1. Se ha dicho, como si fuera una victoria por prolongar su vida, que «Le dan al Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS) – Institución de salud con 69 años de vida- «tres años más de vida artificial». Daniel Karam, su director general, dijo ayer que durante su administración se logró darle «aliento» (IMSS) mediante […]
1. Se ha dicho, como si fuera una victoria por prolongar su vida, que «Le dan al Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS) – Institución de salud con 69 años de vida- «tres años más de vida artificial». Daniel Karam, su director general, dijo ayer que durante su administración se logró darle «aliento» (IMSS) mediante el uso de la reserva estratégica para hacer frente al pago del Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) y con el ahorro en la compra de medicamentos, equivalentes a dos años de presupuesto, que se han llevado a cabo «acciones orientadas a aliviar las presiones financieras históricamente acumuladas en la institución». ¿Debe esperarse que los cientos de miles de empleados y derechohabientes se pongan a llorar como cobardes cuando pueden meter a la cárcel a expresidentes de la República, a exdirectores y exdirigentes sindicales del IMSS?
2. El representante del sector obrero ante el Consejo del IMSS, aseguró que se requiere una cirugía mayor porque «desde hace tres años no ha ahorrado, sino gastado de sus reservas para enfrentar los diferentes servicios… de no actuar con prontitud provocará a más tardar en 2015 el quebranto total de nuestra institución»; se dijo que hay que «revisar el contrato colectivo de trabajo» de 230 mil empleados a fin de evitar caer en una «insuficiencia crónica» que afecte a más de 50 millones de derechohabientes. ¿Es que acaso la contribución tripartida comprometida mediante la ley del IMSS (trabajadores, patrones, gobierno) se ha dejado de entregar lo que le corresponde para asegurar las finanzas del IMSS? ¿Por qué los altos funcionarios (presidentes y directores) han permitido ese desplome que se ha registrado por el desbalance entre ingresos y egresos?
3. El IMSS, como otras secretarías de Estado, nunca ha tenido funcionarios honrados. No me olvido que desde los tiempos de Echeverría Álvarez ya se hablaba de procesos de corrupción con Gálvez Betancourt, como director del IMSS. Luego ya Farell Cubillas -el churumbel- se envolvió en la corrupción lopezportillista. García Sainz se enredó en el neoliberalismo privatizador de De la Madrid y -junto a Gamboa Patrón- en la gran corrupción del presidente Salinas; luego Zedillo impuso en el IMSS a Borrego Estrada. El panismo coronaría el desplome total del IMSS con las administraciones de Santiago Levy, Fernando Flores, Juan Molinar y Daniel Caram. Ninguno de los anteriores directores del IMSS salió limpio en su gestión porque esta gigantesca institución era un «costal sin fondo» en negocios de medicinas, médicas, personal administrativo.
4. La realidad es que todos ellos -en vez de estar gozando de sus riquezas fraudulentas- deberían estar en la cárcel por ser causantes del desplome de una institución de salud que debe atender a casi la mitad de los habitantes de México. Y que no repitan los panistas que los gobiernos del PRI dejaron quebrados, sin salvación, al IMSS; porque los 12 años de gobierno de PAN fueron suficientes para enderezar la administración. Los expresidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón (a este le faltan tres semanas) pudieron hacer muchísimo para rescatar o por lo menos frenar el desplome del IMSS que ha sido sin duda desde hace siete décadas, la principal institución de salud del país. Aunque también deberían estar en prisión varios dirigentes sindicales por lo mismo.
5. Sin embargo, esos exdirectores cínicamente echan la culpa del desplome del IMSS a los trabajadores, a los médicos, a los jubilados y pensionados, porque «el IMSS gasta mucho en salarios y prestaciones». ¿Sabías que los directores y altos funcionarios cobran mensualmente arriba de 200 mil pesos mientras los trabajadores obtienen 10 mil pesos como promedio? ¿Estás enterado que en el negocio de la compra de medicinas y materiales, en las guarderías (¿recuerdas los 46 niños de Hermosillo?), en las tiendas de servicio, en los hospitales y clínicas, en los autsourcing, subrogados, etcétera, se mueven millones de pesos en beneficio de los más altos funcionarios? Si por el desplome del IMSS no van a la Cárcel, por lo menos deben ser investigados para que devuelvan lo robado.
6. Declarar que le quedan tres años de vida al IMSS debería provocar una sublevación de sus trabajadores y, al mismo tiempo, de sus derechohabientes. Ya el actual director, Daniel Caram, declaró a Adela Micha de Televisa hace dos años que por el cambio demográfico y el epidemiológico y la crisis financiera del IMSS, se despediría a 319 mil (¿o 19 mil?) trabajadores. ¿Cómo es posible que ante un problema tan grave no haya movilizaciones nacionales? Pero Felipe Calderón sigue diciendo que México tiene ya el 100 por ciento de cobertura de salud mientras el IMSS, ISSSTE, Salubridad, están en proceso de cierre por falta de lo más elemental: medicamentos, médicos, consultas y especialidades cuando se requiere. ¿Qué decir de las pensiones dignas desplomadas por no alcanzar las semanas necesarias de cotización?
7. Todavía en el sexenio foxista -antes que los dirigentes del IMSS se vendan a Felipe Calderón y al PAN por alguna diputación y senaduría, así como por algunas monedas- los trabajadores del sindicato del IMSS, afiliados a la UNT, salían masivamente a las marchas de protesta junto a Telefonistas, Trabajadores de la UNAM, electricistas del SME y otros núcleos importantes de trabajadores; más aún, fue siempre el contingente más numeroso de las marchas. Sin embargo, al entregarse por un plato de lentejas perdieron la vergüenza y se dedicaron a reprimir a los trabajadores que reaccionaron contra ellos. Pienso que este es el momento de recuperar la dignidad para que mañana no se pongan a llorar su desgracia. ¿No vale acaso luchar por los hijos y para reivindicar la dignidad? (6/XI/12)
Blog del autor: http://pedroecheverriav.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.