senador del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), Santos Ramírez y reemplaza en el cargo al también masista Guillermo Aruquipa, que ahora será el vicepresidente de la petrolera.

Durante su posesión, Santos Ramírez se comprometió a velar para que se garantice el suministro de energía para el mercado interno y cumplir con las exportaciones de gas natural comprometidas con Argentina y Brasil. Para ello, aseguró, se trabajará en YPFB para que las petroleras extranjeras inviertan en la cuantía definida en sus contratos en exploración y explotación de hidrocarburos.

«Ahora hay que ponerse firme para que se consoliden las inversiones y se amplíen las exploraciones y se cumpla tanto con el mercado interno y el mercado externo», dijo el flamante presidente de la empresa, que otrora fuera el orgullo de Bolivia, al concentrar en sus manos gran parte de la producción y exportación de gas y petróleo, además del monopolio de la distribución, refinación y comercialización de hidrocarburos.

Una empresa virtual

Hoy, sin embargo y a pesar de su relanzamiento de hace dos años, YPFB lleva una existencia casi virtual, sin el dinero ni los recursos necesarios para tener un rol de importancia en el multimillonario negocio del gas y el petróleo.

Por ahora, los mayores ingresos que recibe el Estado boliviano de las transnacionales que explotan sus riquezas no renovables van a las regiones y al gobierno central, pero no a la petrolera estatal que, según su ex presidente, Guillermo Aruquipa, «sólo cuenta con centavos».

Y es que convertir a la petrolera estatal de YPFB en algo más que una sigla no es tarea sencilla, más aún cuando el autodenominado proceso de nacionalización ha resultado ser más una ficción que una realidad, ya que las transnacionales siguen, en los hechos, produciendo, exportando y comercializando todo el gas y el petróleo que sacan de Bolivia, quedando la petrolera estatal en un rol subsidiario de control.

Del dicho al hecho

Aunque figura en la ley y en los nuevos contratos petroleros como la dueña de todo el gas y petróleo que brota del territorio nacional, la petrolera ahora dirigida por Santos carece en los hechos de los recursos y medios necesarios para resurgir en lo inmediato como gigante de los hidrocarburos.

Tiene tan poco dinero en sus arcas, que tiene que acumular centavo a centavo para potenciarse en un futuro bastante lejano. Tras la legalización de los contratos petroleros, presentados impropiamente por Morales como una nacionalización, el 50 por ciento de los millonarios ingresos del gas van directamente al Estado y a las regiones y del otro 50 por ciento la mayor tajada queda en manos de las transnacionales para cubrir sus costos, pagar impuestos y obtener ganancias. El margen para YPFB es muy pequeño, ya que además tiene que cargar con parte del pago del bono Juancito Pinto.

Ingresos de 100 millones

Según previsiones del Ministerio de Hidrocarburos, YPFB recibirá desde el 2007 un máximo de ingresos de 100 millones de dólares al año, situación que no variará por lo menos hasta el 2014 y que son «una migaja» en el multimillonario y competitivo mundo de los hidrocarburos.

Pese a ello, en una anterior entrevista con Econoticiasbolivia, el ex presidente de la petrolera estatal, Guillermo Aruquipa, consideraba que con los 282 millones de dólares (que recibió por el impuesto temporal sobre los megacampos en 2006 y que ya no rige ahora) tenía el capital inicial, para avanzar poco a poco en la exploración, producción e industrialización energética.

«Este dinero será la semilla para sembrar y luego cosechar más recursos (…) Vamos a sembrarlos para ganar otros centavos. Estamos estudiando por dónde vamos a empezar, para generar más recursos», dice consciente de que en el mundo petrolero sólo cuentan las megaempresas que facturan por miles de millones de dólares al año.

Botín político

Por ahora, según las múltiples denuncias de la oposición política y sindical, en YPFB sólo habría florecido lo negativo, lo que explica, en gran parte, la destitución y/o relegamiento de Aruquipa, quien según relata el matutino La Prensa en las semanas recientes se vio acorralado por críticas de ineficiencia en su gestión, denuncias de nepotismo, irregularidades en la contratación de técnicos e improvisación de personal en los cargos jerárquicos, entre otros temas , que sin embargo son secundarios frente a la carencia de dinero y planes.

Pese a ello, Santos Ramírez defendió la gestión de Aruquipa y aseguró la continuidad del proceso de fortalecimiento de la petrolera, mediante la próxima promulgación de varios decretos que gestionará ante el presidente Evo Morales.

Problemas serios

Durante el 2007, YPFB tuvo problemas en la comercialización de carburantes debido a que no contaba con personal suficiente y carecía de medios de transporte.

YPFB aún no participa plenamente en tareas de exploración ni en proyectos de industrialización, y tampoco tomó el control de las capitalizadas Chaco, Andina y Transredes y de las plantas de almacenamiento, tarea que aún está sujeta a negociación.

Por ahora, la petrolera está muy lejos de cumplir el espíritu de la Ley de Hidrocarburos y el Decreto Supremo 28701 de nacionalización que le dieron como mandato que retome el control y participación en toda la cadena del sector petrolero: exploración, producción, comercialización, refinación e industrialización.