1. Hoy a cualquier cosa le llaman «cultura» y se crean «Secretaría de Cultura». El gobierno panista de Mérida Yucatán busca desesperadamente que Mérida sea otra vez «la capital americana de la cultura» porque con ello llegará más turismo, más dinero, aunque para ello haya que invertir 10 mil euros por la presentación de la […]
1. Hoy a cualquier cosa le llaman «cultura» y se crean «Secretaría de Cultura». El gobierno panista de Mérida Yucatán busca desesperadamente que Mérida sea otra vez «la capital americana de la cultura» porque con ello llegará más turismo, más dinero, aunque para ello haya que invertir 10 mil euros por la presentación de la candidatura. O sea, no es porque realmente sea la «capital de la cultura» sino porque crecería automáticamente el turismo y los ingresos económicos al recibir el nombramiento.
2. En América hay más de mil ciudades «superiores» en cuanto a habitantes, extensión territorial, monumentos, generosidad, otros aspectos y demás valores culturales encima de Mérida; pero al mismo tiempo hay otras mil ciudades que están «abajo o son inferiores» que Mérida. ¿Qué criterios usa el llamado «Bureau Internacional de Capitales Culturales» para seleccionar a la ciudad sin provocar la molestia de otras que también están desesperadas por el turismo mundial y los negocios que se desarrollan a su alrededor?
3. Mérida, desde que se desplomó la producción henequenera hace 50 años por causa de la gigantesca corrupción gubernamental, de la aparición de la competencia con la caída de los precios del mercado y de la aparición de la fibra sintética, se impuso la política de apoyo al turismo y el desarrollo comercial en las grandes plazas. No se buscó otros medios de desarrollo económico para la población, obligándola a abandonar los pueblos y a transitar a Mérida, Cancún o de «bracero» en los EEUU en busca de ingresos. Los turisteros hoy hacen grandes negocios.
4. Hace algunos años se otorgó también el título de «Maravilla del Mundo» al centro arqueológico y arquitectónico maya de Chichén Itzá y a partir de entonces el turismo a esa ciudad maya ha aumentado. No sé cuánto se pagó ni a quién para lograr ese título; pero es obvio que en Chiapas (Palenque) y Guatemala (Tikal) hay monumentos mayas más auténticos y ricos, así como que en México hay ciudades con mayor desarrollo monumental y espectacularidad como Teotihuacan o Monte Albán. Pero al fin, mejor decir turismo que cultura.
5. Me recuerdan muchas guerras imperialistas que siempre se hacen en nombre de la civilización para «salvar a la humanidad» o de alguna religión, cuando todo lo que está atrás es el dominio de territorios, de materias primas como petróleo o de plano se busca la dominación mundial. O las campañas electorales que para conseguir el voto nunca se dice que es para bienestar o enriquecimiento de los políticos, sino para servir al pueblo. ¿Quién los apoyaría o votaría por ellos si no engañaran al pueblo?
6. Con el desplome del henequén no sólo quedaron sin ingresos unas 70 mil familias de ejidatarios, sino que también se fueron a la calle unos siete u ocho mil obreros de la industria cordelera, Cordemex. (Ver mi libro: «Cordeleros (1933-1983)» Yucatán desde entonces ha cambiado radicalmente porque muchas poblaciones que fueron vida e identidad de grandes familias de origen maya-patriarcal, se han visto disueltas para cambiar a la cultura citadina moderna y occidental. El modelo capitalista ha destruido a la familia maya.
7. Los gobiernos de Mérida y del estado, en vez de beneficiar directamente a cadenas hoteleras, restauranteras, de transporte, que no es otra cosa que hacer más millonarios a los poderosos, deben dedicar sus esfuerzos e inteligencia para encontrar fuentes directas de trabajo para cientos de miles de familias que sufren pobreza, miseria y hambre en todo el estado. Los problemas de Yucatán no se resuelven con lucecitas de navidad ni rellenado baches; se resuelven metiéndose a fondo en los problemas grandes que beneficien al pueblo.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.