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Anticipo del libro "El peronismo que no fue. Crónica de una derrota popular"

16 de setiembre de 1955. La caída de Perón

Fuentes: Rebelión

Mario Hernandez (MH): Tenemos pendiente concluir con el papel que jugó la Iglesia en la Argentina respecto del golpe de estado al peronismo en 1955. Gerardo Bavio (GB): Hemos hablado del largo proceso que comienza desde los orígenes del peronismo, un conflicto subterráneo entre la Iglesia y el gobierno de Perón, que apareció de pronto […]

Mario Hernandez (MH): Tenemos pendiente concluir con el papel que jugó la Iglesia en la Argentina respecto del golpe de estado al peronismo en 1955.

Gerardo Bavio (GB): Hemos hablado del largo proceso que comienza desde los orígenes del peronismo, un conflicto subterráneo entre la Iglesia y el gobierno de Perón, que apareció de pronto en 1954. Mencionamos los espacios de conflicto, el espacio de la ayuda social, vinculado a la supresión de la beneficencia y el reemplazo de la Sociedad de Beneficencia por la Fundación de Ayuda Social, los problemas que surgieron en el área social entre los trabajadores por la existencia de agrupaciones católicas.

No hemos hablado mucho del aspecto de la Guerra Fría, y es importante porque la política del Vaticano aplicada por Pío XII, estaba subordinada y vinculada a los intereses de Estados Unidos, Gran Bretaña y los países triunfantes en la guerra.

El conflicto estalla en la Argentina a fines de 1954 y se desarrolla durante todo 1955, en una serie de acciones y reacciones cada vez más fuertes y que van llevando a una actitud conspirativa por parte de la Iglesia, ya se habían formado los comandos civiles, las parroquias eran centros de conspiración, por supuesto la cúpula de los partidos opositores estaban actuando activamente tanto con los mandos militares como con los sectores de la Iglesia, así se desencadena ese proceso que culmina en la procesión de Corpus Christi el 11 de julio de 1955, esa fue prácticamente una manifestación contra el gobierno, en donde intervinieron curiosamente hasta sectores de la «izquierda», comunistas, socialistas.

Perón es excomulgado, a fines del 54, cuando da una serie de medidas que son contrarias a la Iglesia, como la Ley del divorcio, la Ley de supresión de la medida que restringía los impuestos a la iglesia, una Ley que promueve la separación de la Iglesia del Estado para lo cual llama a una reforma constitucional.

Posteriormente a todo esto, tiene lugar ese hecho macabro, el 16 de junio de 1955, el bombardeo de la Plaza de Mayo por parte de los aviones de la Marina dejando más de 300 muertos. Aviones que tenían pintados en sus alas, las siglas de «Cristo Vence», en ese avión también viajaba, y formaba parte de la conspiración, el dirigente radical Zabala Ortiz.

Había una evidente conspiración por parte de los llamados partidos opositores. También hubo un llamado de Perón a la pacificación, que no es escuchado, vienen los discursos de los distintos sectores políticos, todos opinando en contra del gobierno y con una actitud completamente conspirativa, así se desencadena el 16 de septiembre de 1955, con esa escalada de sublevaciones que comienzan en Córdoba, que en realidad se frustran, fueron tres días de movimientos, de actores militares que se sublevan, que son rodeados, parecía que el gobierno había logrado vencer la conspiración antiperonista.

MH: Y que John William Cooke dijera que fueron vencidos porque los trabajadores no fueron movilizados.

GB: Exactamente, ahí falló algo que es fundamental, que fue la burocracia sindical, que tuvo actitudes que podrían calificarse de claudicantes. También el Partido Peronista en cuyo frente estaba el Almirante Teisaire en esa misma actitud. Y la ausencia de los trabajadores, pero también la política de Perón que llamaba a los trabajadores a no armarse.

John William Cooke fue designado por Perón en la última etapa de la conspiración, en el cargo de interventor del partido en la Capital Federal. Cooke tuvo actitudes muy firmes, dijo que debían tomarse las calles, que debían organizarse, supuestas armas que tenía Eva Perón para los trabajadores habían sido devueltas a la Gendarmería, es decir, se combinaba toda una política destinada a la claudicación por parte de los sectores que se supone que eran peronistas.

La renuncia se desencadena debido a la amenaza del Almirante Rojas al frente de la Armada de bombardear la destilería de La Plata, lo que hubiera sido una masacre y como ya tenían el ejemplo de la masacre de junio, Perón decide abandonar y los leales se transforman en opositores y viene el derrumbe del gobierno peronista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.