1. Como si nada hubiera pasado en Oaxaca en los últimos 30 años. Pareciera que los gobernantes y los empresarios son los mismos que siguen reprimiendo con crueldad y asesinando al movimiento popular. PRI y PAN son exactamente lo mismo cuando de destruir las luchas populares se trata. Los asesinos en el poder sólo […]
1. Como si nada hubiera pasado en Oaxaca en los últimos 30 años. Pareciera que los gobernantes y los empresarios son los mismos que siguen reprimiendo con crueldad y asesinando al movimiento popular. PRI y PAN son exactamente lo mismo cuando de destruir las luchas populares se trata. Los asesinos en el poder sólo cambian de partido y color; siguen defendiendo la gran propiedad y el capital cuando el pueblo se organiza para reclamar justicia. También los indígenas, los campesinos, los obreros, los sectores populares son los mismos: los que producen la riqueza del país sin poder gozar de ella. Aunque pasen las décadas -quizá habría que decir los siglos- parece que las clases sociales se siguen repitiendo. La Oaxaca de 1977, la que batalló contra el gobernador y por lograr justicia y educación popular, es casi la misma de 2007 que fue reprimida con brutalidad por las fuerzas del panismo y del priísmo, unidas.
2. Hace 30 años el funesto gobernador del estado de Oaxaca, Manuel Zárate Aquino, fue obligado a pedir «licencia» el 2 de marzo de 1977, después de balear una manifestación. Durante varios meses Zárate había hecho todo para sostener en rectoría de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) a un personaje espurio y antipopular y, unido a ello, reprimió con brutalidad a los indígenas y campesinos de Juchitán que el 22 de febrero se manifestaron en repudio a su gobierno. La realidad es que el conflicto universitario llevaba casi año y medio, desde que dos rectores comenzaron a disputarse la legitimidad del cargo: Horacio Tenorio Sandoval -apoyado por el gobernador y las «fuerzas vivas» de la capital- y Felipe Martínez Soriano, identificado con los sectores populares de Oaxaca.
3. Se había organizado el Frente Unido Popular contra la Represión y éste organizó varias manifestaciones de masas exigiendo solución a los problemas más sentidos de Oaxaca: problemas de tierras, de empleo, de caciquismo, de servicios de salud y educación. Sin embargo, en lugar de solucionar los problemas exigiendo al presidente López Portillo y a su secretario de Hacienda un mayor presupuesto federal, los priístas y las poderosas familias oaxaqueñas, se dedicaron a acusar a rector Martínez Soriano y a los estudiantes de ser comunistas, alborotadores y de estar pagados por funcionarios como Muñoz Ledo que entonces era el secretario de Educación. Así, después de tanto batallar, nació la consigna que exigía la renuncia del gobernador Zárate Aquino y del grupo de funcionarios represores que lo rodeaban.
4. El rector Martínez Soriano analizaba así la situación de la UABJO: El gobierno no desea que prospere el propósito democratizador. Buscan separar a las preparatorias de las universidades para establecer el Plan Nacional de Educación Media «absolutamente tecnócrata en donde la educación técnica suplanta a las humanidades. En Oaxaca se observa una estrecha vinculación entre la iniciativa privada y el gobernador y esa plutocracia local está vinculada a los grandes capitales de Monterrey, Puebla, para atacar a las universidades democráticas. El rector Tenorio Sandoval decía: «La Universidad de Oaxaca y otras universidades deben ser rescatadas de los grupos subversivos y comunistas. Que los seguidores de Soriano eran puros delincuentes y acusaos penalmente… Incluso Muñoz Ledo, de la SEP, es un comunista».
5. La lucha popular de 1976-77, que agrupaba a campesinos, estudiantes y sectores populares, además de exigir la renuncia de directores de Facultades y escuelas de la UABJO, todos impuestos por el rector espurio y el gobernador, denunciaba por medio de una lista de 30, a los principales acaparadores de tierra: Musalem Santiago, que fue presidente municipal de Juchitán; Marín Pineda, otro expresidente municipal; Gutiérrez Roncaglia, español; Cándida Velázquez, Alberto Gutiérrez, Fidel Sánchez, general Francisco Castillo, la familia Pelayo, familia Benítez y Norberto Cortés Rasgado. Todos los acaparadores contaban con apoyo gubernamental, bancario y de jueces. Toda esa gente, sus familiares y empleados, salían a manifestarse contra quienes pedían la renuncia del gobernador.
6. El gobernador y los priístas organizaron en la ciudad de Oaxaca varios actos políticos usando el método del «acarreo». Todos los sindicatos agrupados en la CTM y la CNOP, así como a los campesinos de la CNC del PRI, se les obligaba a marchar en apoyo del gobernador Zárate. Los medios informativos, en particular la radio -como Radio Universidad- recibían oficios para difundir ampliamente esos actos de apoyo y, para congraciarse con el gobernador, lanzaban consignas contra la lucha popular. La TV aún no irrumpía con su poderosa fuerza, a pesar de que el empresario Azcárraga y el locutor Zabludovski comenzaban a superar el poder «educador» de la SEP. Oaxaca, hace 30 años, no dependía mayoritariamente del turismo y de los poderosos sectores de hoteleros, restauranteros y transportistas que hoy giran a su alrededor.
7. En su número 18, la revista Proceso publicó entonces una denuncia: «Terratenientes y policías del estado… asesinaron a 29 campesinos chinantecos y 15 más fueron heridos el domingo 27 en el municipio d San Juan Lalana». Y sigue: «La Federaciones Chinanteca-Zapoteca-Mixe, de la Esperanza; Chinanteca del Valle Nacional Mazateca de Ayautla denunciaron el 11 de abril de 1976 ante el entonces presidente Luis Echeverría y secretario de Gobernación Mario Moya, anteriores asesinatos, despojos, armamento de terratenientes -sólo los caciques Ventura Serrano, Jesús Torres y Mario Casimiro tienen 100 hombres a sueldo para reprimir indígenas con armas de alto poder-y la política represiva de Zárate Aquino, Jorge Tamayo y Víctor Bravo Ahuja». Este último fue secretario de Educación Pública en el sexenio de Echeverría (1970-76)
8. Las confrontaciones en la UABJO continuaron. Un estudiante de la escuela de Arquitectura, Antonio Rueda Bautista, fue asesinado. La secretaría de Gobernación, a cargo de Reyes Heroles, así como el gobernador interino, Eliseo Jiménez Ruiz, prometieron una investigación que nunca hicieron. Pero en diciembre, una semana después de que dos estudiantes preparatorianos fueron asesinados a tiros, el miércoles 14, a las dos de la mañana, policías de Dirección Federal de Seguridad con el apoyo de soldados del ejército, sitió la Universidad y buscó a estudiantes para apresarlos; afortunadamente a nadie encontraron. Se violó la autonomía, pero al gobernador Jiménez Ruiz y a Reyes Heroles les importó un bledo. Una semana antes había sido relevado en la SEP Muñoz Ledo por el burócrata Fernando Solana.