El acuerdo energético con Argentina se constituye de hecho por sus alcances y magnitud en uno de los emprendimientos económicos más importantes de las últimas décadas realizado por el Estado boliviano, es decir en nombre de todos los bolivianos. Pero los bolivianos debemos entender el verdadero alcance y las proyecciones futuras que se abre a […]
El acuerdo energético con Argentina se constituye de hecho por sus alcances y magnitud en uno de los emprendimientos económicos más importantes de las últimas décadas realizado por el Estado boliviano, es decir en nombre de todos los bolivianos.
Pero los bolivianos debemos entender el verdadero alcance y las proyecciones futuras que se abre a la economía nacional en todos los órdenes de la actividad económica y aún política, social y cultural, producto de este acuerdo binacional.
Junto a los acuerdos económicos con Venezuela y concretamente con PDVSA para industrializar los hidrocarburos en territorio boliviano ( léase plantas de separación y fraccionamiento en el Chaco boliviano ) y establecer una empresa mixta o varias para explorar y explotar los hidrocarburos en regiones poco o nada trabajadas de la geografía nacional como el norte boliviano por ejemplo, se encuentra este gran acuerdo con la Argentina y ENARSA, la empresa estatal que ha sido creada para reimpulsar la estrategia nacional argentina en pos de la seguridad energética.
Geopolíticamente Bolivia y Argentina desde siempre deberían haber construido la llamada Patria Grande, que por diversos motivos de orden político interno no pudo concretarse, pese a ser la mejor solución posible para ambos países y para la región toda que incluye a Paraguay y Uruguay en primer término, y también a Perú y Chile en segunda instancia pero hacia el mismo objetivo.
Es la Patria Grande que debía unirse a la Gran Colombia de Simón Bolívar.. Cuando Bolívar ascendió al Cerro Rico de Potosí el 26 de Octubre de 1825 hizo izar cuatro banderas en el pico más elevado, la boliviana, la argentina, la peruana y la grancolombiana- Es el único líder latinoamericano que pensó en la Patria Grande, inclusive más allá de sus logros militares y políticos.
Bolívar aspiraba seriamente a que Argentina ( y con ella Paraguay, Uruguay y Chile ) se integrasen a la construcción económica y social de Sudamérica y Latinoamérica. Por eso Bolivia lleva bien merecido el nombre de Simón Bolívar y su capital la de Antonio José de Sucre que también ascendió con Bolívar el Cerro Rico de Potosí, al que se podría considerar como el Banco Mundial de los siglos XVI y XVII y aún del XVIII.
Pero también Bolívar eliminó con decretos la mita y el pongueaje y distribuyó tierras con ayuda de Sucre. Toda esta concepción política y social de Estado de la Patria Grande debería ser tomada en cuenta por la Asamblea Constituyente y los constituyentes en la refundación de Bolivia. No hay nada mejor que las raíces bolivarianas para seguir construyendo la integración interna boliviana y regional.
Con este acuerdo energético Bolivia recibirá por venta de gas natural, GLP, gasolina natural, etano y petróleo asociado cerca de 50 mil millones de dólares en 20 años, hecho que crea una dependencia mutua de ambos países. Pero el acuerdo debería ir mucho más allá todavía, Argentina también debería importar energía eléctrica, productos petroquímicos y manufacturas de la industria nacional, por otros 50 mil millones los próximos 20 años. Estas ventas adicionales lógicamente no solamente estarán destinadas a la Argentina sino a todos los países vecinos que necesitan energía eléctrica, petroquímicos y manufacturas industriales. Industrializando integralmente Bolivia como quieren los bolivianos desde las jornadas revolucionarias de Octubre 2003 y viabilizando los mercados correspondientes en la región se crearán fuentes de trabajo para propios y vecinos. Se disminuirá con ello la emigración definitiva de cerebros nuestros a EE.UU. y Europa principalmente. En otras palabras se estaría conceptualizando la política endógena de y para Sudamérica.
Este planteamiento también reflejaría la primera diferencia de acuerdos energéticos firmados con Brasil en el pasado, tratados que no incluyen plantas de separación y fraccionamiento, tampoco venta de energía eléctrica pese a que Brasil demanda la construcción de casi 20 millones de KW de potencia adicional año, es decir es el 10% que crece su potencia total instalada. Si Bolivia proveyera sólo el 1% de la demanda total adicional de Brasil debería construir plantas de potencia termo o hidroeléctricas con capacidad de dos millones de KW cada año. Es decir el doble de la potencia instalada boliviana actual que solamente llega a aproximadamente un millón de KW.
Negociando con Argentina y Brasil la provisión por parte de Bolivia de energía eléctrica, petroquímicos, productos de manufactura industrial y de química industrial básica de los salares, entonces se estaría hablando de una verdadera Patria Grande o en términos modernos de un verdadero MERCOSUR como nueva potencia mundial.
Los peligros para la concreción de estos objetivos son los mismos de siempre. Las oligarquías nacionales que juegan al TLC con EE.UU. y no a la integración integral interna entre nuestros pueblos. También oligarquías locales dentro de los países que tienen uno u otro negocio con EE.UU. o con Europa y supeditan todo su accionar a sus intereses creados al margen de la estrategia grande entre países latinoamericanos.
Felizmente la CAN tiene ahora a Bolivia en la presidencia y se supone que se hará esfuerzos necesarios para lograr la integración energética entre los países andinos con la construcción de gasoductos desde Venezuela y Bolivia y la venta de energía eléctrica de países que pueden producirla en forma inmediata como Bolivia y Ecuador a países que la necesitan urgentemente por su crecimiento industrial y minero como Chile, Perú y Colombia. Patria Grande significa ante todo energía accesible para todos.
Kirchner y Morales han demostrado ser líderes con proyección continental pero solamente han puesto la primera piedra. Ahora dependerá de instituciones energéticas como YPFB y ENARSA, profesionales y técnicos, científicos y trabajadores, diplomáticos y empresarios, militares y sindicatos, la puesta en marcha de este plan estratégico del cual dependerá elevar el nivel de vida de nuestros pueblos. Y la construcción de la Patria Grande y también de una nueva civilización social.