1. Nosotros desde la izquierda nos opusimos en 1992/93 a la entrada de México al TLC. Más aún, el levantamiento indígena zapatista del 1 de enero de 1994 fue una fecha simbólica de repudio a ese acuerdo. Siempre advertimos que el bajo nivel de desarrollo del país impedía competir con economías mucho más grandes y […]
1. Nosotros desde la izquierda nos opusimos en 1992/93 a la entrada de México al TLC. Más aún, el levantamiento indígena zapatista del 1 de enero de 1994 fue una fecha simbólica de repudio a ese acuerdo. Siempre advertimos que el bajo nivel de desarrollo del país impedía competir con economías mucho más grandes y poderosas como era la canadiense y la de EEUU. Pero como siempre perdimos ante la fuerza de la alianza empresarial PRI/PAN y los tres poderes del Estado. Desde los primeros meses de ponerse en práctica advertimos que cientos, miles de empresas micros, pequeñas y medianas comenzaron a cerrar por no poder competir y a lanzar a la calle a cientos de miles de trabajadores. Mientras esto sucedía algunas empresas -las más grandes y poderosas, comenzaron a obtener millones de pesos en ganancias.
2. Hoy se publica que «De renegociarse el acuerdo (del TLC), cambiar sus reglas, o si EU decide salir de él, como ha advertido el presidente electo Donald Trump, los principales daños serían para 100 empresas que son las responsables de exportar entre 75% y 80% del valor total de bienes que sale cada año al vecino país». Se señala que «En total se habla de 4 mil 494 empresas que exportan hacia Estados Unidos, las cuales contabilizan alrededor de un millón 510 mil empleos. Hay un total de 6 mil 156 firmas maquiladoras, que en su mayoría envían productos a Estados Unidos, y que se desempeñan en los sectores manufacturero y de servicios. Los empleos directos que se afectarían en México ascenderían a 2.7 millones». El gobierno de Peña está muy preocupado: a) por la presión de los poderosos empresarios y b) por la tumultuosa desocupación.
3. La posición de Trump frente al TLC puede engrosar las revueltas en México de millones de trabajadores desesperados obligados a encontrar ingresos para la comida de la familia. Mientras la clase empresarial y política se auto receta millones de pesos en aguinaldos (el presidente y sus secretarios, la suprema corte, los funcionarios del INE, el poder legislativo) millones de trabajadores no saben que es eso de «aguinaldo» y nunca lo han tenido. Seguramente le echarán la culpa al tal Trump por sus concepciones racistas sin reconocer que el gigantesco desempleo en México, así como la exagerada migración a los EEUU, es producto de políticas empresariales y de gobierno contra los trabajadores que llevan muchas décadas. En México son muchos los billones que han salido del país a EEUU y paraísos fiscales; deberían expropiarse; pero a los gobiernos les ha importado un bledo.
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