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Disfrazados con uniforme de policías, los soldados del ejército y la marina pueden seguir asesinando

Peña y los militares

Fuentes: Rebelión

1. Si los militares disfrazados de policías no reprimieran, asesinaran y no consumieran centenas de millones de pesos del presupuesto público, poco me interesaría condenarlos; pero por todos lados leo y escucho que persiguen, encarcelan y matan a ciudadanos mexicanos con cualquier pretexto y veo que consumen mucho en compra de armamento y en salarios. […]

1. Si los militares disfrazados de policías no reprimieran, asesinaran y no consumieran centenas de millones de pesos del presupuesto público, poco me interesaría condenarlos; pero por todos lados leo y escucho que persiguen, encarcelan y matan a ciudadanos mexicanos con cualquier pretexto y veo que consumen mucho en compra de armamento y en salarios. Hoy, juntos con toda clase de fuerzas armadas forradas de acero, con caballos, perros, gases lacrimógenos, cadenas, escudos, los veo bloqueando, acordonando o encapsulando todas las manifestaciones para evitar que cumplan su cometido de protesta. Mientras reprimen con brutalidad el gobierno habla de diálogo como una burla porque sabe que si no se obedecen sus órdenes la represión brutal llega.

2. No debe olvidarse que los generales, oficiales y soldados mexicanos son de los más capacitados en América gracias a que cada año salen de las academias, escuelas, cuarteles militares, campos de entrenamiento de los EEUU, miles de miembros del ejército, fuerza aérea y la marina entrenados para todo tipo der avances y defensas que se presenten en el país. Desde aquella famosa Escuela de las Américas de Panamá, pasando por los centros de entrenamiento de Miami, Washington y otras tantas, quizá el personal militar de México ha sido el más diligente. Obvio no se entrena para pensar en búsqueda de soluciones pacíficas, sino para ser violento, para no dar ningún paso atrás frente «al enemigo», para avanzar de frente hasta batirlo y exterminarlo.

3. Ayer pude ver por televisión una exhibición de miles de soldados que se arrojan en paracaídas con las armas preparadas para matar o bajaban por cuerdas para ocupar algún campo, como si estuviéramos en guerra. Desde hace varios años se habla de colaborar con el ejército de cascos azules de la ONU y hace algunos días leí que algunos sectores estaban ya colaborando. Yo pregunto: ¿Tendrá el gobierno y los jefes militares en la cabeza pura mierda para que no piensen que en lugar de marchar hacia la paz caminamos hacia acciones de guerra? Digo: si fuerzas militares mexicanas atacan entrando en guerra contra un país, me parecería natural, muy justo, que ese país también arroje bombas sobre los atacantes de México, no sobre el pueblo.

4. Nunca olvidaré la maravillosa película de Kubrick, Cara de Guerra, en donde se puede ver los entrenamientos militares, las enseñanzas militares y eso que llaman «lavado de cerebro» que imponen a todos los militares para ejecutar a los enemigos, sobre todo si son vietnamitas (en los años sesenta), comunistas o terroristas hoy. Nunca se deja en la mente de los milicos ningún resquicio, ninguna posibilidad, en no disciplinarse a las órdenes superiores que no son otra cosa que la «defensa de la patria». Esas enseñanzas sí que son el verdadero fascismo porque no están a discusión, nadie las puede desobedecer sin recibir castigo ejemplar. A los militares siempre les ordenan los superiores, pero en caso necesario ellos pueden matar «en defensa propia».

5. En las batallas de la izquierda, en las luchas sociales, tontamente o por pena, les hacemos llamados a los militares diciéndoles que «son pueblo», que sus padres son indígenas, campesinos, obreros y que no deberían reprimir a sus hermanos de clase social que protestan y luchan. Pero ellos responden: antes era desempleado, sin ingresos y con hambre; hoy el gobierno me paga y debo obedecerlo; y les preguntamos: ¿aunque veas que por culta del gobierno y los empresarios hay desempleo, miseria, asesinatos y muerte? Sí, ni modo, aunque yo vea que los oficiales ganen 20 veces lo que yo y los generales cobren 50 veces más, nosotros poseemos una serie de prestaciones que nunca soñamos los campesinos o trabajadores tener algún día en ningún lugar.

6. Los mexicanos dicen: Que el gobierno no siga queriendo vernos la cara de tontos. Muchas veces somos medio ingenuos y nos hacemos ignorantes porque aún no tenemos fuerza para enfrentarnos contra el poder; pero sabemos desde hace muchos años que en México sólo hay una fuerza armada que amenaza, reprime, encarcela y mata por orden del presidente, gobernadores y demás políticos y empresarios encumbrados. Y son esos milicos (llámense del ejército, la marina, fuerza aérea, policía federal, granaderos, policía judicial) que sobrepasan al millón de elementos los que joden al pueblo que protesta, y somete al silencio al resto de los habitantes. ¿No se está demostrando acaso que el narcotráfico sólo está resultando un pretexto del gobierno para matar?

7. Con excepción del Golpe de Estado organizado en la embajada de los EEUU en 1913 y ejecutado por los militares neoporfiristas contra Madero, en México no ha habido necesidad de otro Golpe de Estado de las fuerzas armadas ni del imperialismo de los EEUU. Después de los asesinatos de personalidades y líderes sociales como Zapata, Carranza, Flores Magón, Villa, Serrano, Obregón y la fundación del PNR/PRM/PRI, se enterraron los golpes de estado militares y se impusieron los golpes de Estado pacíficos. Se alejaron las dictaduras de generalotes como se han registrado en muchos países de América Latina, pero se impuso una «dictablanda» con gobiernos civiles controlados desde Washington por medio de su embajada y los cuarteles militares.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.