La resistencia popular se mantiene, el pueblo boliviano continua con las movilizaciones para contrarrestar el golpe de Estado, la denuncia de las violaciones a los derechos humanos resultado de la brutal represión logra traspasar el bloqueo mediático impuesto, a pesar del silencio cómplice de naciones europeas y americanas, la claridad llega con la evidencia vivida, […]
La resistencia popular se mantiene, el pueblo boliviano continua con las movilizaciones para contrarrestar el golpe de Estado, la denuncia de las violaciones a los derechos humanos resultado de la brutal represión logra traspasar el bloqueo mediático impuesto, a pesar del silencio cómplice de naciones europeas y americanas, la claridad llega con la evidencia vivida, la pretensión imperialista de reconfigurar el orden neocolonial sobre Latinoamérica es para saquear las riquezas naturales, extraer las materias primas, sobre-explotar la fuerza de trabajo proletaria y campesina, en suma, el fin evidente es para someter al pueblo boliviano que inició su camino a la liberación, esto, sin obviar las contradicciones naturales del régimen de Evo Morales que se enfrentó a la trampa siempre presente al no terminar de superar las estructuras capitalistas, pero nadie puede negar el avance social alcanzado, el deseo de soberanía y autodeterminación sigue y guía el rechazo a la imposición golpista-neofascista.
Diversos medios de comunicación han denunciado la persecución y represión que sufren los reporteros que cubren los acontecimientos, el silencio impuesto por el poder de facto, incluye el hostigamiento a quienes hablan con la verdad, señales de televisoras son canceladas, monitoreadas y bloqueadas, la prensa internacional sufre agresiones de todo tipo, los neofascistas bolivianos no quieren permitir se divulguen sus actos inhumanos ni la verdad sobre sus intenciones, siguen al pie de la letra el manual que Washington les dicta; usan la calumnia como recurso político; reprime cualquier manifestación solidaria; buscan crear en el imaginario un enemigo externo que justifique (según ellos) el incremento de la violencia en las calles y de las formas represivas en todos los niveles de la vida pública y privada; rompen o buscan romper relaciones diplomáticas con países socialistas u opositores del imperialismo; son participes de la desintegración latinoamericana mediante la salida de Bolivia de organismos internacionales cuyo eje central es el apoyo común y el desarrollo regional como el ALBA y la UNASUR; establecen alianzas con grupos opositores al interior de naciones contrapuestas al fascismo tal y como han efectuado con el ridículo auto-reconocimiento de dos auto-impuestos, Jeanine Áñez y Juan Guaidó (guasones vestidos de traje imperial); persiguen a la prensa libre y comprometida, todo esto, con el silencio beneplácito de la Organización de los Estados Americanos (OEA), las potencias europeas y el aplauso apasionado del imperio estadounidense.
Ante todo esto, la unidad es fuerza, la consciencia del pueblo para establecer un programa común de lucha con la participación obrera, campesina, estudiantil y de los sectores oprimidos es indispensable, hacer frente al golpe usurpador requiere del poder proletario y popular, por ello, en días pasados se efectuó el Ampliado Nacional de las Organizaciones Sociales en Resistencia al Golpe donde participaron organizaciones sociales de diversos puntos de la geografía del Estado Plurinacional de Bolivia, el objetivo fue analizar la coyuntura que se vive y los frutos de las movilizaciones sociales que luchan contra el gobierno de facto usurpador. Como resultado de esta reunión se firmó el Compromiso de Unidad de Movimientos Sociales para la lucha contra el contra el gobierno de facto-golpista y en defensa de la democracia, la soberanía y la autodeterminación plurinacional.
Se resolvieron los siguientes diez puntos generales que han de servir como ejes para la resistencia: 1). Ratificamos nuestro apoyo moral y material a nuestro hermano Evo Morales Ayma, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia; 2). Se ratifica el estado de emergencia y se declara un cuarto intermedio a partir del día de hoy 26 de noviembre del 2019, hasta que el gobierno de facto cumpla con los acuerdos y compromisos asumidos recientemente con los sectores sociales movilizados en el país; 3). Exigimos a la Asamblea Legislativa Plurinacional y órgano ejecutivo, la inmediata aprobación de la ley de garantías para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales, civiles, políticos y constitucionales a favor de las autoridades políticas electas y dirigentes sindicales; 4). Pedimos a la Central Obrera Boliviana (COB) que rectifique la posición de fortalecer los derechos fundamentales de la población desprotegida, y repudiamos al gobierno de facto totalitario y asesino, y pedimos la renuncia de la supuesta presidenta autoproclamada; 5). Pedimos a la dirección nacional del mas IPSP convocar a un ampliado nacional del MAS IPSP, en un plazo no mayor a 5 días; 6). Exigimos el desagravio público de los símbolos nacionales como la Whipala y sancionar a los responsables de la quema del símbolo patrio; 7). Exigimos la inmediata liberación de los detenidos a nivel nacional y cese a la persecución y detención ilegales; 8). Por mayoría el Ampliado Nacional de las Organizaciones Sociales en Resistencia al golpe de estado, se aprobó que sea parte del pacto de unidad, la Confederación Sindical de Mujeres Interculturales de Bolivia-CSMIB; 9). Se firma el compromiso de unidad para la lucha social y política para buscar la justicia social; 10). Exigimos la inmediata abrogación del D.S. 4078 que atenta contra la vida de la población boliviana.
La unidad de acción fortalece, la moral del pueblo se mantiene combatiente, las fuerzas represivas no han logrado mermar el ímpetu por defenderse del golpe, las formas se multiplican y las alianzas entre sectores se profundizan, delinear un programa revolucionario que supere las contradicciones anteriores servirá para reformular la propia resistencia y darle un sentido socialista pleno. El pueblo boliviano persiste ante la tormenta neofascista desatada, la unidad de los explotados y oprimidos es la salida a la agonía que se busca implantar.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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