La aprehensión y encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, como bien se sabe, no fue para castigar sus múltiples delitos y su escandalosa corrupción. El motivo verdadero fue su oposición frontal a la mal llamada reforma educativa. Y había que quitarla de en medio. El gobierno sabía bien que defenestrarla y encarcelarla no implicaba ningún costo […]
La aprehensión y encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, como bien se sabe, no fue para castigar sus múltiples delitos y su escandalosa corrupción. El motivo verdadero fue su oposición frontal a la mal llamada reforma educativa. Y había que quitarla de en medio. El gobierno sabía bien que defenestrarla y encarcelarla no implicaba ningún costo político. Simplemente era la eliminación de una dirigente charra insumisa para poner en su lugar a otro dirigente charro, pero dócil.
Una vez fuera del escenario la vieja, corrupta e insumisa lideresa, empezó la dichosa reforma. Y como era de esperarse, la organización sindical que ella dirigía con puño de hierro y pistola en mano se quedó inmóvil y hasta aplaudió el despropósito reformador. Los charros no están para cuestionar ni para oponerse. Sólo sirven para obedecer, aplaudir y lambisconear a los personeros del régimen. No representan a nadie. Son un instrumento del poder para el ejercicio del poder.
Eliminada la insumisa lideresa, y redomesticada la organización sindical charra, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la contrarreforma educativa parecía tener vía libre. Ahora sería posible comenzar a reducir, hasta eliminar un poco más adelante, ciertos derechos laborales de los maestros y del resto de los trabajadores del ramo educativo.
Pero el camino resultó accidentado. Y volvió a aparecer en escena, en defensa de los derechos del gremio, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la siempre combativa CNTE. Y con el apoyo de sus bases y de amplios sectores de trabajadores, y a costa de muertos, heridos, encarcelados y cesados, ya han logrado frenar el engendro supuestamente reformador.
Para disfrazar el fracaso de la «madre de todas las reformas», el todavía secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño ha llamado en su auxilio, en calidad de confiable comparsa, al viejo, decrépito y corrompido SNTE. Como si éste en verdad fuera un opositor y no un obediente empleado, Nuño ha anunciado que hará ciertas concesiones.
Esas supuestas concesiones sólo son la fachada de una inocultable rendición. La confesión palmaria del fracaso de la política de intimidación y represión contra los maestros agrupados en la CNTE. De aquel Nuño de monumental arrogancia y desbordado triunfalismo sólo queda la imagen de la derrota. Y para disimular ésta de poco ha servido simular acuerdos y compromisos con el muerto llamado CNTE.
Finalmente es indudable que Elba Esther Gordillo sabía lo que hacía cuando se opuso a la contrarreforma educativa. Si el CNTE no repudiaba y se oponía al engendro reformador, otros harían la tarea. Y ya se está viendo que de los insensatos e ignorantes empeños de Nuño ha resultado una CNTE fortalecida como defensora y garante de los derechos laborales del gremio magisterial.
Triste pero reveladora imagen la de Aurelio Nuño aplaudiendo al sirviente Juan Díaz de la Torre, líder a dedo del CNTE. Escena y acuerdos puramente teatrales. Estos fuegos de artificio no atemperan la resistencia magisterial independiente y combativa. Al contrario: refuerzan la convicción de los trabajadores de la educación y de otros sectores de que los derechos se defienden no se mendigan.
Mientras la contrarreforma educativa no sea eliminada el conflicto no parará. De nada valen simulaciones y actos teatrales. Nuño es ya un cartucho quemado. O renuncia o se espera a que su jefe lo releve en la Secretaría de Educación y lo mande a otra posición en el gabinete presidencial para después despedirlo con menor costo político. Como pasó, después de Ayotzinapa, con ex procurador y también amigo, Jesús Murillo Karam.
Blogs del autor: www.miguelangelferrer-mentor.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.